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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

20 oct 2012

Capítulo treinta y cinco



Sam ignoraba los gritos de reclamo por parte de Bill. Aun se cuestionaba cómo pudo haber fallado, no había manera de hacerlo. Parecía que algo, más fuerte que él, protegía a Tom, pero, ¿qué podía ser? ¿El alma de Bill? —volteó a verlo—. Lo dudaba.

—Cállate —ordenó dándole la espalda—. Todo está bajo control.

—¿A qué te refieres? —cuestionó encogiéndose de hombros. Sam bufó.

—Estaba probándote. Quería saber que tan lejos podías llegar ante el peligro, todo fue a propósito.

—Entonces, ¿Tom siempre estuvo a salvo? —preguntó con inocencia. Sam lo miró de reojo y ante unos segundos de silencio, respondió con un “sí”.

Al parecer las cosas no iban a ser tan fáciles.

*

Gordon y Simone corrieron hacia Tom al ver el accidente que había ocurrido; de inmediato los civiles que trataban de convencerlo de que accediera a recibir atención médica, se apartaron. Tom llegó a la conclusión de que por fin se habían resignado a ir a casa para tomar un buen y merecido descanso. Pobres, para ellos la mala racha no podía terminar.

—¡Tom, dios! ¿Qué te pasó, estás bien? —cuestionaba Gordon al borde del infarto.

Él con su mano en la mejilla donde tenía la cortada, no le respondió. Lo único que pudo hacer fue buscar los ojos de su madre que no podían ocultar el miedo que sentía. Tenía la esperanza de que le daría consuelo pero no fue así: Simone al ver que todo el alboroto fue en el piso donde Bill se encontraba, corrió hacia el interior del hospital dejando a su otro hijo nuevamente desprotegido.

Suspiró. —Sí, estoy bien.

Su padre, le apartó con cuidado la mano para ver lo que ocultaba. Retrocedió un poco y trató de mantener la calma: la herida no era grave pero no dejaba de sangrar y eso fue lo que le preocupó.

—Estoy bien —repitió al percibir sus intenciones.

—Hay que ver si no necesitas puntos. No deja de sangrar y parece que es profunda —le explicó levantándolo poco a poco. Tom no puso más objeciones y caminó al hospital con su mano haciendo presión en su pómulo izquierdo. Él había pensado que no era algo grave ya que lo sintió como un rasguño.

Aun no podía creer que se había salvado, parecía que todos esos pedazos de vidrio iban directo hacia él. ¿Quién lo diría? Al parecer la suerte para él, comenzaba a cambiar.

—No tienes nada de qué preocuparte, dejará de sangrar pronto —le informó la enfermera terminando de hacerle la pequeña curación.

—Gracias —susurró levantándose dispuesto a salir de ahí, pero la voz de la joven enferma lo interrumpió. Era una chica simpática, de tez oscura al igual que su cabello; sus ojos eran un poco más claros y su sonrisa señalaba que era alguien amigable.

—Tú eres el hermano del joven que se encuentra en coma, ¿verdad? —sonrió algo nerviosa—. Lo supuse ya que te pareces demasiado a él —se respondió a sí misma. Tom asintió.

—Somos gemelos.

—Oh, ya veo. Y los dos son personas muy fuertes también —admitió guardando sus instrumentos. El chico ladeó su cabeza.

—Entiendo que lo digas por Bill, él está luchando para salir del coma, sigue resistiendo —la enfermera asintió ante cada palabra—. Pero, ¿yo? —lo miró y sonrió.

—Muchas personas al tener seres amados en ese estado caen primero que los enfermos. La depresión los consume, tu no, puedo ver que luchas junto con él. Sabes, eso es bueno y quiero que sepas que tienes mi apoyo. Yo también tengo la esperanza de que tu hermano despierte, es una persona joven y con muchas energías; además, hemos tenido pacientes que han estado en coma por casi dos años y logran salir. Tu hermano gemelo puede tener esa misma suerte. —Sonrió.

Tom bajó su vista para ocultar sus ojos llenos de esperanza de aquella enferma la cual, tenía razón y además, Bill tenía un par de meses en ese estado. Él lo puede lograr en cualquier momento y aquel pensamiento hizo que sonriera para sí mismo.

—Gracias.

El elevador abrió sus puertas brindándole un panorama de caos. La cinta amarilla ya había sido puesta en el ventanal destrozado y todo el personal médico estaba hecho todo un desastre y por último, pudo presenciar a un par de policías cuestionando a unos doctores.

