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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

17 mar 2012

<< Capítulo nueve >>




La enfermera miró confundida a Kimberly al ver que se tranquilizó en cuestión de segundos, ella jamás lo hacía después de esos ataques, de todas maneras, sintió un alivio y su cuerpo se destensó, sólo observó como el chico nuevo guiaba con cuidado a la paciente hacia su cama. Sus hombros se encogieron y bajó su vista hacia la jeringa que sostenía fuertemente, por unos segundos, pensó que no sería necesaria, pero con Kimberly, nunca hay que confiarse.

— Mantenla ahí –Le ordenó con calma y Tom asintió. La enfermera se acercó a ellos y se sentó a un lado de Kimberly lista para inyectarla. Tom no vio aquello ya que, desorientado, volteó hacia la puerta para encontrarse con el psicólogo de la paciente, quien, observaba la escena completamente anonado.
… En el momento que David pisó el hospital, las enfermeras y guardias se le fueron encima advirtiéndole que Kim estaba teniendo otro ataque, él, alarmado, corrió por los pasillos hasta llegar a la zona de las escaleras/elevador, no había tiempo para esperar el ascensor, así que corrió por las escaleras, subir era pesado, pero no sintió el cansancio en ese momento, tenía que llegar lo más pronto posible con su paciente ya que él era el único que podía tranquilizarla. Lo logró, llegó al último piso y entró a la zona ‘peligrosa’ y al llegar a la habitación 1014, soltó toda su frustración y cansancio en un suspiro, Kimberly estaba tranquila.

— ¿Quién eres tú? –le cuestionó al de rastas.

— Descansa… -le deseó en susurro la enferma y recostó con cuidado a la chica- Es el nuevo guardia de la paciente, su nombre es Tom –respondió la señora.

— ¿Nuevo guardia? ¿Desde cuándo?... ¡¿por qué no me informaron de esto?! –Calló de golpe, no debía de gritar con su paciente ahí-… ven muchacho, tenemos que hablar –le ordenó mirándolo de golpe. Tom se encogió de hombros y volteó a ver a la enfermera, ésta le asintió como señal de aprobación y él, un poco confundido, caminó hacia el psicólogo saliendo de la habitación de Kimberly y comenzaron a caminar por el pasillo dispuestos a salir de “la zona de peligro”— ¿desde cuándo empezaste? –le cuestionó.

— Es mi segunda noche –le respondió dándole una mirada rápida.

— ¿Y te informaron acerca de ésta paciente? ¿Te dijeron el porqué está aquí, te dijeron como cuidarte, qué hacer, etcétera? –Terminó de preguntar impidiéndole el paso al ponerse enfrente del de rastas; el joven meditó un poco para terminar negando completamente.

—Ellos sólo me dijeron que, lo único que tenía que hacer, era cuidarla –David, soltó una pequeña risa e irónico, se tocó los labios con el puño que su mano había formado.

— Era de esperarse –murmuró y Tom frunció el ceño.

— ¿Qué se supone que debo saber acerca de ella? –preguntó un poco molesto y ansioso. Molesto ya que le ocultaron cosas sobre lo que se suponía que sería un fácil trabajo y ansioso ya que al fin le iban a dar la respuesta que calmaría su curiosidad.

— ¡Todo! –Exclamó- Mira, muchacho…

— Tom –le interrumpió y David cerró pesadamente los ojos.

—… tu trabajo es fácil o más bien, lo sería si fueras guardia de aquellos pacientes que pueden salir al patio y convivir entre ellos sin ningún problema –dijo esto último entre comillas- pero no estás con ellos, estás aquí y tu deber, es saber la historia clínica del paciente que cuidarás para así, poder conocer sus movimientos y para saber cómo cuidarte –resaltó nuevamente esa palabra.

— ¿Y por qué me regaña? –Preguntó poniéndose a la defensiva- yo no tengo la culpa, es de ustedes por no decírmelo desde un principio, además, he preguntado acerca de Kimberly, pero nadie me responde con exactitud el porqué está aquí. Todo eso me lo hubiera dicho ayer y ahorita, estuviéramos evitando su molestia –Finalizó ofreciéndole una mirada de enojo y pesadez- pero ¿y bien? ¿Qué es lo que tiene esta chica?

— Alucinaciones –soltó con seriedad ante la actitud del imprudente muchacho. Tom rió.

— ¿Alucinaciones? –Volvió a reír- ¿ese era el gran misterio de Kimberly?

— Su cabeza siempre le dio malas jugadas y le creó alucinaciones de personas que no conoce y ni conocerá porque no existen. Tal vez para ti no suene grave, pero lo es. Ella jura que esas personas la lastiman y la quieren matar cuando es ella la que se hiere de gravedad y atenta contra su propia vida y la de los demás, ha atacado a personal y me ha llegado a atacar a mí. Me imagino que distinguió los dibujos que tiene pegados en sus cuatro paredes, según ella, son sus agresores, todos diferente sexo, edad, estatura y complexión y todos, reales para Kim. –Tom no supo que decir, idiota, tal vez era mejor no decir nada- Chico, Tom –se corrigió inmediatamente- nunca bajes la guardia con Kimberly, sus cambios de humor son inesperados, puede estar tranquila y en los pocos segundos que le des la espalda, puede atacarte, te pido que nunca te confíes, no con ella pero que a la vez, no le tengas miedo y trata de ganarte su confianza… es menos probable que te lastime si llegas a ser su amigo, te lo digo por experiencia.

Soltó todo al fin y la curiosidad de Tom quedó completamente congelada, ¿en qué problemas se había metido? Aquél trabajo se veía tan fácil, sólo caminar con una linterna por los pasillos y asegurar que todo estuviese en orden, si algo salía mal, una enfermera llegaría con una inyección para solucionar el problema y ahora, todo cambió, aquél trabajo se convirtió en algo de vida o muerte, en algo peligroso y todo por una chica de apenas unos 17-18 años.

— Espere –le ordenó al percatarse de que el psicólogo presionaba el botón que llamaba al elevador, David, se giró ante su llamado- El anterior guardia… ¡Oscar! –Exclamó al recordar su nombre- realmente se fue por motivos personales o porque… ¿Por qué estuvo a punto de morir? –esa pregunta fue exagerada, pero tenía que confirmar la renuncia del ex guardia ya que Baecker, al parecer, le ocultó muchas cosas que le serían útil para sobrevivir a ese lugar.

— Al parecer, el Director te contó la historia a medias, tranquilo Tom, si haces lo que te dije, no tendrás nada de qué preocuparte –y justamente, las puertas del elevador se abrieron y David entró.

—No me respondiste la maldita pregunta –dijo entre dientes en el momento en que las puertas se cerraron impidiendo ver a David.

El silencio se hizo presente nuevamente en el hospital y el cuerpo de Tom se estremeció ante los escalofríos que esa tranquilidad le ofrecía, ya que ese silencio, era uno tenebroso, era de esos en el que deseas demasiado tener mucha gente alrededor para no sentir que estás sólo con algo maléfico a tus espaldas.
¿Pero quién lo diría? Su segundo día, fue mucho mejor: tuvo una mala impresión de su nuevo trabajo, esto no sería aburrido, en lo absoluto.
— Mierda, estaba mucho mejor ayer –Confesó ante el sarcástico pensamiento.


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Aquí está el capítulo :) espero y lo disfruten, qu mañana sea un excelente domingo! Las amo :) <3

1 comentario:

  1. Sufre alucimacionesss pero yo kiero saber mas kienes son ellos??? Son reales???
    Siempre me dejas intrigada

    sube prontoooo AMO la fic :-D

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