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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

30 oct 2011

Cap. 58 Sed de venganza.



— ¡¿Él?! ¡Él no se merece el trono! –Le escupió Andrew con furia a su padre, Gordon.- He visto como trata a los humanos… ¡he visto como mira a una de nuestras herramientas! –Se atrevió a señalarle. Gordon, rugiendo, se levantó del trono.- ¡Tom es débil!
— ¡No te atrevas a difamar! –Amenazó Bill y antes de que lo pudiera atacar, Tom lo detuvo.
— No es lo más sensato.
— Tom es el heredero ¡y es mi última palabra! ¿Te atreves a contradecirla? –Cuestionó tornando sus ojos de color negros.
— Sólo te digo, padre, que yo soy el más indicado para mandar en nuestro pueblo, yo los puedo enviar al dominio del mundo y al exterminio de los humanos, ¡yo los puedo hacer más fuertes! –Gritó extasiándose por aquella idea.
— ¡Tus malditas ideas han puesto en peligro a MI pueblo! Jamás dejaré que reines, Andrew, para empezar… ¡tú no eres mi hijo! –El chico retrocedió ante esa verdad.
— Gordon… -Lo llamó Simone por lo bajo, pero su esposo la ignoró.
— Mi sangre no corre por tus venas, mi sangre no te transformó, ¡no tienes derecho sobre el reinado!
— Pero soy más ‘hijo’ que Tom y Bill. –Los dos gemelos apretaron sus manos en forma de puño, querían lanzarse sobre él, querían destrozarlo, pero por respeto a su padre, se mantuvieron en su lugar.
— Te equivocas, tú jamás serás más que ellos. –Le aseguró Gordon- ¿Sabes? Sólo te aguante tus estupideces por tu madre… -Señaló a Simone-… pero la paciencia es una virtud que me has agotado.
— ¿Qué quieres decir, padre? –Cuestionó entrecerrando los ojos.
— Te exilio de mi reino, te exilio de mi familia, te exilio para siempre del trono…


— Verónica ya está en la celda, ¿no quieres ir a ver? –Cuestionó ansioso Purdy.
— No. Tengo asuntos pendientes que resolver. –Respondió volviendo en sí-… sé que mi pequeño hermano muere de ganas por verme. –Inquirió encarnando una ceja y dejó con las palabras en la boca a su más fiel discípulo. –Tom, pensé que estarías de casería… -Exclamó al verlo parado a un lado de la puerta de su habitación.
— No… no tengo hambre. –Le hizo saber mirando el piso- Se siente extraño volver aquí… -Murmuró inspeccionando cada rincón de la mansión.- Sabes, hace años esto parecía un castillo… ahora, no es absolutamente nada.
— Nuestro hogar ha estado abandonado por siglos, te aseguró que después del gran día… este lugar volverá a ser el de antes. –Y en su rostro se formó una sonrisa de medio lado.- Oh, Tom, ¿qué te sucede? –Le cuestionó fastidiado y su hermano lo vio de golpe.
— No recuerdo haber llegado aquí por mi propio pie, ¿por qué?
— Tal vez, la pelea con Bill te cansó –Tom frunció el ceño.
— Yo… ¿pelee con él? –Andrew asintió y soltó un silbido.
— ¡Y vaya pelea! Me sorprende que él aún esté vivo… -Calló al ver la expresión perdida en el rostro de Tom.
— Tampoco recuerdo eso… -Confesó desesperado. Tom era tan débil, tan estúpido, Gordon había cometido un error en confiarle el pueblo a él y no Andrew, ¡él merecía el trono!
— Tranquilo… ya lo harás. –Exclamó palmeando su hombro.- Ya lo harás…
— Andrew… ¿dónde la tienen? –El chico se desconcertó por la pregunta que vino de golpe, pero después, volvió a tener aquella calmada faceta.
— En la celda. –Respondió entre dientes.
— Quiero verla. –Su hermano rió anonado.
— ¿Para qué? Es una pérdida de tiempo…
— ¡Quiero verla! –Repitió comenzando a molestarse- Tengo que saber cómo es, cómo actúa y cómo piensa para después, jugar fácilmente con su mente. –Aunque no lo demostró, el cuerpo de Andrew se alivió al confirmar que Ashley había sido borrada nuevamente de la memoria de Tom y tal vez ya nunca jamás la vuelva a recordar.
— Espera tu turno, tu querida prometida está con ella en estos momentos.
— ¿Verónica? ¡¿Y ella qué hace allí?! –Andrew alzó sus hombros.
— Mujeres, ¿quién las entiende?


























Rechinidos de puertas, alguien se acercaba.
— Vete Peter. –Decidió por fin Ashley- No quiero que ellos lleguen a verte… -Avisó poniéndose de pie.
— Ellos nunca podrán verme.
—… Vete. –Le pidió una vez más al escuchar los pasos más cerca- vete… -La luz de los barrotes ya no estaba más, alguien estaba frente la puerta y en unos segundos, el rechinido de ésta se dejó escuchar dejando ver a una hermosa y esbelta mujer.
— Verónica. –Susurró para ella misma-… ¿A qué viniste? –Preguntó alzando su cabeza, su voz sonaba quebrada por tanto llorar, pero no iba a mostrar debilidad: ella no quería morir siendo débil.
— Ha pasado mucho, ¿cierto, Aubrey? –Su ceja se alzó y sus dedos comenzaron a jugar con su cabello.
— Yo no soy Aubrey. –Le dejó en claro y la vio atónita. Verónica soltó una sonora carcajada.
— Maldita hipócrita, ¡ya no finjas! –Le advirtió entrando a la celda y Ashley retrocedió- Conmigo, tu papel de mártir, no funciona.
— Yo no finjo en nada, mi nombre es Ashley, ¡no Aubrey! –Le recalcó y lo único que recibió a cambio, fue una bofetada de parte de la otra mujer. La mejilla de Ashley rápidamente ardió y por un momento, sintió que la mano de Verónica perforaría su piel.
— A mi no me engañas, llegó el momento de pagar todo lo que me hiciste… me arrancaste mi felicidad, me arrancaste a mi hombre… -Recordó con un nudo en la garganta-… pero ahora me toca a mí hacerte sufrir, Aubrey.
Un leve quejido resonó por las frías paredes, Verónica aplastaba lentamente el cuello de Ashley.
— Yo…no… soy… Aubrey. –Repitió por última vez, antes de que Verónica comenzara con su tortura, una tortura que a Ashley no le correspondía.






















Bill, alzó levemente su cabeza al sentir como una pequeña línea de luz iluminaba su frente, pero al ver a entrar a Andrew, su cabeza volvió a caer.
— Vaya Bill, veo que te has estado divirtiendo. –Aseguró observando el cuerpo de su hermano que yacía colgado en la pared por dos gruesas esposas y aun no siendo suficiente, su cuello también se encontraba encadenado- Ven hermano, baja de ahí para poder hablar… -Bill alzó débilmente la mirada y Andrew se burló-… oh, cierto, estás débil y no queda ni una reserva de sangre en tu cuerpo.
— A que… ¿a qué viniste? –Preguntó con dificultad al sentir como la cadena aprisionaba sin piedad su garganta.
— A ver al otro hijo consentido de papá.


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Amo el horario de invierno :3 ¡Muchas gracias por leer! *-* 

29 oct 2011

Cap. 57 Prisionera



Aún podía escuchar el agua correr sobre sus oídos, aún se podía ver aferrada a la roca, aún podía sentir el agua entrando a sus pulmones; Todavía sentía las enormes gotas del agua en su rostro y la desesperación seguía en pie, no podía respirar y estaba a punto de soltarse de la roca cuando sintió como una fuerza la jalaba de ahí y por causa, su cabeza rebotó en algo suave y escuchó cómo ese ‘algo’ producía latidos, ese ‘algo’ tenía corazón, pero, ¿qué era ese ‘algo’? Jamás obtendrá la respuesta, porque la pregunta correcta es: ¿De quién era esos latidos, latidos que al escucharlos, se pudo dar cuenta que podía cerrar los ojos al fin ya que sabía que iba a estar a salvo?...

Aire. Fue lo primero que hizo al abrir los ojos, recuperar el oxígeno que perdió al caer al agua, tomó el aire con desesperación y no se calmó hasta sentir como sus pulmones recibían el oxígeno con éxito. Desconcertada, se apoyó con sus brazos temblorosos para despegarse al menos veinte centímetros del suelo, pero volvió a caer al darse cuenta que su cabello cubría su rostro como aquellas enormes gotas que no la dejaban respirar y, asustada y soltando sollozos, se quitó los mechones como loca y no dejó de limpiarse el rostro hasta no sentir nada en él.
Volvió a apoyarse con sus brazos y pasó saliva con dificultad al percatarse que se encontraba en una pequeña habitación en donde el único rayo de luz que podía ver era el que traspasaba las tres rejas de la no tan lejana puerta. Atónita, inspeccionó cada rincón de la oscura habitación: no sabía qué había pasado ni cómo había llegado hasta allí, pero lo que si sabía es que debía huir de inmediato. Lentamente, extendió sus brazos para despegarse más del piso hasta quedar sentada sobre sus piernas; cerró sus ojos y trató de inhalar y exhalar por cinco segundos para calmarse, cuando lo logró, levantó su pierna derecha y desconcertada abrió los ojos al escuchar el sonido de una cadena.
— ¿Pero qué…? –Balbuceó al sentir cómo algo de metal rodeaba su tobillo-… No. –Exclamó en el momento en que su sangre bajó hasta sus pies ¿por qué? Porque se dio cuenta que estaba encadenada.- No, no, no. –Murmuró desesperada tomando la cadena para estirarla con todas sus fuerzas más no logró que los tornillos salieran de su lugar y aunque el esfuerzo era inútil, no desistió, seguía estirándola una y otra vez hasta que sus manos le comenzaron a arder, desesperada, intentó una vez más tratar de quitarla directamente de su tobillo y sollozó al descubrir que había sido una estúpida idea.- Tengo que salir de aquí. –Se alentó entre dientes y siguió luchando para liberarse; el sonido de las cadenas se estaban haciendo insoportables al igual que el ardor en sus manos pero hubo un sonido peor que hizo que detuviera sus intentos fallidos y que soltará aquella cadena de golpe: habían abierto la puerta. Ashley, automáticamente se arrastró hasta dar con la pared y se tapó los ojos con su brazo ya que la luz se le había hecho demasiado intensa para aguantarla...
— Veo que mi invitada de honor despertó. –Descubrió esbozando una terrorífica sonrisa.- ¿Sabes? Fuiste la última en abrir los ojos ¡duermes mucho! –Bufó y Ashley bajó su vista desconcertada: ¿“La última”?
Su respiración se agitó. — ¿Dónde están? –Susurró entre dientes y lo vio de golpe- ¡¿Dónde los tienes?! ¡¡ ¿Qué les hiciste?!! -Cuestionaba desesperada y se levantó de golpe sintiendo como el grillete le lastimaba sin piedad su tobillo.- ¡¿Qué mierda les hiciste?!! –Preguntó nuevamente avanzando hacia él, pero la cadena le impidió acercarse más. Andrew rió.
— Ellos también son mis invitados, y al igual que tú, se encuentran en las habitaciones de lujo. –Respondió observando el interior del ‘cuarto’ y después, bajó la vista hacia el grillete que detenía a la chica-… pero al parecer, tú vas a recibir un mejor trato. –Finalizó recargándose en el marco de la puerta.-… veo que ya está empezando. –Y débilmente señaló el grillete.
— Quítame esta porquería… ¡quítamela ya! –Le ordenó moviendo un centímetro más el pie atrapado, pero Andrew negó.
— Lo haré, cuando sea el momento. –La chica entreabrió su boca y aunque sabía que era malo entablar una conversación con él, preguntó:
— ¿Y cuándo lo será? –Andrew volvió a reír al escuchar la temblorosa voz de la chica, si, le encantaba sentir su miedo ya que de algún modo, sentía que le brindaba energía.
— Cuando la luna deje de brillar. –Respondió retrocediendo y sin dejar de sonreír, inquirió-: Hasta entonces, te trataremos como la “reina” que eres para que disfrutes tu estadía. –La mandíbula de Ashley se endureció.
— Jodete. –Escupió con furia y al acto, la puerta se cerró.
— Ve con Verónica…-Le ordenó a Purdy y volvió a dirigir su mirada hacia los barrotes de la puerta-… dile que ha llegado el momento de su diversión. –Y dicho esto, se retiró escuchando el sonido de las cadenas y los quejidos de Ashley, sólo dos días más y el sería el rey… al fin.
La bisagra no hacía movimiento alguno y en sus manos comenzaron a aparecer pequeñas cortadas. –Debo salir de aquí –Repetía entre dientes- Debo rescatar a Kerstin, Bill… -Se dijo a sí misma-… ¡Debo ir por Georg y Gustav! –Gritó dando un último estirón, pero todo fue inútil y se dejó caer haciendo que su espalda chocara contra el frío piso.
¿Acaso esto era todo? ¿Este era el inicio de su tan proclamada muerte? ¿Ahora sólo tenía que esperar ahí, recostada y encadenada en aquella celda hasta el famoso día?
— Ojalá hubiera disfrutado la última vista al sol. –Se arrepintió al recordar que jamás se detenía a apreciar lo hermoso que era aquella gran bola de fuego.- Ojalá… hubiera disfrutado todos los días de mi puta vida…
Silencio. Fue lo que hubo ante aquél arrepentimiento, silencio que se fue convirtiendo en ahogados sollozos, ella no quería morir ¡no así, no por Andrew! Por aquél ser que le destruyó la vida, por aquél ser que le arrebató a su hijo, por aquél ser que le arrebató a Tom. Ese ser le arrebató sin piedad su felicidad, pero no iba a permitir que le arrebatara lo poco que quedaba de su alma, no, no lo hará. –No permitiré que me toques maldito, nunca tendrás mi sangre. –Aseguró volviendo a tomar con fuerza la cadena y una vez más, intentó zafarla.
Mami… -Ashley alzó su cabeza al escuchar nuevamente aquella voz.
— ¿Peter? –Preguntó girando su vista hacia su esquina, si, una vez más, tenía a su pequeño con ella pero esta vez se pudo dar cuenta, que su pequeño se había convertido en su ángel.- No me dejes sola Peter, por favor… no lo hagas. –Su hijo negó y se sentó junto a ella.
No lo haré mami y tampoco dejaré sólo a Tom… te lo prometo. –Ashley, conmovida, recargó su cabeza en la de su pequeño sintiendo como la calma y la melancolía la invadían al mismo tiempo.
— Protégelo… no dejes que… -Calló al evitar un sollozo-… no dejes que nadie lo lastime. –Le suplicó cerrando sus ojos.
Tom. Ella quería verlo, quería abrazarlo por última vez pero… Tom la odiaba en esos momentos y sabía muy bien que tenía merecido aquél sentimiento ya que cometió el error de no valorarlo en esos momentos y ahora, pagaba las consecuencias: se había quedado sin su amor.
— Sostente –Suplicó nadando lo más rápido hasta ella- Sostente… -Volvió a rogar extendiendo su brazo-… sólo un poco más… -La tomó por fin y la jaló hacia él. Ashley se encontraba a salvo, porque se encontraba en sus brazos.
“— Los latidos… eran tuyos.” –Respondió por fin a la pregunta planteada y pudo sentir como una sonrisa se formaba en su rostro- Eran tuyos… eras tú.
Y se dio cuenta, de que aún la amaba. 



