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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

18 may 2012

Capítulo veintiuno



Un agudo dolor comenzó invadir mi cuerpo al grado de convertirse insoportable. Estaba perdido, anonado, confundido, aturdido… ¿qué pasó? Abrir mis ojos se me fue complicado, tuve que hacerlo rápido y fuerte sino, no se abrirían nunca: todo estaba oscuro, ¿por qué? No me podía mover, algo me presionaba fuertemente y al recuperar poco a poco la vista descubrí que era la bolsa de aire. 

Desesperado, traté de hacerlo a un lado pero el dolor en mi cuerpo me impidió seguir moviéndome. Me tensé al ver en la bolsa blanca manchas de sangre, confundido, toqué mi frente y vi las yemas de mis dedos: rojos. Como pude, abrí la puerta del auto y salí dándome completamente contra el piso, me arrastré como pude alejándome un poco del auto; cuando logré incorporarme, descubrí que mi playera también estaba manchada de sangre y que tenía fuertes golpes en mis brazos. Escuchaba pedazos de vidrios a mí alrededor, las ventanas —al parecer—, habían explotado. Me levanté poco a poco y aunque mis piernas querían caer, yo no las dejé; inspeccioné un poco del lugar y pude notar una llanta del auto a lo lejos gracias a lo poco iluminada que se encontraba la carretera. Me restregué los ojos. 


—¿Bill? —le llamé volteando por todos lados, no estaba.— ¿Bill? Dios… —comencé a caminar hacia el auto; escuchaba como los vidrios se quebraban debajo de mis pies, eso me ponía más nervioso. Llegué al lado del conductor dándome cuenta que la parte delantera del automóvil estaba hecho trizas y del motor, aún salía humo— ¡Bill!—grité. 

Medio cuerpo de mi hermano estaba sobre la desaparecida ventana, sus manos colgaban y noté golpes en ellos.

Completamente asustado, corrí a su auxilio; no sabía si meterlo nuevamente al auto para después, abrir la puerta o sacarlo como podía por la ventana, estaba en shock, tenía miedo de lastimarlo más de lo que ya estaba.

—Hm… —el leve quejido de Bill me trajo nuevamente a la realidad; reaccioné torpemente y tomé sus brazos.

—¡Te sacaré de aquí, hermano! —le aseguré levantando su rostro. 

—¡¡Tommy!! 

—¡¡Ahh!! 

Mi cuerpo palideció, ese no era el rostro de mi hermano… ¡era el de un monstruo! Sus ojos grandes y negros, no tenía nariz, su boca era demasiado larga y sus dientes parecían colmillos; y su voz… su voz era distorsionada. 

—¡¿Por qué me hiciste esto Tommy?! ¡¿Por qué?! —preguntaba arrastrándose fuera del auto, yo retrocedía aterrado, esa cosa venía por mí—. Estoy muriendo en un hospital por tu culpa, ¡eres malo! —escuchaba sus huesos tronar, sus brazos se retorcían al arrastrarse hacia mí, ¡¿qué demonios pasa?!

—¡Devuélveme a mi hermano! —grité cayendo al piso.

—¡Él me pertenece! —Gruñó acercando su rostro al mío— y tú también me pertenecerás. 

Su cuerpo sudaba frío, estaba completamente asustado y sus ojos bien abiertos, quienes miraban al techo, se encontraban dilatados. Esa era la peor pesadilla que ha tenido en todo lo que lleva de vida, el impacto fue tan fuerte, que no se podía levantar por el miedo; al principio, creyó que era el mismo sueño/recuerdo que lo atormentaba desde el día del accidente pero después… hubiera deseado despertar cuando tenía la posibilidad.