Aquello hizo preguntarse qué es lo que había pasado pero al parecer, nadie estaba seguro.

Miró a lo lejos a sus padres quienes hablaban con el doctor encargado de su hermano a fuera de su habitación y al parecer, algo no marchaba bien por la expresión dura que tenía Gordon en su frente. Prefirió no ir. Algo en su interior le decía que era mejor no interrumpir.

Bill sostenía la mano de su gemelo y al ver también la escena de su padre dio una sonrisa melancólica.

—Como los viejo tiempos, hermano —recordó apretando el agarre.

No era por no interrumpir, era porque Bill estaba ahí con él. Claro, él no lo sabía pero sí sentía una sensación a su alrededor que lo hacía sentir triste y en paz a la vez: aquella combinación tan absurda lo hizo sentir tan a gusto que decidió no moverse.

Bill recordaba ésta escena cuando los doctores les explicaban a sus padres las enfermedades de su hijo menor. Él, los veía desde una esquina sintiéndose culpable de todos los problemas que la familia tenía, siempre decía que si él no hubiera sido un niño tan débil, Jörg y Simone no se hubieran matado trabajando para traer más dinero a la casa y habría menos discusiones. Y luego, sentía una manita tomar la suya, ahí estaba su hermano mayor, Tom, para darle toda la fuerza necesaria y para recordarle, que él era inocente en todos los aspectos. La culpa no la tenía nadie.

“Es algo irónico que ahora cambiemos los roles”, pensó Bill. ¿En qué momento Tom se volvió el débil y en qué momento Bill se convierto en el fuerte?

Sam los miraba desde una distancia no tan alejada y veía con atención como toda el alma de Bill se había quebrantado. Lo señalaba el color gris fuerte que reinaba en él, la verdad, no se había dado cuenta en qué momento aquél niño enfermizo pero alegre y de buen corazón, se había llenado de un odio infernal.

Eso hizo que se formara una mueca en sus labios.

Simone había entrado a la habitación no sin antes darle una escondida mirada a su hijo mayor. Todo estaba en orden.

—Ahí viene papá —le avisó a Tom fingiendo alegría en su voz. Pero todo aquello se apagó al sentir como una fuerza asfixiante lo arrastraba nuevamente hacia su cuarto— ¡Qué! —gritó y miró a Sam quién también se encontraba alarmado— ¡¿Qué ocurre Sam?!

—¡No dejes que te lleve, Bill! —le advirtió sabiendo que él no podía hacer nada—. ¡Ten fuerza de voluntad, no dejes que te arrastre! —Bill chilló.

—No puedo, es muy fuerte… ¡no puedo! —gritó a todo pulmón soltándose de la mano de su hermano— Tom —susurró entristecido al saber que su gemelo no tenía ni idea de lo que ocurría. De la nada, se encontraba en su habitación y estupefacto clavó su mirada en la mano de su cuerpo. Su madre la sostenía con tanta fuerza en señal de que no lo dejaría ir por nada en el mundo. Le dolía.

—Tienes que separarte del amor de tu madre para ser un alma libre. —escuchó la voz de Sam a su espalda.

—Pero si lo hago, moriré en el acto. —Era algo que quería, desde luego. Pero todavía tenía algo que hacer y por eso, no se podía marchar. Sam negó.

—Te separaste de la poca energía que le queda a tu cuerpo y así lograste ser alguien casi libre. —El cuerpo quería manipular el alma, cuando se supone, debe ser al revés—. Ahora sepárate del amor de tu familia que te ata con mayor fuerza a esa cama. Y así, el que tenga el mando por fin, serás tú.

—Mi Billy, mi Billy —canturreó su madre.

Él no estaba completamente seguro con lo último que Sam explicó.

*

—Me puedes decir, ¿qué es lo que ese Doctor les dijo? —pidió camino hacia el estacionamiento.

—No es nada grave, Tom —le aseguró Gordon—. Vamos, olvida eso. Te llevaré a casa para que puedas descansar, lo necesitas ¡eh! —señaló las ojeras que ya no podían ocultarse. Tom ya se había acostumbrado a no dormir bien que ni siquiera se había percatado del cansancio en sus ojos.

—Si es por el dinero, tengo mi paga. Solo dime cuanto necesitan —avisó para no hablar hasta la llegada a su departamento.

Gordon se encogió de hombros. Su hijo no era un tonto.