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Jamás había intentado salir a caminar en la noche con el clima frío *-* se siente tan genial :3! Muchas gracias por leer & por comentar <333333333333 Las quiero mucho y disfruten la lectura :D!

26 oct 2011


Esta fotito la hizo una de mis mejores amigas, Andrea :3 conocida como Yeya <3, otra vez MUCHAAAAAAAAAAAAAAAAS gracias por la imagen, me encantó!*-*
 Fotolog de Andrea.
Blog, con su fic 'RetteMich'   (100% recomendada) 

Si a ustedes también les gustó, comenten :B! Gracias por leer la novela L_L y por hacerle imágenes :$ haha L_L <3 


23 oct 2011

Cap. 56 ¿Maldad? En él no hay.



— Kerstin… -La llamó por lo bajo. Ella sólo hizo un sonido con su garganta para afirmar que la escuchaba-… Ellos… ellos no fueron a la cabaña primero, ¿verdad? –La chica se detuvo en seco y volteó a verla.
— No, tranquila, las chicas están a salvo. –Respondió dando una tiesa sonrisa y volvió a darle la espalda para continuar su marcha.
Veamos, ¿cuántas mentiras le ha dicho en menos de tres horas? Aunque la verdad, la última no se le podría decir mentira ya que no sabía con exactitud la respuesta: Andrea y Beatriz eran demasiado fuertes pero no lo suficiente para enfrentarse con Andrew, sus cuatro discípulos y… Tom. — Por favor, que estén a salvo… por favor –Suplicó con tanta fuerza en sus pensamientos que llegó a imaginar que Ashley llegó a escucharlos. La miró de reojo y suspiro al darse cuenta que la chica le había creído la respuesta más hizo una mueca al descubrir que se encontraba aterrada.
— Ashley, pronto terminará esto, ¿sí? Pero necesito que dejes este miedo atrás para no hacer este momento eterno. –Le recordó y Ashley la volteó a ver por unos segundos y asintió.
— Lo siento. –Se disculpó abrazándose a sí misma.
— Tranquila, es normal tener miedo pero por experiencia te digo que trates de ignorarlo… -De pronto, Kerstin se tensó.
Cortes en el aire.
Pisadas rápidas
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Por fin habían dado con ellas.
— ¿Estás bien? –Le preguntó Ashley y tomó su brazo, Kerstin la vio de golpe con sus ojos completamente negro y ocasionó que se exaltara y la soltara de inmediato.
— Quiero que corras hacia la corriente de agua.
— ¿Qué? –Exclamó anonada.
— Quiero que corras, ¡hazlo tan rápido como puedas! Llega a la corriente y mantente en la orilla, no te muevas hasta que yo llegué por ti… -Ashley la vio nerviosa.
— P-pero… ¡no sé dónde está! –Le informó desesperada-… por favor, no me dejes sola. –Le suplicó apretando su mano.- Por favor Kerstin… no me dejes. –La mandíbula de Kerstin se apretó y su respiración se agitó: tenía razón, no podía dejarla sola pero…
Risas.
… Energía de Purdy… Energía de Christian.

— Lo siento… -La mano de Ashley se resbalaba de la de ella.
— No… -Sollozo.
— Pero debes seguir sola. –Kerstin se alejaba.
— ¡No, no me dejes! –Le gritó llevándose sus manos en forma de puño a su pecho.
— ¡Debes sobrevivir, Ashley!
Kerstin corrió hacia la oscuridad dispuesta a detener a Purdy y a Christian pero Ashley se quedó en medio de la nada con el miedo en su interior; pasó saliva con dificultad entendiendo el porqué de su partida: estaban a punto de llegar a ellas.
— Tú puedes vencerlos. –Susurró temblando y cerró sus ojos.
Concentración. Necesitaba concentrarse para poder escuchar el débil sonido del agua, tenía que olvidarse del miedo ¡tenía que escuchar! — Mierda. –Maldijo al tener sólo por respuesta un horrible pitido en sus oídos, la tensión le había ocasionado aquél ruido, no podía escuchar nada más que ese maldito Pii y unas lejanas risas de niño… espera, ¿qué?
Miró confundida y desconcertada al suelo ¿una risa de niño?
— Mami… -La vista de Ashley se levantó de golpe y la clavó al pequeño que tenía a tan sólo unos centímetros.
— ¿Peter? –Lo llamó con un nudo en la garganta, el pequeño no respondió, sólo se dedicó a observarla. La chica se llevó su mano hacia su boca completamente sorprendida y soltó un “No puede ser…”, palabras débiles y llorosas que chocaron contra la palma de su mano. Era su hijo, su pequeño, su bebé… ¡era Peter!- Estás aquí… -Balbuceó bajando su mano-… estás vivo… -Afirmó rompiendo a llorar-… ¡estás vivo! –Exclamó dejándose caer de rodillas para quedar a la misma altura del pequeño.- ¿Cómo llegaste hasta aquí? –Preguntó alzando sus brazos para abrazarle, pero el niño retrocedió- Peter… -Lo llamó confundida y trató de tocar su mejilla, el niño se alejó- ¿Qué pasa, Peter? –Preguntó desesperada y el niño corrió- ¡No! –Gritó levantándose lo más pronto posible- Peter… ¡vuelve aquí! –Le ordenó con sus ojos llorosos y corrió tras él.- ¡Peter! –Lo llamó una y otra vez pero la persecución no terminaba y de la nada, ya no lo vio más.
Al perderlo de vista, detuvo su marcha pero sacudió su cabeza, debía encontrar a su hijo, no iba a dejar que se lo arrancaran una vez más, no.
Corrió varios minutos más y la famosa corriente de agua se escuchaba cada vez más fuerte pero eso no le importaba, no paró de correr hasta poder diferenciar la silueta de su pequeño gracias a la luna. Ashley, pasó de correr a trotar y de trotar a caminar. –Peter… -Lo llamó una vez más y el niño volteó a verla pero…- ¡Peter! -… desapareció.- ¡¡No!! –Dio un grito desgarrador al ver aquella escena y sus ojos comenzaron a soltar enormes lágrimas sin parar.- No, no ¡tú estás vivo! –Aseguró destrozada corriendo hacia dónde se había encontrado su pequeño hace apenas unos segundos.- ¡Tú estás vivo, tú estás vivo! –Repitió desesperada y se dejó caer sintiendo como sus sollozos la ahogaban sin piedad.- ¡¡Peter!! –Le gritó al río. Si, había por fin llegado a la corriente, ésta se encontraba a cinco metros de altura.
Destrozada, se limpió su rostro con desesperación y trató de recuperar el aliento pero sus sollozos no pararon cómo ella hubiera deseado: había tenido a su pequeño, estaba frente a ella, escuchó su voz, su risita, nada pudo a ver sido una alucinación, entonces, ¿qué fue?- Te quiero devuelta, Peter. –Le susurró cansada a la tierra- Te quiero devuelta… -Le rogó encajando sus dedos en el poco zacate que había en el lugar- ¡Te quiero devuelta! –Gritó a todo pulmón apoyándose con fuerza en la tierra pero eso, fue un error-… ¿ah? –Soltó asustada al escuchar un crujir haciendo que se quedara completamente congelada ¿Qué estaba pasando?
No te muevas. Fue lo único que se le ocurrió pero eso no fue suficiente, la esquina dónde se encontraba se trozó llevándola hasta el vacío….

























… Tom dejó de correr al perder al pequeño de vista. ¿Quién mierda era ese niño?
—… Hm –Alzó su vista hacia los árboles al escuchar agua cerca, al parecer, se había alejado demasiado de la carretera. Bufó. Era mejor regresar, tenía que continuar con la maldita búsqueda antes de que esas dos logren escapar y dejando a Christian y a Purdy a cargo, era muy seguro que sucediera, es por eso, que la búsqueda la tenía que hacer él mismo.
— ¡Peter! –Su oído se agilizó al escuchar aquél llamado, era la voz de una mujer y Tom, subió su guardia.- ¡Peter! –Otra vez aquella voz, estaba cerca, demasiado cerca del… río.
Los pies de Tom comenzaron a correr y antes de que se diera cuenta, había llegado al pequeño acantilado que daba con la corriente de agua. Alzó su mirada al otro lado y observó a una mujer llorando, una mujer con una fuerte energía, energía que se le hacía conocida.
— Te encontré. –Dijo orgulloso por haber sido él y no los otros dos imbéciles-… ¡Mierda! –Se tensó al verla caer al agua. Un momento, ¿tensarse? Ósea… ¿alarmarse? ¡¿Por ella?!
La vista de Tom se encajó en el cuerpo de la mujer observando como la corriente se la llevaba sin piedad, tenía que sacarla de ahí. Negó. ¿Para qué salvarla? Además él no necesita esa energía, él es fuerte. — Que se muera. –Esperó esbozando una sonrisa, sonrisa que se borró de inmediato. No. No podía morir ¡no lo iba a permitir!- ¡Agh! –Se tomó su cabeza ante un terrible dolor:
No la salvaré. Necesito sacarla de ahí.
Deseo verla morir. Deseo tenerla en mis brazos.
Ella no es más que una herramienta. Ella es una mujer.
No la conoces. Yo…
Su vista bajó al pequeño niño que jalaba de su pantalón-: Ella es mi mami… -Le avisó-… y sé que la quieres cómo yo la quiero… sálvala.
Tom corrió dando un gran salto hasta zambullirse dentro del agua. Como pudo, salió al tomar un poco de aire y cegado por su rostro mojado, logró distinguir el cuerpo de Ashley aferrado a una de las rocas. — Sostente –Suplicó nadando lo más rápido hasta ella- Sostente… -Volvió a rogar extendiendo su brazo-… sólo un poco más… -La tomó por fin y la jaló hacia él. La cabeza de Ashley dio con el pecho de Tom ocasionado que se estremeciera y que su estómago sintiera un pequeño cosquilleo, ¿qué era esa sensación?
El cuerpo de Ashley se encontraba en tierra y Tom se encontraba a punto de salir…
— Vaya, la encontraste. –El de trenzas alzó su mirada y salió del agua por fin.
— Está inconsciente, necesita ayuda. –Le informó a su hermano, Andrew y desesperado, se dejó de caer de rodillas junto a Ashley y levantó un poco su cabeza.- Andrew ¿no me escuchaste? ¡Necesita ayuda! –Le gritó y volvió a dirigir su mirada a la chica; con su respiración agitada y dudando un poco, acarició su helada mejilla ocasionando que su contacto ardiera, el cuerpo de Tom también estaba helado- ¡¡Andrew, ayúdame!! –Le pidió nuevamente.
— Claro, te ayudaré… -Tom volteó a ver a su hermano y pudo sentir como sus pupilas se dilataban al ver el pie de Andrew dirigirse a su rostro.
La patada había sido tan fuerte que ocasionó que Tom perdiera el conocimiento y para asegurar que no abriera los ojos por un buen rato, le propino una patada más cerca de su sien. –…Te ayudaré a que me ayudes a matarla. –Terminó su frase y dirigió su mirada a la recién rescatada chica.
— Por poco logras recuperar a Tom… -Le hizo saber sorprendido-… pero lástima que el momento haya durado tan sólo un par de minutos….
Ladeó su cabeza al recordar que estaban cerca del río, curioso, Andrew se alejó de la pareja y caminó hasta la corriente de agua dispuesto a entrar pero…- ¡Agh! –Gritó furioso. Una maldita barrera se lo impedía y volteó a ver a Tom con su sangre hirviendo ante el coraje ¿Por qué Tom pudo entrar? ¡Él no era lo suficientemente fuerte! ¡Él no era Andrew!...
“La maldad no puede cruzar las corrientes de agua” Y Tom no era malo.

