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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

23 jul 2012

Capítulo veintisiete



Tom era iluminado por la única farola que había en esa curva, a un lado de él, se encontraba una llanta desgastada. El chico tomó el aire suficiente para armarse de valor pero aún así, sus pasos eran desconfiados: regresaba a la escena del accidente. 

Podía visualizar su coche en contra de la barda de cemento, la parte delantera totalmente destrozada y con daños irreparables, aún había humo. Sus pasos no eran firmes, pero estaba dispuesto a seguir avanzando sintiendo como los vidrios se encajaban en sus tenis blancos y al estar más cerca, podía sentir su pulso resonar en sus oídos; se detuvo, al sentir que pisaba un enorme pedazo de cristal y no pudo evitar mirar su reflejo: tenía la ropa del accidente, pero no había rastro de sangre, estaba ileso. Sus labios se fruncieron y alzó su mirada hacia el asiento del conductor, allí yacía su hermano, inconsciente, y su cuerpo se encontraba atorado en lo que era la ventana del coche, no se movía, parecía estar muerto.

Sus ojos se cerraron fuertemente, ¿cuántas veces tendrá que vivir ese suceso, acaso será lo único que su mente le ofrezca como sueño hasta el último día de su vida? —Una sombra bajó del cuerpo de Bill, arrastrándose por el pavimento, los vidrios, hasta llegar a los pies de Tom; dónde, ahí, se levantó retomando la silueta de su joven gemelo— ¿Será un castigo por ser...?

—Egoísta.



***



Su cuerpo se estremeció logrando así despertar. 

—Joven —llamó por enésima vez 

—¿Uh?

—Son $23 —señaló el taxímetro. Perdido, Tom observó a través de la ventana percatándose que ya había llegado su trabajo. Sus hombros se encogieron. 

Estaba exhausto y aún así no pudo pegar el ojo. No podía evitar reproducir la discusión que había tenido con Iris, las palabras resonaban una y otra vez en su cabeza: “soy la novia de Bill”. Ellos se lo habían mantenido oculto desde quién sabe desde cuándo y no lograba comprender el por qué su hermano no quería que supiera que estaba en una relación. Además, en todo el día no dejaba de preguntarse si era verdad lo que Iris había dicho: qué no le importaba Bill, sino él mismo; trataba de analizarlo, tal vez y tenía razón, tal vez y sea lo mejor ya que si bien es cierto que su hermano siempre sufrió de enfermedades, fue alguien muy débil respecto a eso pero también, es alguien fuerte: aún estando siempre enfermo, trataba de no darle importancia y luchaba para tener una niñez como el de los demás. 

Negó frunciendo el ceño. Iris estaba equivocada, él no era egoísta, no lo era; tenía algo de esperanza, que es diferente porque él más que nadie sabe de la fortaleza que su hermano posee, él está seguro de que está luchando para salir del estado de coma y regresar con la familia; aún así, una parte de él le decía que no estaba siendo sincero consigo mismo: tenía que admitir, que si tiene miedo de quedarse solo, pero eso es… porque su única familia, es Bill. 

“Dime Iris, ¿qué es lo que sentirías si tu única familia estuviera al borde de la muerte?”, pensó furioso.
Tal vez, la egoísta era ella. 

Sus pensamientos se cortaron en el momento en que entró al hospital y se dio cuenta de lo triste y estresante que era su vida: problemas en su familia y cuando piensas que puedes despejar tu mente en el trabajo, obtienes otras preocupaciones. De una forma logró encariñarse con la paciente a la que tiene que cuidar, aquél trabajo lo hizo sentir como si fuese su padre o su hermano: siempre tratando de velar por ella. Además, algo tienen en común: sus padres no son los mejores del mundo. 

—Que extraño —murmuró ante el silencio del pasillo y sin detenerse, caminó hacia la oficina de Jost pero alguien se le adelantó en la tarea de abrir la puerta— oh, lo siento —dijo sorprendido y echó una mirada rápida en busca de Kimberly, pero no había señales de ella, solo de sus dibujos. David cerró la puerta impidiendo mirar más. 