Sintió que volvía a respirar, poco a poco volvió en sí y se reincorporó sentándose en su cama percatándose de que la televisión que se encontraba frente sus pies estaba encendida pero no había señal en ella. Confundido, buscó el control remoto y la apagó pero aún estando un poco incómodo se puso de pie y encendió la luz de su habitación. Suspiró. Eso logró tranquilizarlo y antes de regresar a la cama para intentar volver a dormir, dio una mirada rápida a su reloj/alarma: 3 am…

… Los ojos de Kimberly se abrieron de golpe al marcar las 3 am. La chica despertó un poco atontada ya que la anestesia aun estaba en su sistema y tardó varios minutos en recordar que era lo que había pasado. 

—Demonios —maldijo alarmada al ver que todo estaba oscuro, tal vez ya era demasiado tarde, tal vez aquella horrible alma logró su cometido. Con cuidado, se sentó en la cama y trató de respirar para poder calmarse: quería saber que había ocurrido en todas esas horas que quedó inconsciente porque, según la enfermera, la dosis de anestesia era para quedarse dormida un día completo. 

—Buenos… “días” bella durmiente. 

—Eres un maldito —aseguró entre dientes. Sam rió—. ¿¡Por qué lo hiciste?! ¡Él era completamente inocente! 

—No hemos hecho nada. —Kimberly lo miró de golpe—. No queríamos que te perdieras el espectáculo. 

—¿Qué... qué quieres decir? —Titubeó nerviosa. 

—Queremos que vivas el terror de tu compañero de al lado —informó riéndose y volteó hacia la puerta. Kimberly, se tensó y también volteó hacia la misma dirección: era ese espeluznante hombre. 

—No. No lo hagan, por favor —imploró cerrando sus ojos. 

Las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas. Sam ya no estaba en su habitación— ¡¡Déjenlo en paz!! —gritó con todas sus fuerzas, pero claro, todo era en vano; ella escuchaba todos los alaridos del paciente, logró sentir su dolor, su desesperación y algo mucho peor: escuchaba las risas de Sam y sentía la furia del hombre desconocido.

—Basta. Basta, por favor. Basta —suplicó tapándose sus oídos— ¡¡Basta!! —solo quería que aquella “pesadilla” terminase.

***

Tom llegó al hospital a las 2. 30 al recibir una llamada urgente. No tenía la menor idea de lo que sucedía, lo primero que pasó por su mente era de que se trataba de Kimberly ya que él era uno de los guardias que le correspondían cuidarla y se angustió al pensar que le había pasado algo malo pero al ver a sus dos compañeros se enteró de que era algo mucho peor, aunque gracias al cielo, no tenía nada que ver con la chica. 

Se quedó pensativo, había pasado en la misma madrugada cuando tuvo esa horripilante pesadilla y su maldito cerebro le recordó lo que había escuchado en la sala de vídeos dos noches atrás: “muerte”, ¿acaso tendrá algo que ver? 

—No sé qué decir —confesó Georg viendo como subían el cuerpo —dentro de una bolsa negra— a la ambulancia forense—. Nunca pensé que presenciaría algo así. 

Tom se desconectó nuevamente de la plática; su estómago se revolvió al ver el cadáver, quería vomitar, quería irse de ahí. 

—¿Presenciar? ¡Tú no viste nada! —restregó Gustav—. No me quiero imaginar cómo ha de estar Kimberly en estos momentos. —Tom alzó su mirada.

—¿Kim? ¿Qué pasó con ella? 

—Ella escuchó todo, o eso es lo que piensan. Aquel paciente era su vecino —le informó el rubio—. En la mañana, la habían encontrado en una esquina completamente desesperada y con los oídos tapados con sus manos, estaba aterrada. 

—¿Dónde está ahora? 

—Está en la oficina de su psicólogo… por ahí escuché, que ella puede ser un testigo de lo ocurrido —respondió con un poco de malestar—. No la han dejado descansar, eso está mal, ella debe dormir y no hablarle más sobre el tema. 

—Pero deben saber que sucedió, Gustav —le dijo Georg—. No te preocupes, debe estar cómoda en la oficina de David. 

Tom bajó su mirada e hizo una mueca, al parecer, tampoco había sido una buena noche para Kimberly.
—Solo espero que esté bien —susurró. 