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En lo personal, me encantó hacer este capítulo :3 Me iré a hacer un poco de ejercicio y disfrutar del poco domingo que me queda, maldito sean los lunes ¬¬ ¡Muchas gracias por sus comentarios! c': las quiero & muchas gracias por leer <3 

22 oct 2011

Cap. 55 Escucha el agua.



Kerstin miró atónita a su alrededor, vio como Georg trataba de quitarse el maldito cinturón de seguridad y pudo apreciar cortadas en sus manos y rostro.
— Mm… -Volteó hacia su izquierda ante ese quejido, era Ashley quien al parecer, fue la más afectada: tenía pequeños vidrios encajados en sus brazos, rasguños y pequeños moretones en su rostro.
— Sácala de aquí… -Ordenó Bill destruyendo su cinturón de seguridad.
— No los dejaré. –Pudo hablar al fin mirando angustiada la cortada en la frente de su amado ¿Por qué ella no tenía herida alguna?
— ¿Creyeron que podían salvarse?
— ¡Huye Kerstin! –Escuchó a Georg, pero la chica volvió a dirigir la mirada hacia Bill.
— Vete ya… -Volvió a ordenar el menor de los Kaulitz.
— Volveré por ustedes. –Prometió tomando el brazo de Ashley ocasionando que ésta diera un alarido de dolor.
— Te creo… -Murmuró Bill.
—… ¡se equivocaron! –Y Andrew y Kerstin arrancaron las respectivas puertas y en un santiamén, las dos mujeres ya no estaban.
Bill sonrió aun sintiendo la furia de su hermano. Si, Kerstin era poderosa, sólo ella podía tener aquella velocidad.
— Al parecer… Andy, el equivocado fuiste tú. –Le corrigió. Andrew gruñó y aventó a Bill contra el pavimento y éste, logró detenerse después de dos metros; sólo levantó su cabeza para volver a caer, Andrew lo había aventado con su pie aplastando su pecho.
— Yo jamás estaré equivocado. –Le dejó en claro mostrando sus enormes y filosos dientes.
— Date por vencido, no las encontrarás. –Le aseguró tomando la bota de su hermano y aunque no la pudo quitar de encima, sonrió.
— ¡Oh, Bill! De eso no me encargaré yo… -Ladeó su cabeza hacia la pequeña cima que estaba a orillas de la carretera-… lo hará nuestro hermano.
— Tom… -Murmuró el chico al ver su reflejo gracias a la luna pero su presencia se desvaneció al parpadear.
Andrew chasqueó sus dedos y Christian y Purdy hicieron su aparición. — Vayan a divertirse…-Los dos discípulos rieron y de un salto se encontraron en la pequeña cima para comenzar a correr.- Mis tres mejores rastreadores. –Le informó a Bill y alzó una ceja.
— ¿Qué hago con esto? -La voz de Pitts se dejó escuchar.
— Déjalo con el resto de la basura. –Respondió Andrew y señaló a su hermano. El pequeño Kaulitz se exaltó al oír el cuerpo de su amigo chocar contra el pavimento.
—… ¿Gustav? –Le llamó Bill con un nudo en la garganta.
— ¡¿Qué le hiciste maldito?! –Rugió furioso Georg tratándose de zafar del agarre de Jinxx; Andrew y sus discípulos rieron.
— Gustav… -Le volvió a llamar Bill y al no tener respuesta de su amigo, sus ojos se tornaron negros.-… ¡Te mataré! –Gritó apartando por fin la maldita bota.



















Su velocidad era tanta que al detenerse, las dos cayeron al suelo ocasionando que rodaran hasta perder al fin el impulso: Kerstin quedó boca abajo y Ashley sobre su espalda y al sentir un roce con su brazo, soltó un horrible alarido de dolor.
Kerstin se levantó atónita. Ni siquiera el vampiro más poderoso puede tener esa velocidad, ¿por qué ella sí? Era increíble. Volvió a escuchar un alarido y eso logró sacarla de sus pensamientos.
— Ashley… -La nombró alarmada y se acercó a la chica, sus manos se sintieron torpes por unos momentos pero logró palpar su hombro. Ashley volvió a gritar.
— M… me… ¡duele! –Balbuceó.
— No se ve tan grave. –Mintió. La razón de su dolor era el dislocamiento de su hombro. Kerstin, con cuidado, la ayudó a levantarse e inspeccionó el hueso que lograba verse fuera de su lugar.
— ¿Entonces por qué duele demasiado? –Preguntó irónica.
— Es sólo tu imaginación. –Respondió haciendo que Ashley bajará su mano para poder tener la zona de la ‘herida’ libre e hizo una mueca- No podemos quedarnos aquí por más tiempo… debemos seguir.
— Pero… -Murmuró, el dolor se le hacía insoportable.
— Ashley, confía en mí, debemos seguir. –La chica, dudosa, asintió y comenzó a caminar- ¡Espera! –Se detuvo en seco-… tienes un insecto. –Le señaló caminando hacia ella.
— ¿Dónde?... –Preguntó confundida-… ¡Maldita perra! –Gritó. Kerstin había acomodado ese hueso ocasionándole un terrible dolor en ese momento.
—… De nada. –Finalizó comenzando a caminar.
Ashley miró su hombro y lo movió sólo para comprobar que había funcionado. Si, funcionó.
— ¿Qué pasará con Bill y los demás? –Cuestionó Ashley después de varios kilómetros de camino. Kerstin soltó un tenso suspiro.
— Son fuertes, no los subestimes…
—… Estoy preocupada. –Confesó abrazándose a sí misma.
— Yo también. –Murmuró y Ashley fue incapaz de escucharle.
— ¿Qué pasa? –Preguntó en el momento en el que Kerstin la detuvo con su brazo.
— ¿Escuchas eso? –Preguntó alzando su dedo índice. Ashley, guardó silencio un minuto, pero no logró escuchar nada.
— No, ¿qué se supone que debo…?
— Agua. –Respondió sintiendo como sus ojos se iluminaban. Ashley trató de escuchar una vez más, pero fue inútil.- Hay una corriente cerca. –Señaló y la volteó a ver- Estaremos seguras si llegamos ahí.
— ¿Por qué?
— La maldad no puede cruzarlo, una fuerza se lo impide…uh, es complicado de explicar. –Finalizó al ver la interrogación en el rostro de la chica.
— Supongo que… te creeré. –Murmuró y comenzó a caminar.















— Nada. –Avisó Purdy y desapareció.
— Nada, tampoco. –Avisó Christian desapareciendo al acto de tocar la tierra. Tom arrugó su nariz ante una oleada de furia que lo invadió.
— Ellas están aquí. –Le aseguró a la nada.- ¡Ellas están aquí!
— Tom… -El chico se tensó al escuchar una voz chillona y se giró desconcertado para encontrarse con un pequeño.
— ¿Qué… qué dijiste? –Balbuceó atónito y parpadeó sorprendido.
El niño volteó de golpe hacia su derecha y soltando una risita alegre, corrió hacia aquella dirección, pero se detuvo al percatarse que el de trenzas no lo seguía.
— ¡Ven! –Lo llamó con su manita y rió, estaba feliz. Tom, retrocedió un paso y ladeó su cabeza, ¿quién era aquél pequeño y por qué sabía su nombre? -¡Ven! –Lo volvió a llamar y corrió una vez más. Tom avanzó un paso, el niño se detuvo para llamarlo con su manita, Tom volvió a avanzar, el niño dio una mirada hacia atrás y al confirmar que esta vez Tom lo seguía, corrió.
El de trenzas se encogió de hombros y por alguna razón, se encontraba corriendo él también.
















— Ahora, ¿lo escuchas? –Preguntó Kerstin. Ashley bajó su cabeza y después de varios segundos en silencio, pudo escuchar el débil sonido del agua.
— Si, lo escucho, estamos cerca. –Respondió dando una pequeña sonrisa.
— Es por aquí… -Señaló tomando su mano, Ashley piso una pequeña rama ocasionando que algo saltara hacia ella.
— ¡Ah! –La chica gritó y retrocedió rápidamente.
— ¿Estás bien? –Le preguntó alarmada.
— Si… sólo fue un maldito grillo. –Respondió al poder visualizar el maldito insecto.
¡Ah! Purdy se detuvo en seco al escuchar aquel agudo grito, era la voz de una mujer, era la voz de Ashley.
— ¿Qué ocurre? –Le cuestionó Christian quien se detuvo a su lado. Purdy sonrió.
— Están cerca.


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Y no se imaginan lo que tengo preparado para el capítulo de mañana e_e. Bien chicas, espero que hayan o estén teniendo un EXCELENTE sábado(: lamentablemente este día terminó para mí porque el sueño me ha ganado xd! Las quiero mucho y gracias por leer <3 

16 oct 2011

Cap. 54 El tratado se acabó.



— Kerstin. –La detuvo Bill antes de que pudiera entrar al auto.
— ¿Qué pasa? –El chico la abrazó.
— Eres lo más sagrado para mí… por eso hago todo esto, para protegerte. –Le susurró a su oído. Kerstin le correspondió el abrazo escondiendo su cabeza en el cuello de Bill.
— Lo sé mi amor, lo sé…
Ashley se abrazó a si misma al ver aquella escena y un vació se dejó sentir en su interior: cómo deseaba ser abrazada por Tom, anhelaba sus caricias, sus sonrisas pero sobre todo, sus besos. Lo extrañaba demasiado.
— Está todo listo, ya puedes subir. –Le indicó Gustav haciendo que saliera de sus pensamientos.
— Ah… si… gracias. –Balbuceó un poco perdida, pero después, siguió el rubio hasta el auto.
Georg conducía y Gustav iba de copiloto, atrás iba Bill en una orilla, Ashley en medio y Kerstin en la otra orilla; por fin se encontraban lo suficientemente lejos de aquél pueblo para encontrarse en la carretera que los llevaría a su destino.
— ¿Pasa algo? –Le cuestionó Kerstin al ver el rostro de ansiedad de la chica.
— Quisiera saber… a dónde vamos, eso es todo. –Respondió por lo bajo.
— Alemania. –Habló por fin Bill mientras miraba por la ventana.
— ¿Alemania? –Preguntó Ashley un poco sorprendida.
— Tendremos ventaja allá ya que es nuestro terreno. –Le hizo saber Georg- Cuando lleguemos a Alemania, todo será más fácil.
Ashley se sumió más en el asiento, Alemania estaba demasiado lejos pero… si las cosas iban a mejorar yendo a ese país, adelante.























— ¡Se marchan! –Avisó acelerado Christian y tanto Andrew como Tom lo vieron confundidos.- ¡Bill y sus discípulos se marchan con la herramienta!
Su líder rió.
— Christian, nuestro hermano no es tan estúpido como para incumplir con el tratado…
—… al parecer sí. –Lo interrumpió Purdy entrando alarmado en la casa abandonada. Los dos hermanos rugieron.
— ¡¿A dónde mierda van?! –Preguntó Andrew furioso pero nadie le supo responder- ¡¡Alguien respóndame maldita sea!! –Exigió sintiendo cómo la sangre le hervía.
— Alemania –Contestó Tom anonado y volteó a verlo- van a Alemania. –Andrew golpeó fuertemente la estructura haciendo que el poco techo de aquella casa cayera detrás de ellos.
— Bill lo quiso así ¡pues así será! La guerra ha empezado. –La declaró formalmente- Es momento de divertirnos chicos… vayan por ellos. –Y ante la orden, sus discípulos salieron a perseguir el rastro del pequeño Kaulitz.
Tom se movió al fin en el momento que Andrew salió, pero se giró bruscamente al sentir la energía de aquél niño, nuevamente, estaba a su lado.
— ¿Quién eres tú? –Le cuestionó frunciendo el ceño. El niño no respondió.- Hey, ¿a dónde vas? –Exclamó al ver que volvía a correr hacia los escombros de la casa; Tom se encogió de hombros al verlo desparecer.- ¿Qué demonios quieres? –Susurró comenzando a retroceder, tenía que alcanzar a los demás.



