—¿Qué haces aquí, niño?

—Vengo a hacer mi guardia —le respondió entrecerrando sus ojos.

—Eso ya lo sé —bufó y giró los ojos—, me refiero a qué haces aquí —enfatizó señalando el piso.

—¿Qué no es aquí donde tienen a Kimberly? —David bajó su cabeza y negó. 

—El caso ya se cerró, todo acabó… Kim regresó a su habitación, así que vuelve a la rutina de antes. 

—¡¿Qué?! —soltó estupefacto— y… ¿en qué… terminó?

—Suicidio. 

—Oh —frunció el ceño— ¿y qué hacen sus útiles de dibujos aquí? ¿Por qué no se los llevaron? 

—No hubo tiempo —susurró comenzando a caminar.

—Eh… espere, ¿no cerrará su…? —preguntó a medias señalando la puerta de la oficina. Apretó sus labios y miró sospechosamente hacia la dirección que David había tomado. ¿Acaso él había dejado la puerta abierta… adrede?



***



—¡Tom! —saludó con entusiasmo Georg— ¿qué es todo eso que llevas ahí? —le cuestionó señalando la bolsa negra.

—Eh, son lápices, dibujos… tu sabes. —respondió dejando la bolsa en el suelo para tomar el radio que yacía en el escritorio y se lo colocó en su cinturón.

—Es para ella, ¿cierto? —Tom sonrió.

—Son sus pertenencias Georg, se las tenemos que devolver ya que está nuevamente en su habitación —inquirió tomando la bolsa nuevamente.

—Esto… —empujó la silla con ruedas hacia donde yacía su compañero—… ¿no lo sabes verdad, Gustav no te lo dijo?

—¿Decirme qué? 

—Kimberly fue sometida a los electroshocks, mira, puedes llevarle sus cosas… pero no creo que se levante de la cama hasta dentro un par de días —avisó difícilmente. 

—¡¡¿Electroshocks?!! —gritó soltando la bolsa.

— Comedor, dormitorios, baños, duchas, psicólogos... todo lo que te puedes imaginar, este hospital, lo tiene —dijo orgulloso— también tenemos una sala especial de electroshocks. 

— ¿Electroshocks? —pregunté deteniéndome. 

— Es una gran ayuda para nuestros pacientes… para los más… delicados. 

— ¿”delicados”?

Georg lo miró confundido. —Pareces sorprendido, ¿no te habían hablado de ello antes? 

—Bueno si, el Director lo mencionó pero no creí que…

—¿Hablaba en serio? —interrumpió alzando una ceja. Tom asintió—. Bueno, es algo muy común aquí.

—¿Pero qué eso no es algo demasiado fuerte? —preguntó con un nudo en el estómago, comenzando a sentir ansiedad, así como en el hospital. 

Con que de eso se trataba… 

—Te seré sincero, solo hubo una víctima de los electroshocks, pero eso fue hace años; en ese tiempo ni siquiera existíamos —le informó—. No creo que vuelva a suceder, además, la tecnología avanza cada día… algún día no necesitaremos más esa herramienta —aseguró despreocupado y llevó sus brazos detrás de la cabeza.

Tom se tensó. 

—Tengo que verla —murmuró. 

—¿Eh? 

—¡Tengo que verla! —gritó y salió de allí llevándose la bolsa consigo.

—¿Tom? —lo llamó— ¡Tom!

No había tiempo de esperar el elevador, corrió lo más rápido que pudo las escaleras mientras escuchaba los regaños y suplicas de Georg de que volviera a la sala de vídeos ya que Kimberly necesitaba descansar, pero su voz llegó a hartarlo y apagó la radio. 

—¿Kimberly? —su voz se perdió en el ruido que hizo la alarma al ser la puerta abierta—. Kimberly, ¡Kim! —la llamó por última vez; estaba frente a su habitación—. Soy Tom… te traje tus cosas —avisaba con la esperanza de escuchar un quejido de ella, pero nada—. Sé que no estás dormida. —aseguró dejando la bolsa en el suelo. Decidido, entró a la habitación.

