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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

9 mar 2011

Cap. 55 Recuerdos fotográficos

Ashley había cerrado sus ojos y se había tapado la boca para evitar soltar más gritos y sollozos, sabía que su amiga no había sobrevivido a esa caída. Poco a poco se fue dejando caer hasta estar sentada en la tierra. No quería abrir los ojos, no quería ver a su amiga completamente destrozada, ensangrentada, muerta.

Sintió un frío tacto en su hombro, eso hizo que reaccionara. Soltó un grito y se levantó lo más rápido que pudo para echarse a correr. Había reconocido ese tacto, era de Tom.
Solo quería irse de ahí, quería volver con su mamá, con su familia, con sus amigos. Quería que todo volviese a la normalidad, cuando Tom no estaba en su vida, cuando era feliz haya en su ciudad, donde era una persona común y corriente con típicos problemas de adolescentes. Ella no era una herramienta, es solo una chica, una chica de 15 años, solamente eso.
Trataba de encontrar la carretera, pero no lo conseguía. Ese lugar parecía un enorme laberinto. Estaba completamente exhausta, no podía respirar de lo mismo cansada que estaba, las lágrimas le impedían observar el camino y comenzaba a marearse.
-Tengo que salir de aquí… tengo que salir de aquí –Se repetía para ella misma mientras se tambaleaba, sus piernas ya no podían más.
A lo lejos vio la silueta de alguien, de un parpadeo ese alguien ya estaba más cerca. Ashley ya no pudo más y cayó para al fin descansar.
Entreabrió sus ojos, estaba entre los brazos de Tom. Ella solamente sonrió para sus adentros y volvió a dormir.



















Volvió a donde mismo. Se encontraba de nuevo en su habitación, las cortinas estaban abiertas y entraba la hermosa luz de la luna por la gran ventana.
Se levantó poco a poco y torpemente caminó hacia el espejo. Al ver su reflejo se dio cuenta en cómo cambio en tan poco tiempo, tal vez horas. Realmente la que estaba reflejada, no era ella: su mirada no tenía vida y era sombría ¿Siempre se ha dicho que los ojos son las ventanas hacia el alma, no? En unos minutos, rompió a llorar. Como deseaba que todo eso fuese un sueño, una de sus tantas pesadillas. Pero no. Todo era real, todo…
El débil crujido de la puerta se dejó escuchar acompañada de una pequeña cortina de luz en el piso. Por el espejo, observó a Tom entrar, más no se acercó a ella, simplemente estaba de pie en la entrada.
-Acompáñame, tienes que ver algo –Musitó. Ashley cerró sus ojos mientras seguía sollozando. Se limpió las lágrimas y ligeramente asintió. Procuró no pasar tan cerca de él y cuando la iba a tocar, ella simplemente esquivó su mano. Tom se encogió de hombros y se limitó en caminar.
El recorrido fue en silencio, ni un suspiro se lograba escuchar. Bajaron la elegante escalera. Y en la entrada se encontraban los dos sirvientes que la recibieron al principio; ellos, solamente los observaron, pero además de eso, no hicieron gesto alguno. Al pasar a lado de ellos, se dio cuenta. Eran también vampiros.
Llegaron a unas enormes puertas doradas. Tom abrió muy apenas la del lado izquierdo y Ashley pudo observar que era una enorme biblioteca. El chico se apartó y se recargó en la pared colocando sus manos adentro de su enorme pantalón, ella volteó a verlo confundida. Tom, que daba ligeros golpes en el piso con la punta de su pie, también hizo lo mismo.
-Entra –Susurró haciendo una mueca. La chica recargó sus manos sobre la puerta, no estaba segura de lo que iba a encontrar al otro lado. Pero, ¿Qué podía ser peor en estos momentos? Esta secuestrada por vampiros, descubrió que no era simplemente una persona y su mejor amiga estaba muerta ¿Qué más podía perder?
Empujó la enorme puerta y entró. Tom no la siguió. Lo primero que observó fue: que habían demasiados libros, demasiados estantes y todos muy enormes. Había cuatro lámparas colgadas en diferentes secciones del techo y ofrecían una tenue luz. Sabía que estaba sola en ese enorme lugar, lo que no sabía era porque Tom la trajo hasta aquí ¿La torturaría leyendo?
Caminó entre los primeros estantes: Historia Universal; de todas las épocas hasta el día de hoy. Segundos estantes: Literatura; todas las novelas, cuentos y poemas más famosos de todos los siglos…
Hubo un estante en especial, en el no se encontraban enciclopedias, mapas, libros grandes o pequeños, no, en él solamente se encontraban álbumes fotográficos. No demasiados, eran como 5 o 9. Leyó el tomo de uno de los álbumes: 1689-1708. Frunció el ceño ¿Qué significaba? Agarró el pesado libro y lo abrió. Fotos, demasiadas fotos de dos pequeños niños: de bebés, de cuando tenía 8 meses de vida, 2 años, 7 años, 15 años… Tom y Bill Kaulitz. Las fotos eran en blanco y negro, estaban completamente desgastadas. En unas salían comiendo, en otras en un tren, en unas más con su madre, otras simplemente los dos de pie serios y con unos sombreros de la época y pequeñas bermudas. Ashley sonrió al verla. Los dos tenían el cabello medio largo, por intuición debieron tenerlo castaño claro. En otra más, salían de igual manera, pero esta vez, sonriendo. Una enorme sonrisa que hizo que sus ojos se entrecerrarán como el de unos gatos.
Volteó hacia la puerta y después volvió a dirigir su mirada a las fotos. Esos eran los Kaulitz de antes: felices, sonrientes, con ilusiones, una vida. En sus ojos se veía una gran llama que ahora está apagada…
Siguió hojeando el álbum hasta encontrar una de Tom solo. De inmediato supo que era él por su sonrisa y el lunar en la mejilla derecha. Traía de nuevo el sombrero de época con una camisa de botones y se encontraba fajado desde el ombligo por una pequeña bermuda. Volvió a echar una mirada a la entrada; con cuidado despegó la foto y la metió en la bolsa de su pantalón. Dejó el álbum en su lugar y seguía observando los demás. Ashley se dio cuenta que faltaba uno: 1735-1757… -1792-1812.
-Yo lo tengo –Musitó una voz a sus espaldas.

Continuara***
Perdón por la tardanza D:! Comence examenes... deseenme suerte:\! Disfruten la lectura(:

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