Corría sin rumbo alguno hasta que el caminó se terminó. Pudo sentir como su cuerpo caía al vació, pero no fue así, en el fondo había agua. La corriente era inestable y no podía adaptarse el agua helada que comenzaba a entrar en sus pulmones, no, no podía ahogarse. Se quejó al sentir un horrible golpe en su espalda, había chocado contra una roca…
Habían perdido el control del auto. Ashley volvió a cerrar los ojos.
Andrew los había encontrado. Ashley tenía que dejar aquella pesadilla.
— ¡Sosténgase! –Gritó Georg mientras trataba de tomar el control del automóvil. Ashley despertó bruscamente al fin.
— ¿Qué pasa? –Preguntó asustada.
— Nos alcanzaron. –Contestó Bill tratando de protegerla.
Georg por fin logró recuperar el camino y sin esperar más, apretó el acelerador llevando el automóvil a la máxima velocidad.
¡Pum! Algo había caído en el techo del carro, algo pesado.
— ¿Qué fue eso? –Preguntó Kerstin asustada sin dejar de ver hacia arriba al igual que todos. Ashley se aferró más a la chica.
Un horrible chillido perforó los oídos de Ashley, alguien estaba abriendo el metal del techo para poder entrar, era Pitts.
— ¡No te detengas Georg! –Ordenó Bill y éste, presionó más el acelerador.
— Gustav, ¡cuidado! –Gritó desesperada Ashley al ver como Pitts trataba de sacarlo del auto: los dos comenzaron a pelear.
— ¡Sal de ahí maldito! –Exigió furioso Pitts y Gustav rugió.
— ¡Bájate de mi puto auto! –Le ordenó brindándole un fuerte golpe en el rostro, eso hizo que Pitts se enfureciera más y de un abrir y cerrar de ojos, Gustav ya no se encontraba más en el interior del auto.
—¡¡Gustav!! –Gritaron Bill y Georg al unísono.
Ashley y Kerstin voltearon hacia atrás y a través de la pequeña ventana pudieron ver a su amigo caído junto con Pitts en medio del pavimento.
— ¡Tenemos que volver por él! –Ordenó Kerstin.
— No… no podemos detenernos… Gustav está sólo ahora. –Las dos chicas vieron al menor de los Kaulitz alarmadas.
— ¡Mierda! –Exclamó Georg y acelerado, trató de dar vuelta al volante al ver a Andrew enfrente de ellos, pero fue demasiado tarde.
‘Andy’ golpeó la cajuela del auto haciendo que este volara por los aires y se volteara haciendo que las ventanas explotaran ante el impacto.
— ¿Creyeron que podían escapar de mí? –Les cuestionó caminando hacia la destrozada camioneta.- ¿Creyeron que podían salvarse?... ¡se equivocaron! –Rugió arrancando la puerta trasera, en ella, sólo se encontraba Bill con una herida en la frente que comenzaba a sanar.- ¿Pero qué…? –Balbuceó al mismo tiempo que Jinxx sacaba del auto a Georg.- ¡¿Dónde mierda está Ashley?! –Cuestionó con sus ojos completamente rojos y lo sacó del auto para levantarlo de la camisa- ¡¿Dónde están Ashley y Kerstin?!
— Al parecer… Andy, el equivocado fuiste tú. –Le corrigió esbozando una sonrisa.


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Me largo a editar fotitos, escribir en twitter... y cualquier otra cosa menos estudiar para la clase de etimología... odio dar clase >.<, en fin, disfruten los dos capítulos c: los quiero <3

Cap. 53 Aparición.



— Es mejor que regreses. –Habló Beatriz y la ayudó a levantarse- Pronto amanecerá y no has dormido nada, tienes que descansar. –Le recordó y al no tener respuesta de Ashley, inquirió-: Te hará bien.
La chica negó.
— Al cerrar mis ojos, sólo tengo pesadillas… no, no me hará bien. –Beatriz hizo una mueca.
— Sabes… aún no has comido.
— ¿Y?
— Antes, cuando yo era… humana, solía preparar un té que te ayudaba a dormir sin interrupción alguna, te lo puedo hacer si quieres. –Ofreció dando una pequeña sonrisa. Ashley meditó un momento, pero lo aceptó al cabo de un minuto: quería volver a dormir, necesitaba desconectarse del mundo aunque sea por un par de horas.
En efecto, aquél té le ayudó a que le entrara un enorme sueño y poco a poco sus ojos se iban cerrando con facilidad.
— Espero que estés cómoda en el sofá. –Deseó Andrea, la única habitación de la cabaña ya estaba ocupada por Ruth y por ende, sólo quedaba el sillón para poder dormir.
— Lo estaré. –Aseguró, además, había dormido en lugares mucho peores.- ¿Sabes a dónde fue Kerstin? –Preguntó sentándose para después, recostarse.
Andrea negó.
— Tal vez está con Bill ¿sabes? Él tampoco está pasando por un buen momento… él perdió a un hermano. –Le recordó.
Ashley miró la tela del viejo sofá para después, exclamar-: Él me culpa por lo que le ha pasado a Tom…
— No lo escuches, todos estamos desesperados que hemos llegado al punto de hablar por hablar…
— Pero tiene toda la razón. –La interrumpió- Es mi culpa, de una forma, yo orillé a Tom a hacerse daño… -Lo confesó con un nudo en la garganta.
— Para serte sincera, no todo es tu culpa, piénsalo. –Finalizó con seriedad.
Ashley sólo vio a Andrea salir de la cabaña, después, bajó su vista hacia el oscuro pasillo que daba con la habitación donde yacía su amiga y sin evitarlo, engarruñó su cuerpo para abrigarse un poco al sentir como una brisa helada la acarició sin piedad.
— Si me voy con ellos, te salvarás Ruth –Le murmuró al pasillo- pero Tom… no lo hará.
Sus ojos no podían mantenerse abiertos por más tiempo, era inútil el esfuerzo para no cerrarlos y sin darse cuenta, perdió la batalla al fin: se quedó dormida.

























Los cuatro cuerpos vacíos fueron tirados como basura y formaron una pequeña pila, para ellos, eran basura. Pitts y Christian estaban a punto de terminar de comer gracias a dos muchachas, Jinxx y Purdy se regresaron al pueblo a buscar más comida, por alguna razón, se encontraban más hambrientos de lo normal y su líder, esperaba paciente sentado sobre las raíces de un árbol que sus discípulos llegaran con más victimas mientras jugaba con el encendedor de uno hombre que le sirvió de alimento, al fin y al cabo, no lo ocuparía más.
— ¿Divertido? –Cuestionó Tom y alzó una ceja. Andrew no respondió, su mirada se había perdido en la llama que salía del pequeño aparato de gas: le fascinaba el saber que podía soportar la luz y el calor del fuego… se estaba volviendo más poderoso.
Tom bufó. — Fui donde nuestro hermano, al parecer, la chica no está con ellos. –La pequeña llama se extinguió, Andrew le prestaba atención. – No logré percibir su energía, ni escuchar sus pensamientos.
— Ella está con Bill. –Aseguró volviendo a encender la llama. Tom gruñó.
— No lo está, ¿acaso no me escuchaste?
— Conoces a nuestro hermano –Murmuró viendo con atención el fuego- Sabes muy bien que él mantiene cerca a sus protegidos, nuestro sagrado alimento se encuentra en la cabaña. –La llama se volvió a extinguir.
— Entonces, ¡¿por qué no la pude percibir?! –Preguntó furioso- ¡se supone que soy más fuerte! –Andrew alzó la vista hacia Tom: su cuerpo recibía descargas ocasionando temblores en sus brazos y tórax.
Andrew sonrió. Hace siglos que Tom no bebía siquiera una gota de sangre humana, su cuerpo se había desacostumbrado tanto a ese poder que, ahora que lo volvía a tomar, le ocasionaba un descontrol total en su sistema, incluyendo, su mente.
— Tranquilo Tom, el eclipse lunar está muy cerca.
— Tú no lo entiendes, ¿cierto?... ¡Necesito matar a Ashley ya! –Gritó desesperado haciendo que su pálido cuerpo temblara más. Un agudo dolor atravesó su pecho, algo dentro de él quería lastimarlo antes de que la lastimara a ella, pero Tom lo desvaneció a los poco segundos.
— Con que así se llama, Ashley… Interesante. –El de trenzas entrecerró sus ojos confundido-… es divertido ponerle nombre a la comida –Rió- ¿Tú se lo pusiste? –Preguntó animado.
— ¿Qué? –Balbuceó perdido.
— ¿O te lo dijo Bill? Bueno, ya era momento de saber el nombre de nuestra energía… ¿no crees?
— ¿De qué mierda hablas? –Cuestionó desconcertado.
— O vamos Tom, llevamos un buen tiempo tratando se saber cómo se llama, así se nos hará más fácil acercarnos a ella. –Le aseguró palmeando su hombro- Por cierto, ¿ya la conoces físicamente? –El de trenzas no contestó- ¿no? Tranquilo, no es la gran cosa, además, pronto tendrán el placer de conocerse… ¡Oh! Llegaron con más comida al fin. –Exclamó feliz al ver a Purdy y a Jinxx con tres chicas inconscientes- ¿Vienes? –Tom negó mirando a la nada.- Como quieras hermano… -Finalizó dándole una última palmada a su hombro.
No pudo evitar dar una sombría sonrisa. Al parecer, podía meterse en la mente de su hermano con facilidad después de que éste bebiera sangre humana, pronto, podía borrar todos sus recuerdos acerca de Ashley, Aubrey, Bill y sus seguidores para así, manejarlo a su antojo.
Tom se quedó viendo la tierra, la herramienta se llamaba Ashley, pero eso él ya lo sabía desde hace tiempo ¿o no? Su memoria quedó en blanco.
El crujir de las hojas se dejó escuchar a unos metros de donde se encontraba, el de trenzas, alerta, se giró dispuesto a atacar pero bajó su guardia al ver que se trataba de un pequeño niño de no más de 6 años. Frunció el ceño, él conocía aquél niño, estaba seguro que ya había visto su rostro en alguna parte; el pequeño, miraba con suma atención a Tom y tenía su cabecita ladeada, el de trenzas, confundido, comenzó a caminar hacia él pero al acercarse, el niño corrió para internarse a la zona más frondosa del bosque.
Espera. Suplicó Tom en sus pensamientos pero no pudo seguirlo ya que una mujer le impedía el paso.
— Tom, Andrew me dijo que no quieres comer… -Inquirió Verónica.
— Ya comí. –Gruñó sin dejar ver la zona frondosa del bosque, quería ir tras el pequeño ¿por qué? No lo sabía.
— Pero necesitas más energía, el eclipse se acerca… -Insistió y tomó su mano-… vamos amor, antes de que amanezca. –Y dicho esto, lo jaló hacia donde se encontraban los demás.
— Decidiste unírtenos. –Exclamó Jinxx dejando caer el cuerpo ya sin vida de la muchacha- Hey Tom, ¿pasa algo?
— Si, aquí estaba un niño… ¿ustedes no lo vieron? –Preguntó volteando a verlos, pero todos se miraron extrañados y después rieron.
— Ya estás alucinando. –Aseguró Pitts recostándose en la tierra. – Aquí no hay nadie más que nosotros, y la basura de allá. –Señaló la pila de cuerpos.
— Cállate imbécil, estoy seguro de que vi a un niño. –Dijo molesto.
Verónica y Andrew se dieron una mirada rápida, Tom debía empezar a olvidar todo.
— Es mejor que comas, amor, al parecer, lo necesitas. –Volvió a insistir verónica y jaló su playera, Tom apartó la vista de dónde había desaparecido el niño hace unos minutos y sacudió su cabeza volviendo un poco en sí más la duda no se marchó, ¿quién era ese niño y por qué fue el único que pudo verlo?

16 de Marzo. 5: 30 de la tarde.
— Nosotras nos quedaremos para resguardar a Ruth. –Le avisó Andrea. Ashley sólo veía a Georg y Gustav preparar el auto con el cual se iban a marchar del país.- Kerstin irá contigo.
— ¿Estarán bien solas? –Preguntó volteando a verlas.
— No nos subestimes por ser mujeres, somos más fuertes de lo que crees. –Aseguró Beatriz esbozando una sonrisa- Verás que cuando estés fuera de aquí, todo mejorará… suerte. –Le deseó brindándole un fuerte abrazo, para después, entrar a la cabaña.
— Debes procurar que Georg y Gustav no se maten, son demasiado tercos para tomar decisiones, además… si se lastiman ¿qué haremos nosotras? –Preguntó dando una pequeña sonrisa, Ashley correspondió el gesto, pero la sonrisa se desvaneció para voltear a ver a los dos hombres nuevamente.
— Andrea… ¿no tienes miedo?
— ¿De qué?
— De que cuando ellos se enfrenten… Georg pueda…
— Siempre, pero procuro mantener conmigo una frase que hace que me mantenga tranquila y que me logra asegurar que lo tendré en mis brazos una vez más. –Ashley la vio con atención.
— ¿Cuál es?
— El bien siempre triunfa contra el mal.
— ¡Todo está listo! –Se escuchó el grito de Georg.
— Nuevamente, mucha suerte Ashley. –Se despidió apretando su mano y al igual que Beatriz, entró a la cabaña.
La chica se quedó inmóvil: “El bien siempre triunfa contra el mal”, esa frase era cierta pero… algo le advertía que en esta ocasión, habrá una excepción.

14 oct 2011

Cap. 52 Entre la espada y la pared.