Georg, desde la sala de vídeos observaba atento con el radio en mano como Tom entraba al cuarto de la paciente: entró como si no se tratase de una loca, como si no estuviera en un manicomio. Tom había entrado como si fuese el hogar de una amiga, de una novia y él, le llevaba un “obsequio”: sus dibujos.

—Tom —pronunció su nombre tomando asiento. Dejó su radio sobre el escritorio y se quitó los delgados cabellos de su frente—, no me digas que... te has encariñado con ella. 

El de rastas cerró la puerta tras él y caminó hacia la silla de madera, dejando ahí la bolsa negra. Desde la oscuridad de la habitación, pudo confirmar que Kimberly no estaba dormida pero aún así, no estaba despierta: su mirada no estaba perdida, simplemente, no había absolutamente nada en sus ojos y muy apenas se podía notar su respiración ya que era demasiado tranquila y lenta. Tom, sintió una presión en su pecho y lentamente, caminó hacia ella preguntándose qué demonios le habían hecho—. Nunca te dejo descansar, ¿verdad? —preguntó hincándose y pudo admirar mejor sus ojos llenos de nada—. Tal vez es, porque creo que tú también te sientes sola como yo y… que es mejor para los dos hacernos compañía, aunque sea solo por unas horas. —susurró y dudoso acercó su mano a su mejilla y la acarició. Su mano tembló al sentir su mejilla helada y ante eso, su ceño se frunció—. Nadie te ha venido a ver, ¿cierto? ¿Cómo se atreven a dejarte sola en este estado? —cuestionó acariciando su rostro para brindarle calor. Suspiró—. Tranquila, yo no me iré de aquí hasta que mi turno termine. 

Aquella voz sonaba en lo más profundo del ser de Kimberly, su guardia no se había dado cuenta, pero había logrado despertar al menos un sentido en ella, haciendo que un pequeñísimo brillo se asomara en sus ojos.
—Tom —lo llamó desde su interior.



***

—¿Qué es esto? —cuestionó Iris tomando la nota que yacía pegada en la puerta de la academia.



RENUNCIO.
-Tom Kaulitz- 

Su labio inferior tembló, al parecer, había perdido a su mejor amigo. 

La puerta de la Academia se cerró, Iris había entrado para preparar las actividades correspondientes del día dejando olvidada aquella pequeña nota en el pavimento. Tal vez las cosas sean mejor así.


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Otro máaaaaaaaaaaaaaas<3 ldkfjdsklflsdgf la inspiración si volvió a mí lml jajajajajjaja espero y les guste este cap :3 cada vez los sentimientos entre Tom y Kim son más obvios >:3
Los quiero & gracias por leer *-*

4 comentarios:

  1. Awww mi Tom tan lindoo .. Hermosoo capitulo. Cuando habra beso?
    Siguelaa pronto.. Siempre me emociono cuando veo q publicas *.*
    Bye cuidate

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    1. jhsdkjhfkjdagsfks prontoooooooooooooooo, pronto habrá beso e________e gracias por leer :'3

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  2. Tom no es egoísta ¬¬ jeje esta es la unica fic
    en donde se puede defender a Tom, pero es un penoso ¬¬
    jajaja okey no XD y estoy de acuerdo con la chica de arriba
    cuando habra besoooooooooooo????????? BESO BESO BESO BESO
    y que georg lo vea por la camarita $: uy si mi georgy<3
    siempre tiene la razón jajaja Tom se ha encariñado con Kimberly
    *O* jeje sigueleeeeeeeeeeee! tkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkm<3 Adiosin

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    1. NUNCA habrá beso ò.ó kdlfsdfhdkjf ok no u.u pronto amigoshaaaaaaaaaaaaaaa :BB todo el hospital los verá por la cámarita XDD, ya, hablando enserio xd pronto habrá besos & amorsh<3 & odio :c mucho mucho odio, demasiado odio|: dfkljdsklfhaskjdf e_e soy mala (6) tkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkm <3

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