Sus ojos no pudieron aguantar, el viaje era tan tranquilo que no le ayudó en mantenerse alerta. Se había quedado dormido a mitad de camino; lo único que lo despertó fue la voz de su padre, quién avisaba que por fin habían arribado.

El asombro de Tom fue eminente, se encontraba realmente en su casa. —¿Pensaste que me refería a tu departamento? —le preguntó su padre saliendo del carro.

Había olvidado por completo que el hogar de Gordon y Simone era suyo también.

—¿Está vacío? —preguntó antes de abrir la puerta de la habitación.

—Completamente.

Estaba en lo cierto. Solo había dos camas en cada extremo cubiertos con una sábana blanca. La ropa que habían dejado aquí Bill y tu, ya sabes, por si se quedaban a dormir una noche con nosotros, tu madre la recogió una semana después del accidente. —Suspiró—. Iré por una almohada y una sábana… limpia —avisó.

“Puede estar vacío, pero aún así, está lleno de recuerdos”. Pensó Tom, observando cada rincón de la habitación.

*

Kimberly visualizaba la ventana que se encontraba fuera de su alcance pero era la única que de algún modo la mantenía conectada con el exterior. Por ahí entraba aire fresco y en tiempos de primavera, escuchaba muy seguido a los pájaros cantar. Ahora, solo sentía el frío de la temporada, pero aquello no le importaba en lo absoluto.

—¿Por qué la noche está tardando tanto? —preguntó en susurro. Aun no sabía exactamente que le iba a decir y la verdad, tenía miedo de verlo pero… las ansias de que la hora llegara eran demasiado fuertes.

—Yo también quiero verlo —le compartió su ánimo. Ella se encontraba sentada en su cama balanceando sus pies—. Me cae bien.

Era otra vez aquella niña. No tenía deseos de verla así que siguió dándole la espalda. Qué triste, los efectos del electroshock no le habían durado tanto como la vez pasada. Aquello le daba algo de coraje, no quería verlos y también, tenía miedo. Sabía que los espíritus malos iban a volver e iban a ocasionar más desgracias sabiendo que había recuperado el poder de verlos.

Y es que era algo que a ellos les gusta hacer: traer la maldad al hospital, hacerle daños a los pacientes o cualquier otro ser que respirara solo para hacerla enloquecer aún más.

—Lo que no entiendo es por qué aún no puedo ver a los demás —la niña detuvo su juego—. ¿Por qué eres la única a la que puedo ver?

—Tu tercer ojo aún está cerrado —le informó con inocencia y Kimberly la miró confundida—. Tú todavía no puedes ver a esos malos espíritus y seguirá así por un par de semanas más.

—¿Entonces… por qué a ti si te puedo…? —titubeaba y no pudo finalizar la pregunta y la niña aun sabiendo lo que iba a preguntar no supo o no quiso responderle.

“Eso quiere decir… que ella no es una fantasma”, concluyó con un nudo tanto en su garganta como en su estómago.

—Niña, exijo que me digas ¡quién eres! —le ordenó con algo de enojo al sentir que la pequeña se burlaba de ella al ver que se reía.

La niña meditó un poco, ya no quería jugar con ella más así que decidió decirle la verdad.

—¿Por qué no te acuerdas de mí? —preguntó algo triste, al pensar que reconocería su rostro en cuestión de horas. Sus sospechas fueron confirmadas, Kim ya no recordaba nada de su infancia—. Soy tu.


*
Es tan divertido crear tres historias en una kdhflaskdjgfgdf (la historia de Bill y Sam, Tom y Kimberly), no sé si me explico. Quiero decir, aunque es una novela, ésta historia se separa en tres para contar exclusivamente lo que pasa en la vida de los personajes y el que une todo, es cuando llego con "Kimberly" me divierte tanto hacer esto kjdfhskfjag xd ¡muchas gracias por leer, espero y disfruten este cap!:D

2 comentarios:

  1. Yoo ya lo sospechabaaa era Kim..
    Arly de verdad AMO tu novela es de lujo.. Es precisa xD .. Me encanto este capitulo. Me imagino q la niña oswa Kim esta ahy por un proposito no??
    Ya muero por leer el capitulo 36 para saber las consecuencias de la confesion de Kim espero no sea nada maloo..
    Subeee muy prontoo.. Cuidate bye:D

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    1. Así es, la niña está ahí por un propósito ;'3 kldhfladskfg que bueno que te gustó el capítulo<3 así que espero que también disfrutes del cap 36 ;3 la verdad me han salido más largos de lo que acostumbro hacer los caps y eso me emociona xd ¡gracias por leer :3!

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