— ¿Qué les dijo? –Cuestionó Ashley al poner un pie dentro de la cabaña. Los presentes, exceptuando a Bill quien se encontraba en la habitación con Ruth, voltearon a verse para después, mirar cualquier punto menos a ella. Ashley los vio desesperada y volvió a preguntar-: ¿Qué les dijo Tom?... –Su respuesta siguió siendo el silencio-… ¡Maldita sea, alguien diga algo! –Gustav, volvió a mirar a sus compañeros y le brindó una mirada a Kerstin, él quería hablar.
— Chicos… ¿qué pasó? –Preguntó Kerstin. Gustav, quien se encontraba recargado en la pared, dio un paso hacia adelante y descruzó sus brazos.
— Tom eligió, él está con Andrew ahora. –Respondió clavando sus ojos en Ashley.
Ella se tensó completamente y frunció su ceño anonada: Tom no daba la espalda.
— Eso no es cierto. –Le retó la chica.- Tom no es así ¡y tú lo sabes! –Lo señaló.- Él no pudo haberse ido con Andrew y abandonarnos… él no nos va a hacer daño.
— Las cosas cambian. –Y con eso, la calló- Tom ahora es nuestro enemigo y ahora, demos protegerte de él porque si bajamos la guardia… él podría lastimarte. –Ashley pudo sentir como esa palabra retumbó en sus oídos. Lastimar. ¿Tom sería capaz de tocarla para hacerle daño?
— No... –Negó con un nudo en la garganta.- Él no me va a lastimar… ¡él no lástima a nadie!
— ¡¡Ya lo hizo!! –Gritó Gustav perdiendo los estribos y los que se encontraban en la sala agacharon su cabeza mientras que Kerstin, quien presentía lo que Gustav iba a decir, tomó la mano de Ashley con fuerza y al mismo tiempo, se brindaba fortaleza ella misma.
— ¿Qué quieres decir? –Preguntó Ashley en susurro.
— Él ya lastimó a alguien: … Ruth.
Ashley dejó de apretar la mano de Kerstin al sentir como su sangre se helaba porque fue cuando se dio cuenta: había terminado de perder a sus seres queridos, por fin estaba sola.
— Ruth… ¿Ruth es su marioneta? –Gustav asintió.
— Pero no lo será por mucho. –La chica lo vio de golpe y alejó la mano de Kerstin.
— No van a matarlo…-Le dejó en claro-… ¡no permitiré que lo hagan! –Les advirtió a todos. Tom no iba a morir porque si lo hacía, moriría lo poco de ella también.
— ¡Lo harás si quieres que tu amiga se salve! –Le recordó Georg entre dientes, su largo cabello cubría todo su rostro y muy apenas se podía ver la pupila de su ojo derecho: a él tampoco le parecía la idea de pelear contra su mejor amigo pero tenía que hacerlo si quería salvar a la raza humana.
Ashley los vio desesperada. En estos momentos se encontraba entre la espada y la pared.
— Además, Ashley, la decisión ya está tomada por el mismo Bill: cuando el día llegue, la victoria será decidida por el destino.
La chica chilló por lo bajo y comenzó a retroceder, comenzaba a sentirse abrumada.
— Solo quiero… que las personas que más amo estén a salvo. –Y dicho esto, salió de la cabaña como alma que lleva el diablo hacia el interior del bosque.
— ¡No dejen que se vaya! –Gritó Gustav y al acto, todos se levantaron para ir a su búsqueda, pero Kerstin los detuvo.
— Por una vez, déjenla sola. –Ordenó mirando como la chica se internaba entre los árboles y arbustos.
— Pero, Kerstin, demos ir o algo peor puede pasar. –Exclamó Andrea y Kerstin volteó a verla.
— Lo peor ya está pasando. –Aclaró irónica y miró el pequeño pasillo donde se encontraba Bill y Ruth y sin pensarlo, caminó para entrar a la habitación y dejó a sus seguidores con las palabras en la boca.- Bill… -Lo llamó cerrando la puerta detrás de ella. Desde que supo que Bill le había ocultado que Andrew era su hermano, no hablaban a menos que se tratara de la seguridad de Ashley-… Bill, no estás solo. –Fue lo único que pudo articular.
El menor de los Kaulitz tenía su cuerpo pegado a la fría pared de madera y su visión se había perdido en la chica que yacía ‘dormida’ en la dura cama. Kerstin se encogió de hombros y vio de reojo a Ruth para después, soltar un difícil suspiro.
— Has sido muy valiente al tomar las decisiones y esta, fue la decisión más valiente e importante de todas, eres un gran lí…
— Lo único que pude ver en sus ojos era odio. –Murmuró perdido.
—… der. –Susurró esta última sílaba.- ¿Qué?
— Fue la primera vez que vi odio en él… -Negó por un momento-… él no era mi hermano, era un ser oscuro cegado por la venganza, el rencor… y por la sangre, él no era Tom. –Soltó un pequeño sollozo que hizo que Kerstin apretara sus labios.- Mira lo que aquél demonio hizo… -Señaló con su cabeza el cuerpo de Ruth-… dañó la vida de una inocente ¿y sabes por qué? Porque se le hizo divertido, le divirtió jugar con el dolor… -Exclamó entre dientes-… Realmente, lo que tenía frente a mí era un monstruo… -Calló de golpe-… o tal vez, tal vez siempre lo ha sido, pero me cegué tanto que no pude verlo.
— Bill no digas eso… -Suplicó caminando hacia él-… lo vamos a recuperar, te lo prometo.
— ¡¿Recuperar a quién?!... –Soltó estupefacto haciendo que Kerstin se detuviera en seco-… ¿No has escuchado? ¡Él siempre ha sido así!
— No, vamos Bill, no te dejes doblegar por la desesperación. –Le pidió volviendo a avanzar hacia él- Recuperaremos a Tom, recuperaremos a tu hermano. –Le juró tomando su rostro con sus dos manos y lo acercó a la de ella.- Él volverá a ser el mismo… -Bill volvió a sollozar.
— Tengo miedo… ¡no quiero que el demonio que vive en el vuelva a ganar!
Y al confesarlo, soltó el llanto haciendo que Kerstin lo abrazara de una vez por todas. Aún tenía frecuentes recuerdos sobre aquella noche, la noche en la que Tom derrotó a Yü en su verdadera forma, aquella horrible forma la cual quería gobernar en el cuerpo de su hermano y que estuvo a punto de lograrlo.





















Ashley se detuvo al creer que se encontraba lo suficientemente lejos de aquella cabaña. Su pecho subía y bajaba debido a la agitación que sufrió al correr y gracias a la noticia que recibió de Gustav: su corazón latía rápidamente y podía sentir como avanzaba hacia su garganta, su cabeza le dolía debido a la frustración e impotencia que llegó a sentir.
El dolor por la pérdida de su hijo lo cargaría por siempre como si llevase una cruz y más aparte se agregó su amiga Ruth y la desesperación de no saber nada acerca de Tom pero… ¿el dolor de saber que para salvar a Ruth, Tom debía morir? Para empezar… ¿por qué Tom hizo eso?
— Nunca debí mentirle. –Murmuró a la tierra con sus pupilas dilatadas.
Lo único que logró hacer fue echar a perder más las cosas. Sabía muy bien que todo fue su culpa: por ella Tom se fue, por ella Tom se perdió, por ella Tom odió, por ella Tom se unió a Andrew, por ella Tom… ya no está más.
Gritó.
Gritó por el coraje que sintió hacia ella misma.
Gritó por la pérdida de Peter.
Gritó por meter a Ruth en su infierno.
Gritó por matar el amor que Tom tenía hacia ella.
Gritó por el simple hecho de no aguantar más dolor.
Ahora, estaba en un maldito dilema: Si Tom no moría, Ruth no se salvaba pero quería que Ruth se salvara pero no, no podía permitir que mataran a Tom ¡a Tom! Su corazón le dolió una vez más, ¿cómo permitir que mataran a su amado sin impedir que salven a su amiga?
—Yo… yo solo quiero que todo esto termine.

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¿Saben que se siente saber que a tan sólo unos metros de su preparatoria se desate una balacera? Impotencia. Eso fue lo que me pasó ayer. Y hoy, sufrí los dolores que una mujer sufre una vez al mes xd, no fue una buena semana, pero lo bueno es que mañana es sábado y sé que a ustedes les fue mejor que a mí :), Buenas noches queridos lectores, gracias por comentar & gracias por leer la nota que deje, tal vez... TAL VEZ llegué a 'insultar' sin querer a algunos y si fue así, realmente, mis sinceras disculpas sé que algunas no estuvieron deacuerdo con lo que dije y está bien, se vale, todas tenemos una opinión y pensamientos diferentes y yo las respeto :) Pasando en otras cosas, estaba pensando en hacer un tipo trailer de la novela, pero ¡por dios! no sé editar videos xd me desespero con facilidad D: muy apenas puedo hacer una foto decente xd pero lo seguiré pensando y checando fotos, videos e imágenes a ver que sale xd
 Las quiero chicas <3 

9 oct 2011

Mi opinión respecto a la comunidad de TH.


Nada de lo que escribí lo hice con ánimos de ofender, puedo o no estar equivocada, es sólo mi punto de vista en torno de todo lo que ha estado pasando con nuestra comunidad. 

Hace tiempo que he querido, digamos que “opinar” acerca de diferentes temas acerca de Tokio Hotel.
Primero. Los nombres hacia las fans.
Desde que Bill nos comenzó a llamar ‘Aliens’ varias chicas han usado el término ‘Tokitas’ para referirse a aquellas niñas menores de 18 años que tienen la fantasía de casarse con Bill o Tom. Bien, quiero dejar esto claro: Mucho antes de que nos catalogáramos como “Aliens” Nos hacíamos llamar Tokitas o tokiohoteleras, ¿por qué ahora ese término es solamente para las grupies? Se me hace absurdo. Antes TODOS éramos tokitos y ahora si nos llamamos así nos relacionan con unos grupos de inmaduros que sueñan que lo chicos de Tokio Hotel sean su pareja.
Mi coraje ha sido que he visto en varias páginas discusiones por esto ¡es una estupidez! Para mí: tokitas, tokiohoteleras, aliens es el mismo término: FANS DE TOKIO HOTEL. Se me hace demasiado tonto que nos peleemos entre nosotras mismas por ello, si se supone que somos unas fans unidas, ¿por qué no lo ponemos a prueba? Sé que el término ‘Alien’ ya es oficial porque Bill nos nombró así pero ¿enserio? ¿Nos pelearemos por el término tokita & alien cuándo todos sabemos que significa lo mismo? Para las chicas que se niegan ver a los chicos con alguien más que no sean ellas mismas, llámenlas como quieran porque tienen más definiciones, pero NO las liguen con tokitas.
Ahora, las comparaciones con las Biebers y jonaticas siempre me ha dado MUCHA RISA. Esto no tiene lugar, ni siquiera lo debo de mencionarlo por la única razón de que Justin Bieber y los Jonas Brothers no son del mismo género que Tokio Hotel, entonces ¡¿porqué MIERDA DISCUTIR CON SUS FANS?! Si ellas comienzan no les sigan el juego, es una pérdida de tiempo ya que al fin y al cabo LAS TRES BANDAS SE PASAN LOS COMENTARIOS POR EL CULO, al fin y al cabo se siguen haciendo más famosos y más ricos [Aunque creo que los JB ya no están juntos, aún así].
Después, las fanfictions. VOY ACLARANDO: Yo he escrito dos oneshots slash: twc, y torg [tomxgeorg] esto NO significa que crea en ello y también quiero dejar en claro que leo tanto como SLASH y como HETERO.  Bien, ¿a qué punto quiero llegar? Muchas chicas han dejado de leer fanfictions heterosexuales y se obsesionaron con leer puro slash, en especial twc y a algunas [OJO: NO  he dicho que a TODAS] les vale una mierda si la trama de la historia sea buena, mientras en la descripción lean: DEMASIADO LEMON, MUCHAS ESCENAS DE SEXO GAY Y MÁS MÁS LEMON, ellas están más que conformes. Déjenme decirles que eso no es lo correcto. Yo leo fics hetero & slash y si la trama está buena la termino de leer si NO LO ESTÁ NO LO LEO MÁS valiendo madre si en todos los capítulos hay capítulos de sexo. Porque de esto está la lectura, de dejar un buen sabor de boca al lector, emociones al leer, cautivarlo, atraparlo hacerlo sonreír o hacerlo llorar pero al fin y al cabo hacer que el lector se sienta identificado y al final, dejarle una buena lectura YA NO IMPORTA SI LA NOVELA SEA SLASH O HETERO, pero a muchas personas ya no le importa esto, ahora, si ven en la descripción ‘Novela hetero’ no la leen por el simple hecho de que no hay morbo en ella o si es twc o slash no la leen porque no hay escenas de sexo en ellas… ¿eso está bien? Mi oneshot Torg  -quiero dejar en claro de una vez- tiene escena de sexo, pero equis, puedo escribir una novela slash omitiendo las escenas ‘fuertes’ y prometiendo una BUENA HISTORIA.  Muchas novelas EXCELENTES que son de género heterosexual son las que menos se leen en la página de THFicción ¿por qué? ¿Por qué no hay dos hombres besándose en ellas? ¿Por qué no hay morbo? Lectores, ¿qué es lo que quieren? [*NO pienso tocar el tema acerca si existe o NO el twc, cada quien sus creencias y yo las respeto.] Si se fijan, mis novelas no tienen tantas escenas de sexo, Pain Of Love I apenas y tiene una y esta temporada no he escrito ninguna escena así pero creo que no es necesario ¿o sí? –No digo que no la vaya a escribir- Ustedes díganme, ¿tengo que escribir una escena de sexo fuerte para poder atraparlas en la lectura? No, no fue necesario, supe manejar un poco la trama y supe transmitírselas de buena manera y GRACIAS a ustedes por aceptarla <3, pero ¿y los demás? ¿Cómo atrapo a los demás lectores que solo buscan el morbo?
Hace mucho que quería escribir esto, desde hace meses me ha estado causando dolor de cabeza y ahora, he dicho todo lo que pienso acerca de estos tres temas.  Nada de esto es con afán de ofender, sino para reflexionar y pensar, tal vez estoy equivocada y si es así, lo siento, pero no podía quedarme callada más tiempo.
Saludos, besos, gracias por leerlo, los quiero a todos y nos vemos hasta el próximo relato. Arlette González <3 

Cap. 51 Fantasma.