—¡Hey! —los tres compañeros se giraron ante ese llamado—. El director les llama en su oficina, es urgente.


***

Baecker les advirtió que Kimberly y otro paciente vecino a la víctima permanecerían en las oficinas de sus respectivos psicólogos mientras todo el proceso de investigación se estuviera llevando. Además, el impacto para los dos pacientes había sido demasiado fuerte que era preferible que se quedaran ahí a que volvieran a su habitación ya que, tal vez, podían volverse más inestables y podrían causar muchos más problemas. Mientras los pacientes estén en ese delicado estado, les recomendó solo acercarse y hablarles cuando sea su hora de comer, tomar medicamento y de ducharse pero hasta ahí, nada de entablar conversación con ninguno. 

En aquella sala, Tom conoció a los otros dos guardias de Kimberly: Iván, que era el guardia de la mañana y Gustav, resultó ser su guardia de tarde. Georg, resultó ser el guardia del otro paciente. 

—Tom, ¿puedes hacerme un favor? 

—¿Qué pasa? 

—Bueno… tengo que ir a mi casa por algo de papelería, sabes, me darán una beca para mi universidad y bueno, no contaba con que pasaría algo como esto —soltó Gustav algo incómodo—. ¿Podrías cubrirme por una hora o dos? 

Tom sonrió de medio lado y asintió.

***

El ambiente en el hospital estaba demasiado tenso, el personal no paraba de hablar acerca de lo sucedido y Tom veía un policía en cada piso. 

—¿¡Dónde está Gustav?! —retrocedió al ver a David de repente enfrente suyo. 

—Tuvo que salir por asuntos personales —respondió—. Lo cubriré mientras llegue, ¿pasa algo? —Jost miró a su alrededor algo desesperado. 

—Escúchame bien: no dejes que nadie entre a ver a Kimberly, ¿me escuchaste? No me importa si es un policía, detective, el presidente ¡no me importa! Nadie, absolutamente nadie debe entrar a la oficina. —Tom lo miró confundido.

—Pero, en estos momentos necesitan hablar con ella… —David negó. 

—¡Nadie debe cruzar esa maldita puerta! Si me entero que dejaste entrar a alguien, ¡te despido! —le amenazó.

—¡Tu no puedes hacer eso! —se puso a la defensiva. 

—Puedo hacer eso y más, así que cumple con lo que te ordené. —Y dicho eso, se fue hacia una dirección desconocida para Tom.

El de rastas, entró al pasillo refunfuñando pero se calló al sentir un escalofrío recorrer su espalda. Al parecer, la jornada del trabajo se volvería más pesada. 

Todo estaba en silencio, parecía que no había nadie en ese lugar, solo él. Caminó un poco curioso mirando las puertas que tenía a su derecha: vacías. Giró hacia el lado de las ventanas y observó el pequeño campo de girasoles del hospital, al menos, tenía una alegre vista. 

“Dr. Jost”. Se detuvo enfrente de esta puerta y aunque el director se lo había advertido… quería saber cómo se encontraba. 

—¿Kimberly? —la mencionó abriendo con cierto temor la puerta.


*
¿Qué pasará cuando Tom entre a esa oficina? ¿Cómo estará Kimberly? Créanme que ya se acerca el "romance" que algunas esperan con ansías :)
Bien. Se terminaron mis fiestas de cumple años, esta semana fue agradable debido a que el lunes cumplí mis 17 primaveras xd ¿cómo han estado ustedes? :) ¡espero y disfruten de este capítulo! <3 

1 comentario:

  1. Siii ya empezara el romance!! Y justo lo dejas ahy.. mmm yo imagino que Kim ira a los brazos de Tom!! Seria hermoso..
    Siempre me kedo con ganas de mas..
    Me encanta mucho la fic.. Siguela pronto.
    Feliz cumple atrasado XD bendiciones bue cuidate ;-)

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