* El siguiente capítulo viene acompañado del video MCR Ghost of you. Si se acaba antes de terminar la lectura, volver a darle play.




— ¿Por qué te sorprende verme? –Beatriz retrocedió, esa no era la voz de su viejo amigo, él no podía ser Tom: el ser que se encontraba frente ella estaba tan blanco como el papel, sus ojos rojos malditos resaltaban por el color de su piel y gracias a la tenue luz de la luna que entraba por la sucia ventana, Beatriz pudo confirmar que su querido amigo se había convertido en un verdadero demonio.
— Mierda, Tom, ¿qué te han hecho? –Cuestionó dolida. Aquél ser rió.
— Beatriz, ¿de qué hablas? ¡Sabes muy bien que esta es nuestra verdadera apariencia! –La chica negó.
— Nosotros no somos así... ¿¡recuerdas?! Gracias a ti me di cuenta que nosotros somos más que unos asesinos ¡recuerda todo lo que me decías: nosotros no somos unos enfermos, nosotros no dependemos del dolor, nosotros no dependemos de la sangre humana! –Tom soltó una sonora carcajada y acarició la cabellera de Ruth como si fuese su gato mascota.
— En esos tiempos Ruth, yo, era un estúpido que pensaba que si los salvábamos a ellos… -Jaló el cabello de Ruth hacia atrás-… nos salvábamos a nosotros, pero me di cuenta que eso era mentira ¡nosotros ya estamos condenados! ¿Por qué no condenar al ser débil también? –Preguntó acariciando la mejilla de ‘la marioneta’. Beatriz los veía atónita y soltó un chillido al descubrir otra triste verdad.
— ¿Por qué la elegiste a ella, Tom? –Preguntó con un nudo en la garganta- ¡Ella es completamente inocente en esto!
— Porque me pareció divertido ver como dos ‘amigas’ se mataban entre sí. –Rió al recordar el plan.- Hasta a Ruth le pareció divertido, ¿cierto hermosa? –Ruth sonrió.
— Demasiado, lástima que no me dejaron terminar... un hombre parecido a ti llegó. –Le informó volteando a verlo. Tom ligeramente asintió.
— Bill siempre ha sido un aguafiestas…
— Escúchate… -Balbuceó Beatriz al darse cuenta de la forma de hablar del de trenzas, se expresaba y pensaba al igual que otra persona- ¡Has estado con Andrew todo este tiempo! –Confirmó sorprendida y pudo sentir como sus pupilas se dilataban.- Tom, ¿cómo te atreviste a escucharlo? ¡Él sólo te utiliza! –El de trenzas rugió y se puso de pie.
— Él es el único que me ha sabido comprender, además… es mi querido hermanito. –Sonrió. Fue la misma sonrisa sombría de Andrew.
— Ahora lo comprendo todo. –Aseguró Beatriz y comenzó a retroceder- Andrew te ha lavado el poco cerebro que tienes.
— Él sólo me ha hecho comprender nuestra existencia. –Miró de reojo la puerta y volvió a reír al ver las intenciones de la mujer.- ¡Ellos están lejos! Estás sola Beatriz. –Le hizo saber y la chica se detuvo en seco, lo había olvidado, los demás habían salido a cazar.- Además, si hubiesen estado aquí ¿no crees que ya hubieran entrado? Mi energía es difícil de ignorar. –Le dejó en claro y encarnó una ceja.
— ¿A qué viniste, Tom? –Preguntó por fin.
— Ustedes tienen algo que me pertenece y la quiero devuelta… ¡¿dónde está?! –Beatriz ladeó su cabeza y entrecerró sus ojos.
— ¿Qué? –Soltó una pequeña risa- ¿Tu poder no es suficiente para encontrarla? –El de trenzas rugió.
— ¡Ustedes la están protegiendo! –Afirmó lanzándose sobre Ruth- Cubren su alma y bloquean sus pensamientos ¡¡dime dónde está!! –Beatriz volvió a reír.
— Nosotros no tenemos ese poder, Tom. –Le informó.- Tal vez tu estupidez no te deja usar tu fuerza como se debe. –Un fuerte golpe se dejó escuchar, Tom la había bofeteado.
— Por el tratado, aún no puedo matarte Beatriz ¡así que no me provoques! Ahora… ¡¡dime dónde la tienes!!
— No lo haré. –Tom chasqueó sus dedos y Ruth se puso de pie.
— ¿No lo harás? Está bien. –Caminó hacia su marioneta y delicadamente, sacó una daga de su enorme pantalón y se lo entregó a Ruth.- Córtate la garganta. –Ordenó y en cuestión de segundos, la chica se pegó la daga a su cuello y al moverlo tan solo un centímetro, la sangre comenzó a salir.
— ¡No! –Se apresuró a gritar Beatriz. Tom volvió a chasquear los dedos y Ruth bajó el arma.
— ¿Me lo dirás? –Beatriz pasó saliva con dificultad y bajó su cabeza.- Tu lo quisiste. –Una vez más, chasqueó sus dedos.
— ¡Agh! –Chilló Ruth al acto en el que Gustav y Georg la sometieron y le quitaron el arma: ellos entraron por la ventana. La puerta había sido abierta dejando ver a Bill y Andrea.
— Vete de aquí… Tom. –Le ordenó su gemelo pero Tom negó.
— ¿Desde cuándo tu das las ordenes aquí? –Preguntó irónico.
— Desde que me di cuenta que mi gemelo era un imbécil, ahora, ¡lárgate!
— ¡No hasta que me den lo que me pertenece!
— No lo haré Tom. –Repuso Bill caminando al centro de la habitación.
— Entonces, te mataré. –Su gemelo cerró lentamente sus ojos, esas palabras lo terminaron de lastimar.
Kerstin, quien se encontraba en medio del bosque con Ashley, se puso de pie y miró hacia las hojas de los árboles, algo malo estaba a punto de suceder en la cabaña.
— Por lo que más quieras Bill... no pelees, no lo hagas. –Ashley la vio preocupada y después, abrazó más fuertes sus piernas y hundió su cabeza en sus rodillas: sabía muy bien que Tom se encontraba en la cabaña y sabía muy bien que el verdadero Tom se había ido hasta el grado de convertirse en un débil fantasma, ahora, solo gobernaba el Tom egoísta, rencoroso y malvado.
— Si te atreves a tocarlo Tom, te enfrentarás con todos nosotros. –Le aseguró Georg encajando la daga en la pared de madera.
— Y tú más que nadie sabe que somos más fuerte si estamos juntos. –Le recordó Andrea y se cruzó de brazos.
Tom bajó su guardia y dio una sonrisa de medio lado, había olvidado lo que Andrew le había dicho:
“Es mejor que esperes hasta el eclipse lunar ya que en ese momento, serás invencible y podrás torturarlos de tantas maneras que ni siquiera imaginas.”
— No vale la pena. –Murmuró el de trenzas y comenzó a retroceder, volteó hacia Ruth y al acto, la chica cayó inconsciente pero Gustav logró atraparla antes de que su cuerpo se golpeara contra el piso.- Nuestra pelea se llevará acabo pronto hermano; te lo prometo. –Aseguró antes de salir por la ventana, después de varios minutos, los presentes pudieron respirar al confirmar que Tom se había marchado de la zona al fin.
Gustav dejó a Ruth en la cama y se dirigió hacia su amada quien se encontraba temblando ante el miedo que Tom le había causado.
— ¿Te encuentras bien? –La chica negó.
— Tom es… es un verdadero monstruo. –Balbuceó abrazando a Gustav.
— ¿Cómo es posible que no haya sentido la energía de Ashley? –Cuestionó Georg anonado- ¡Es imposible!
— Al parecer, algo muy fuerte la está protegiendo. –Susurró Bill.
— Bill… ¿Qué haremos con Ruth? –Preguntó Andrea y acarició su brazo, pero el chico la apartó.- Es la esclava de Tom… ¿qué se supone que debemos de…?
— Matarlo. –Respondió sintiendo un horrible dolor en su pecho y lengua: era como si millones de vidrios lo hubiesen atravesado sin piedad. Matar, ¿cómo podía usar esa cruel palabra refiriéndose a su propio gemelo?- Tom eligió su bando, ahora, es nuestro enemigo.






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Hace mucho que no ponía un capítulo con una canción (: Y creo que esta va perfecta para la ocasión -rimo ._. xd- Hoy es una hermosa noche porque llueve <3 espero que mañana tengan un buen lunes e inicio de semana c:, las quiero <3

8 oct 2011

Cap. 50 Marioneta.



— ¿Cómo que desapareció? ¡¿Se fue?! Pero… ¡él no…! –Balbuceó por varios minutos y rendida se sentó en la orilla de la cama.- ¿Y no tienen idea de donde está? ¿Lo han intentado buscar? ¡¿Bill ha tratado de encontrarlo?! –Preguntó desesperada.
— Ashley, no tienes idea de cómo ha estado Bill desde aquél día. –Respondió molesta. Ashley sólo se encogió de hombros.- Es momento de irnos… -Murmuró volteando hacia la ventana. –La chica de cabello negro alzó débilmente la vista hacia ella.
— ¿Cómo lo sabes? –Kerstin volteó a verla.
— Porque ya han llegado.
En efecto, al bajar Andrea y Beatriz las esperaban con las puertas traseras del auto abiertas. Kerstin y Andrea metieron el poco equipaje de Ashley en el maletero y después, entraron al auto para dirigirse al punto perdido del boque.
Inmediatamente, la sensación de culpa, preocupación y nostalgia invadió su cuerpo: Tom se había ido y por supuesto, fue por ella. Maldito sea su orgullo, maldita sea su furia que nunca la dejan actuar con sensatez, maldita sus ideas que, para ser sincero, nunca son las mejores: cuando ella piensa que es para bien, realmente es para mal ¿por qué no lo entiende? Ahora por su estupidez, Tom se encontraba ya lejos y estaba más que confirmado que nunca más iba a volver a verlo, pero al fin y al cabo era lo que quería ¿o no? No, ella lo quería a su lado pero no tuvo el valor para admitirlo y ahora, era demasiado tarde, su deseo se cumplió: estaba sola.
El silencio sepulcral las acompañó en esas tres horas de viaje, cabe decir que Ashley estaba un poco incomoda al estar a solas con ellas: ¿Tenía que entablar una conversación con ellas? ¿Tenía que sonreírles cada vez que volteaban a verla? Sabía que tenía que darle las gracias por salvarle su vida pero, ¿cómo decirlo? Era algo complicado. Después de aquellas largas horas de viaje, el camino se había hecho inestable: habían entrado al boque, un kilómetro más y llegaban a su destino. Ashley logró visualizar la cabaña y también dos autos lujosos aparcados frente ella: los dos eran de color negro y los vidrios estaban polarizados. El motor del auto fue apagado y las chicas salieron, excepto Ashley.
— Es seguro. –Le dijo Kerstin. Ashley hizo una mueca.- Si no bajas, no podrás ir con tu amiga.
— ¿Está aquí? –Preguntó sorprendida. Kerstin asintió.
Ashley no dudo y se bajó del auto casi corriendo, pero al ver a Gustav y a Georg recargados respectivamente en la pared y el otro en el barandal de madera, detuvo su marcha y se quedó parada frente el pequeño escalón. Los dos hombres se voltearon a ver y al acto, se levantaron y esquivaron a Ashley y se marcharon de ahí, la chica sólo se encogió de hombros y dudosa, subió el escalón y sin pensarlo, ya se encontraba frente la puerta; giró la perilla y lentamente la abrió. La cabaña se encontraba en penumbras, y se pudo observar –a través de la cortina de luz que se había formado en la entrada- el polvo que se levantó del piso descontroladamente. La chica entró por fin y después de apreciar la pequeña sala, observó el único y angosto pasillo a su lado, al caminar en el, se percató que había solo dos puertas ¿en dónde estaba Ruth?
Clack.
Se giró a su puerta derecha y pudo apreciar a Bill. Él, le abrió la puerta en su totalidad y dejó en vista a Ruth que yacía acostada inconsciente en la cama. Ashley lo miró y Bill asintió, la chica entró a la habitación y el menor de los Kaulitz cerró la puerta tras ella.
— Ella no es como nosotros, puedes estar tranquila. –Explicó al ver a Ashley hincarse y tomar la mano de Ruth.
— Entonces… ¿Qué le pasó? ¿Por qué me atacó? –Preguntó desconcertada.
— Nosotros utilizamos nuestros colmillos para cuatro cosas… -Ashley lo observó y escuchó con atención-…Alimentar, matar, salvar o… condenar, cómo tu quiera llamarlo y dominar. –Las enumeró con sus dedos.
— ¿A qué te refieres con “dominar”? –Cuestionó entrecerrando sus ojos, estaba confundida.
— Nosotros tenemos el poder de controlar el cuerpo del humano que deseemos, para esto, hacemos que nuestra voz se meta en su cabeza, cuándo se logra, bebemos su sangre –pero no con totalidad- y el control hacia él o ella, se logra.
— Quieres decir que… -Pasó saliva con dificultad-… ¿¡Ruth es la marioneta de Andrew!? –Bill asintió.
— Si así lo quiere entender…
— ¿Y qué le pasó? –Cuestionó mirando a su amiga- ¿Por qué está inconsciente?
— No está inconsciente, está en coma. –Ashley lo vio de golpe.- Al no ser utilizada, la persona permanece en coma hasta que el ‘titiritero’ decida despertarla. –El cuerpo de Ashley tembló.
— ¿¡Y no se puede salvar!? Ella… ella… ¡¿ella se quedará así para siempre?!
— Hay tres maneras para recuperarla: Que el vampiro que la controla decida romper el lazo con su persona, matar a la persona o… matar al titiritero.
— Mátenlo. –Ordenó entre dientes.- ¡Mátenlo! –Bill rió ingenuo.
— No hace falta que lo digas dos veces, lo haré… -La chica dejó caer todo su peso sobre sus piernas y se dedicó a brindarle calor a la mano de su amiga.-… pero no vuelvas a ordenarme algo, que todo esto no lo hago por ti. –La chica lo vio desconcertada.
— No… no quise que sonara de ese modo… lo siento.
— ¡No quiero tus disculpas! –Soltó anonado. La chica bufó.
— ¿Entonces qué quieres? –Preguntó desesperada.
— A mi hermano. –Respondió encarnando una ceja.- Pero claro, él se largo por culpa de una… ¡malagradecida! –Rugió. Ashley, se puso de pie más no se acercó a Bill.
— Si, ¡lo soy! –Lo confesó al fin.- Soy una estúpida, una maldita… ¡lo soy! Jamás debí de decirle esas cosas sabiendo que ¡no son ciertas! ¡Jamás debí de decirle que se alejará! Jamás… jamás debí decirle que no lo amaba… -Bill negó.
— No lo digas ahora, es en vano: tus palabras no arreglarán absolutamente nada. –Ashley bajó su cabeza y pudo escuchar los zapatos de Bill por la habitación, estaba por salir.- Espero que sí agradezcas esto: Te salvé porque yo sé… que no soy un monstruo. –Y dicho esto, cerró la puerta y los sollozos departe de la chica se dejaron escuchar.
— No quise que esto pasara. –Susurró entre lágrimas.















— Ashley… -La chica volteó hacia la puerta al ver a una de las mujeres que fue a recogerla al hotel-… Mi nombre es Beatriz, yo me quedaré cuidando a Ruth mientras tú te duchas, comes y tomas una siesta, mañana partimos y queremos que estés descansada porque será un viaje demasiado largo. –Aclaró entrando a la habitación.
— ¿A dónde me llevarán? –Preguntó con la garganta seca y se limpió por última vez su mejilla izquierda borrando rastro sobre sus lágrimas.
— A un lugar seguro. –Respondió dando una sonrisa de medio lado.- Es mejor que duermas… -Ashley asintió. Débilmente se puso de pie pero antes de salir de la habitación, preguntó:
— La salvarán, ¿cierto? –Cuestionó mirando a Ruth.
— Lo haremos.
— Gracias.
Beatriz soltó un suspiro al quedarse solo y miró a la chica inconsciente: esto se había salido de control, las vidas de muchas personas inocentes se habían perdido por la codicia y maldad de Andrew, ¿hasta cuándo se iba a acabar aquella masacre?
— Mierda. –Musitó asustada al ver de repente a Ruth sentada sobre la cama con sus ojos bien abiertos pero completamente perdidos. Beatriz comenzó a retroceder para ir con Bill, debía decirle que Ruth había despertado.
— ¿A dónde vas? –Cuestionó Ruth y Beatriz se volvió a girar hacia ella y se percató que había alguien más en la habitación.
—… ¿Tom?



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SÁBADOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO <3 Acabo de desocuparme ._. vino una amiga <3 fuimos al cine cuya función empezaba al as 4:55 y luego el proyector hizo BOOM ¬¬ y tuvimos que ir a otra función que empezaba a las 6: 15 pero valió la pena, bueno, la película no estaba tan mal, se llama el Anticristo, se las recomiendo (: espero que ustedes también hayan tenido un lindo sábado, los quiero <3 

3 oct 2011

Cap. 49 Escarmiento

— No vas a hacerlo, tú no puedes… no vas a lastimarme. –Balbuceó asustada y retrocedió al momento en el que Ruth alzó el arma blanca.
— ¿Por qué no lo haría? –Preguntó confundida y llevó la punta del cuchillo a su dedo índice y comenzó a rotarlo lentamente.- Tú no has hecho nada por mí, en cambio él, ¡me salvó la vida!
— Por dios Ruth, ¡escúchate! Tú no eres así… -Trataba de hacerla entrar en razón, pero parecía que hablaba con una desconocida: la chica que tenía enfrente no era su amiga.-… ¿qué te hizo? –Preguntó con un nudo en la garganta. Ruth ladeó su cabeza.
— Me abrió los ojos. –Y dicho esto, se lanzó contra Ashley.

-*-*-*
Las dos chicas peleaban: una para atacar y la otra para vivir. Ashley sostenía con todas sus fuerzas las muñecas de Ruth para mantener alejada aquél arma infernal, pero Ruth era más fuerte: cada vez se acercaba más a la pupila derecha de su “amiga”.
— No es nada personal, Ashley. –Exclamó entre dientes mientras acercaba cada vez más la punta a su ojo.
Un golpe se dejó escuchar: alguien había abierto la puerta principal, pero la maldita barrera invisible no le permitía pasar.
— ¡Ashley! –Gritó furioso Bill. Las dos muchachas voltearon al sentir como esa voz resonaba en sus oídos. La chica de cabello negro, volvió a voltear hacia Ruth y con toda la fuerza que tenía logró empujarla para quitarla de encima; se giró para torpemente, y comenzó a gatear para alejarse de ella.
— Ah no, ¡no te irás! –Aseguró Ruth y la detuvo agarrándola de sus tobillos. Ashley cayó y se quejó por lo bajo, desesperada, logró observar a través de las patas de la mesa a Bill, quien, furioso, trataba de entrar a su auxilio.- ¡No saldrás de aquí viva! –Gruñó alzando el cuchillo.
— ¡¡Entra!! –Gritó con todas sus fuerzas. Y en menos de un segundo, Bill sometió a Ruth.
— ¡Huye! –Le ordenó el menor de los Kaulitz. Ashley, los observó anonada y al ver los movimientos de Ruth, se espantó: parecía que se encontraba poseída, dios, ¡¿qué le habían hecho a su mejor amiga?!- ¡¡Que te largues de aquí!! –La chica se estremeció y torpemente se puso de pie para salir corriendo de la casa, pero al ver dos cuerpos enfrente de la entrada se detuvo en seco y asustada, gritó dejándose caer de sentón: eran los padres de Ruth.
— No veas. –Ordenó una voz femenina y al taparle los ojos, la puso de pie. Kerstin, buscó su automóvil que prácticamente se encontraba estacionada frente en la casa vecina pero de la nada, había desaparecido: No tuvo más opción, a ciegas, la encaminó lejos de esa casa. Al no tener ya esa escena, le quitó la mano de sus ojos y la tomó por los hombros- Perdón por no cumplir la promesa. –Musitó Kerstin un poco acelerada. Ashley se encogió de hombros y rió atónita.- Sé que no quieres saber nada de nosotros pero, ¡debes venir conmigo! –Le ordenó tomando su mano, pero la chica la soltó.
— ¡No puedo irme sin mi amiga!
— ¡Ella ya no es tu amiga! –Ashley se tensó.
— ¿Qué quieres decir? –Kerstin apretó sus labios, frustrada, trataba de encontrar la forma menos cruel para contestarle.- Ella… ella ya es como ustedes… ¡¿cierto?!
— Es probable. –Confirmó con un nudo en la garganta.- Y te puedo asegurar que no está de nuestro lado. –Ashley vio estupefacta el piso, esto no está bien… ¡Ruth no puede ser uno de ellos!- Lo siento, pero quieras o no ¡tu vienes conmigo! –Esta vez, no le estaba preguntando. La tomó del brazo y a rastras, se la llevó de ahí.
— ¡Espera! –Suplicó ya que no lograba ir al mismo paso que Kerstin, era demasiado rápida y si ella no se detenía en esos momentos, Ashley podía caerse.
— No, no puedo detenerme. –Se negó corriendo más rápido. Ya se encontraban fuera de aquella colonia.
— ¡Agh! –Se quejó la chica al sentir como Kerstin la empujó para hacerla retroceder.
— Mantente cerca. –Le ordenó por lo bajo al tener a Jinxx y Christian enfrente. Ashley no dudo ni un segundo y se apegó con Kerstin.
— ¡No puede ser! ¿Ya viste quién es, Jinxx? –Exclamó sorprendido y Jinxx rió.- Nuestro sagrado alimento hecho “dios”.
— Ni se les ocurra acercarse. –Amenazó Kerstin y rugió mostrando sus colmillos. Los dos hombres rieron más fuerte.
— Querida Kerstin, hacerte la ruda no te queda. –Le hizo saber Christian, pero Jinxx lo detuvo.
— Hey, tranquilo… ella nos puede hacer trizas si lo desea. –Le recordó con burla. Kerstin ladeó su cabeza confundida más no bajó la guardia.
— ¿De qué hablas? –Murmuró.
— No los escuches. –Se apresuró a decir Ashley.
— ¡Oh, cierto! Ella no lo sabe… -Exclamó llevándose una mano a su sien.
— ¿Saber qué?... ¡Respondan! –Les exigió.
— ¡No los escuches! –Le suplicó Ashley y la tomó del brazo.
— ¡Ashley! –Exclamó Christian como si apenas se hubiera dado cuenta de su presencia- ¿Cómo está tu hijo? –Los dos soltaron una carcajada que resonó en toda la calle.
— ¡¡Malditos!! –Gritó Ashley y se lanzó dispuesta a arrancarles los ojos, pero Kerstin logró reaccionar y la atrapó por los aires para impedirle moverse.- ¡Los mataré! ¡¡Los mataré yo misma!! –Aseguró con furia en su voz.
— Vamos, inténtalo. –Le retó Jinxx encarnando una ceja.- inténtenlo las dos. –Kerstin sólo entrecerró sus ojos.
— Aléjense de aquí. –Las dos chicas voltearon al escuchar la voz de Bill. Ashley, al sentir que Kerstin dejaba de apretarla, se soltó de su agarre y corrió donde él.
— ¿Dónde está Ruth? –Preguntó en susurro.
— Huyó. –Respondió y alzó la mirada para poder observar a Jinxx.- Y quiero que tú hagas lo mismo.
— ¡Espera, Bill! –Exclamó Jinxx.- Ashley estaba a punto de matarme, ¿por qué no dejas que lo cumpla? –El menor de los Kaulitz rugió.
— Ella no lo hará ¡sino yo! –Le dejó en claro y corrió hacia él para tomarlo de su playera negra.
— Mejor Kerstin ¿te parece? Ella tiene más posibilidades. –Recordó entrecerrando los ojos.
— Cállate.
— Jinxx… ¡te dije que te comportaras! –Todos se giraron al escuchar a Andrew a sus espaldas.- Les pido y me disculpen, a Jinxx le gusta mucho jugar.
Ashley pudo sentir como una electricidad le recorrió por toda la columna vertebral al ver a Ruth entre los brazos de ese demonio, la chica se encontraba inconsciente y pálida.
— ¡¡No la toques!! –Gritó perdiendo los estribos, pero una vez más, Kerstin la detuvo antes de que cometiera una locura.- ¡¡Quítale las manos de encima!! –Andrew bufó y dejó a la chica en el suelo.
— Después de todo, vine a dejártela… ¡ella ya me aburrió! –Le hizo saber esbozando una sonrisa.
— Déjame ir por ella. –Le suplicó a Kerstin.
— No, Ashley… puede ser una trampa. –La chica lloró.
— ¡¿Qué le hiciste?! –Preguntó desesperada y Andrew ladeó la cabeza y frunció su ceño confundido.
— ¿Hacer qué a quién?
— ¡No te hagas el estúpido! ¡¿Qué le hiciste a Ruth?! –El chico se mordió el labio inferior.
— Yo no le hice nada, ni siquiera la toqué. –Aseguró alzando sus manos para tratar de calmarla.
— ¡¡Mentiroso de mierda!! ¡¿Qué le hiciste a mi amiga?! –Preguntó entre lágrimas de coraje e impotencia. –Andrew dio una sombría sonrisa.
— Yo no la toqué. –Repitió. Bill soltó y empujó a Jinxx a un lado para poder dirigirse a su hermano.
— ¿A qué viniste? –Cuestionó al fin y bajó la mirada a la chica que se encontraba inconsciente.
— A recordarte que falta poco para el eclipse lunar y que si llegas a incumplir nuestro tratado…-Calló por un momento y después rió-… bueno, ya sabes lo pasará. –Bill gruñó por lo bajo.
— Bien… lo dijiste, ahora vete ¡y llévate a tus imbéciles! –Todos soltaron un poco de bulla ante la forma de actuar del pequeño Kaulitz.
Andrew, caminó para estar a tan solo dos centímetros de su hermano y sin dejar de ver a Kerstin y Ashley, se acercó a su oído.
— Dime… ¿qué se siente estar solo? –Preguntó en susurro.- ¿Qué se siente mentirle a tu único amor, qué se siente darle la espalda a tu propio hermano? ... ¿Qué se siente… cuidar a la persona que es la causante de todos los problemas entre Tom y tú? Por ella, perdiste a tu único hermano de sangre.
— Lárgate. –Repitió entre dientes. El cuerpo de Bill comenzó a temblar ante la furia que sentía y más al aceptar que todo lo que su medio hermano dijo, era cierto.
— ¿Por qué tomaste a la chica? –Los dos ‘Kaulitz’ se giraron al escuchar la voz de Kerstin- ¿Por qué la dañaste a ella?
— Te repito, querida, que yo no la toqué. –Contestó un poco fastidiado. Hizo una pequeña señal con la cabeza y sus dos seguidores comenzaron a moverse para alejarse de ahí.- Hasta pronto, hermano. –Se despidió para unirse a Jinxx y Christian.
Bill, volvió a dirigir su mirada hacia Ruth; el chico se encogió de hombros y la cargó entre sus brazos, ella se iba con ellos.
— Dime que está bien. –Le suplicó Ashley, pero Bill no le respondió.- ¡Por favor, dime que está bien!
— Kerstin, quiero que la acompañes al hotel, que tome todas sus cosas y llévala a la cabaña.
— Bill…
— Nos vamos hoy. –Kerstin asintió y se dirigió con Ashley.
— ¿A dónde la llevas, Bill? –Preguntó la chica de cabello negro al verlo alejarse.- ¡Bill!
— Tranquila, ahorita la volverás a ver. –Le aseguró Kerstin.
— Pero… pero…
— Confía en mí. –Le rogó tomando su mano. Ashley bajó la cabeza y después de meditar un minuto, asintió.- Ahora, vamos al hotel…
— ¿Cómo sabes que estoy en un hotel?
— Porque no pude cumplir con tu promesa. –Le recordó.
Después de recorrer varias calles más en silencio, Kerstin se detuvo en seco al ver un auto de recién modelo hecho trizas frente un terreno baldío.
— ¿Pasa algo? –Preguntó Ashley en murmuro.
— Era mi auto. –La chica de cabello negro volvió a voltear hacia aquél automóvil que ahora, era chatarra.
— ¿Ellos lo hicieron…?
— Al parecer, sí.
El taxista se detuvo en la esquina del hotel y al bajarse, Kerstin bajó su mirada al sentir el intenso sol en sus ojos, solo aquellos que bebían sangre humana eran capaces de sobrevivir como un mortal el día.
Ashley se inspeccionó las bolsas de su pantalón en busca de la maldita llave pero después recordó que la había perdido al tener la pelea con Ruth, pero gracias a Kerstin, la puerta ya no fue un problema ya que la había abierto con facilidad.
— Kerstin… -La llamó colgándose una pequeña maleta en su hombro.
— Dime…
— Creo que por el momento, eres la única que me puede responder esto… -Y al confesarlo, cerró sus ojos al sentir un nudo en la boca de su estómago-… ¿cómo está Tom?
— No lo sé. –Murmuró tomando la otra y última maleta. Ashley abrió sus ojos y la miró de golpe.
— ¿No lo sabes?... –Kerstin se mordió el labio inferior.-… pero, tú estás con él, ¡tú hablas con él!
—Ya no más.
— No entiendo. –Negó confundida.
— Aquella noche, Tom no regresó con nosotros… Ashley, Tom desapareció.


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Hoy presenté matemáticas, el domingo tres horas estudiando y solo puedo decir: a la mierda con el examen -.- No quiero reprobar y lo peor es que me gustan las matemáticas pero es la única materia que no se me da D:, en fin, dejando mis tontos problemas xd! Ya pronto sabrán que es lo que realmente pasó o pasa con Ruth (: Gracias por comentar chicas *-*, me iré a escribir un poco en twitter xd! las quiero & buen inicio de semana! <3 

1 oct 2011

Cap. 48 Milagro infernal.



— ¿Te quedarás? –Le cuestionó el profesor al verla fuera del hospital, ya había oscurecido.
— Sí. –Respondió levantándose de la banqueta.- Ruth puede despertar en cualquier momento y… yo quiero estar presente cuando lo haga. -El profesor hizo una mueca y mientras se acomodaba su viejo gorro, inquirió:
— Pero se ve que no has dormido en varios días, mejor ve a tu casa Ashley.
— No puedo volver ahí. –Se apresuró a negar.- No pienso ir otra vez a ese lugar… -Daniel meditó un poco.
— ¿Y si te quedas en mi departamento? Puedes dormir en mi habitación…
— Pero ¿…y usted? –Daniel sonrió.
— Yo dormiré en el sofá, para mí, es más cómodo que la cama. –Ashley alzó la vista al edificio y se encogió de hombros- y a primera hora, volvemos aquí ¿te parece? –Después de varios segundos, la chica accedió.
El departamento era demasiado pequeño y no tenía demasiados muebles, solamente lo esencial, eso sí: tenía pilas de libros en cada rincón, en medio de la sala y uno que otro en la cocina. Después de mostrarle la única habitación, el Sr. Jefferson fue directo a la sala a leerse un libro de criminología y Ashley soltó una débil sonrisa al percatarse que en el cuarto había mucho más libros aún, al profesor le encantaba leer, era por eso que sabía un poco de todo.
Se dejó caer en la cama y sin cuidado alguno se quito sus zapatos para así, recostarse. Llevó sus manos a su estómago y se dedico a observar el no tan bien pintado techo. —Mierda- Murmuró y cerró sus ojos, por eso no quería estar sola ya que sabía que sus pensamientos y recuerdos se apoderarían sin piedad de ella, como en este momento-: Al parecer, aquella chica… cumplió su promesa. –Murmuró al no tener pistas de Kerstin, Bill,… -…Tom. Dios, ¿qué estás haciendo en estos momentos? –Le preguntó al techo- ¿te encuentras bien? –Esa maldita pregunta ha estado plasmada en su cabeza un día después de haber tenido su última discusión. Ashley se repugnaba a si misma al recordar todo lo que le dijo sin piedad, ¿cómo fue capaz de mentirle de tan vil manera? ¿Cómo tuvo el descaro de asegurar que él no podía amar? Y lo peor ¿cómo pudo decirle que no lo amaba? Ella no pudo soportar ver el dolor que se plasmaron en los ojos de Tom, había sido cruel, había sido una tonta pero aún así, su poco orgullo le ordenaba ser así para mantenerlo lejos, ella no podía estar con el causante de que su hijo este muerto.- No, la culpable es Aubrey. –Admitió entre dientes. ¡Aubrey! Solo de pronunciar su nombre, una ola de furia invadía su interior. Ella no pensó en Ashley, no pensó en Peter, no pensó en el daño que podía causar, no, ella solo pensó en solucionar sus problemas pensando que Tom volvería a ser feliz cuándo fue todo lo contrario. Ashley se preguntaba si en esos momentos, Aubrey se encontraba sufriendo aun estando muerta y aunque parezca despiadado, le deseaba que jamás pudiera encontrar la paz: Por su culpa ella está en un infierno peor, por su culpa Tom sufre y por su culpa, Peter ya no está más- Pero también es la mía. –Confesó Ashley y se quejó por lo bajo al llegar a una conclusión-: La culpa es de los tres.
De Aubrey por pensar solo en ella, de Ashley por ser tan incrédula y ciega y de Tom ya que, aunque él sabía acerca de que Peter era su hijo y aún teniendo la confianza y el cariño del niño le dio la espalda para salvar una vida inútil y es que al fin y al cabo, su destino era morir en cualquier momento por una maldición que no le correspondía.
Se limpió una pequeña lágrima que no terminó su recorrido por su mejilla y se giró para acomodarse de lado en la cama y poder pegar el ojo por una vez en estos días, quería y necesitaba olvidarse de todo de una vez por todas.
— Pero no podré hacerlo, nunca podré olvidarme de ti… Tom –Y además, no quería olvidarlo.





























— Ven, rápido. –Le ordenó el Profesor con una sonrisa y la llevó hasta el ventanal que daba con la habitación de Ruth- ¡Es un milagro! –Exclamó y Ashley abrió sus ojos sorprendida: Ruth había despertado al fin y los tubos que estaban en su cuerpo ya no estaban más.
—Pero, ¿cómo…? –Balbuceó emocionada.
— Ella quiere verte. –La chica se giró al escuchar a Luisa a su lado, su madre aún no comprendía porque Ruth prefirió ver a Ashley y no a ella. Ashley esbozó una verdadera sonrisa y entró sin pensar a la habitación cerrando la puerta tras ella.
— ¿Cómo te sientes? –Le cuestionó la chica por lo bajo.
— Aún me siento un poco mareada y débil, pero mi padre convenció al doctor para darme de alta mañana.
— Eso muy pronto, ¿no crees? –Ruth hizo una mueca.
— Pero yo ya no quiero estar aquí. –Le respondió y frunció sus cejas un poco desorientada.- ¿atraparon a los ladrones? –Ashley la miró confundida y se sentó a su lado.
— ¿Ladrones?
— Si, los que me hicieron esto…
— Ruth… ¿realmente no lo recuerdas? –Tanto Ashley y Ruth se encontraban completamente confundida.
—Yo solo sé que fui a verte pero no estabas y… y llegaron unos hombres y después bueno… solo recuerdo eso. –Ashley se mordió el labio inferior ¿se supone que eso era normal? ¿No se supone que debe de recordar al menos escenas antes del ataque, verdaderos hechos?
— Ruth… los ladrones, ellos no… -Pero tal vez era mejor así, al menos ella tenía la suerte de no recordarlo-… ellos no han sido localizados. –Soltó dando un suspiro.
— Oh… pero los encontraran, ¿cierto? –Ashley apretó sus labios y al no aguantar más, la abrazó- Hey, ¿estás bien? –Le preguntó extrañada.
— Si. –Respondió con un nudo en la garganta, Ruth había despertado, por fin había despertado.
El doctor de Ruth y otros colegas observaban sorprendidos a la chica: alguien con una herida de esa magnitud tenía pocas probabilidades de vida, de hecho, varios de los Doctores pensaron que la chica iba a fallecer en cualquier momento y es que ¡es imposible que ella esté viva y en tan buen estado! Tal parece que fue un milagro, un extraño, confuso e irracional milagro. 

 15 de Marzo.
Gracias al profesor, Ashley pudo recuperar sus pertenencias de su casa y después de tanta insistencia, aceptó su dinero para irse a un hotel mientras encontraba otro lugar para vivir. Pero prácticamente, solo dejo su ropa en la habitación y se fue a la casa de Ruth para estar al tanto de su estado, le sorprendía ver como mejoró en tan solo un día ¿pero que importaba? Su amiga ya estaba fuera de peligro.
— ¿Y durante cuánto estuve en… en coma? –Preguntó abrazando el cojín del sofá.
— Semanas –Respondió bajando su mirada.- Ruth, ya no hay que hablar de esto… -La chica asintió.
— Si tienes razón, además, no me hace ningún bien. –Aceptó acomodando su cabello a un costado.
— ¿Qué tienes ahí? –Ruth la vio confundida.
— ¿Dónde? –Ashley se acercó a ella y levantó un gran mechón de cabello: en su cuello había dos pequeñas incisiones que tenían un color morado a su alrededor.- Oh eso… no es nada. –Le respondió apartando la mano de Ashley para que el cabello volviera a cubrir su cuello. Ashley se sentó ida un momento, ella había visto ese tipo de marca, pero… ¿en dónde?-¿Te pasa algo Ashley? –La chica de cabello negro se tensó: esa marca… era los colmillos de un vampiro- Hey… ¿Ashley?
— Ruth… ¿cómo te hiciste esa marca? –Preguntó poniéndose de pie.
— Eh… no lo sé, tal vez un animal me picó… ¡qué sé yo! –Soltó fastidiada y se levantó al igual que su amiga. Ashley negó.
— ¡Eso no es de un animal!... Es… es de…
— ¿De un vampiro? –Cuestionó alzando una ceja y rió- ¡Que estupidez!
— ¡Andrew estuvo aquí! ¡¿Cierto?! –Cuestionó aterrada dispuesta de salir de la habitación. Ruth sonrió.
— Tal vez… tuve una visita sorpresa en el hospital.
— Dios… no, ¡no! –Soltó dolida.
— Sabes, él no es malo… me ayudó a despertar.
— No Ruth, tú no puedes… ¡no! –Su cuerpo temblaba. ¡¿Qué le han hecho a su mejor amiga?!
— Pero solo con la condición… de lastimarte un poco. –Soltó una risita traviesa y se giró nuevamente hacia el sofá para levantar un pequeño y filoso cuchillo.- Y estoy dispuesta a pagarle el favor.

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¿Ruth vampiresa? Es una buena razón del porque de un día para otro se recuperó ¿no creen? ¿O tal vez les tengo otra sorpresa? e_e En fin, lo descubrirán casi todo en el siguiente capítulo(: Gracias por leer y por comentar <3 !