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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

21 ago 2011

Cap. 32 Enfermizo amor.


Ashley se puso de pie gracias a la perilla de la puerta, no podía caminar, sus piernas le temblaban, sus manos no respondían, sus labios y garganta estaban secos y podía escuchar sus latidos en sus oídos. La historia de Tom era cierta.
Visualizó su laptop sobre la mesa y casi a rastras se acercó hacia aquél mueble para tomar el aparato. Torpemente la abrió y difícilmente entró al navegador principal.
Vampiros.
Pudo sentir como pasaba una gran bola en lugar de saliva por su garganta, nada de eso podía ser verdad. Miró la tecla ‘Enter’ por más de dos minutos, tenía miedo de oprimirla, tenía miedo de lo que podía llegar a ver, pero tenía que hacerlo.
La página se llenó de diferentes páginas con todo tipo de respuestas y ella, completamente desorientada, le dio clic a uno de los encabezados.
























Diferentes chicas, diferentes víctimas invitando a pasar a sus enemigos a sus respectivos hogares pensando que solo buscaban una noche de diversión: lujuria y deseo en cada habitación, risas, besos, gemidos y pasión, era una maravillosa noche.
— Eres hermosa, es una lástima que tenga que matarte –Susurró antes de depositar un beso en su mejilla.
— Espera… ¿qué dijiste? –Preguntó asustada y dio un sollozo ahogado al ver como el rostro de aquél guapo joven cambiaba a la de un demonio- ¡Quítate! –Gritó a todo pulmón y trató de empujarlo para que se apartara de encima- ¡Quítate! –Volvió a rogar.
— ¿Qué? ¡Nos estamos divirtiendo! –Rugió y la tomó por los brazos.
— ¡No! –Sollozó más fuerte aún- ¡Por favor no! –Suplicó sin dejar de empujarlo.
— Esto lo disfrutarás –Aseguró dejando ver sus perfectos colmillos.
Un grito desgarrador fue lo último que exclamó aquella chica antes de que su garganta fuera destrozada. De esta manera, empezaron los asesinatos y desapariciones desde los hogares.
Nadie escuchaba los gritos de aquellas pobres mujeres y menos, si te encontrabas al otro lado del pueblo en medio de la nada del único bosque de la zona. Tom se dirigía a visitar aquél pequeño altar que sus compañeros habían hecho en nombre de Aubrey con la esperanza de sentir un poco de paz, por lo menos, cinco minutos.
— ¿Quién es? –Se preguntó a sí mismo al ver la silueta de una mujer frente la pequeña cruz hecha de madera- No lo toques –Advirtió al ver que aquella muchacha se inclinaba para recoger la foto.
Ella se detuvo por cuatro segundos al escuchar la voz de Tom, pero hizo caso omiso a aquella advertencia y tomó la foto con sus dos manos.
— Tan hermosa e ingenua –Susurró aquella mujer y acarició la imagen con su dedo pulgar.
— Baja la foto –Ordenó al mismo tiempo que las venas de su frente se saltaban- ¡Bájala ya!
— Y yo tan perfecta y lista… ¿por qué la elegiste a ella? –Cuestionó confundida y lentamente se dio vuelta- ¿Por qué la preferiste si yo era mejor que ella?
— ¿Tú? –Soltó impactado- ¡Tú estás muerta!
— Es increíble que pensaras eso ¿Creíste que la imbécil de Beatriz iba lograr matarme?
— No te atrevas a insultarla –Amenazó entre dientes.
— Es una imbécil –Repitió- al igual que todos tus seguidores, pero tú, tu mi amor eres más listo que todos ellos juntos –Susurró esbozando una sonrisa- Vamos Tom, únete a Andrew, sabes muy bien que no podrás vencerlo, él te perdonará la vida si te…
— Con que de eso se trata –Musitó entrecerrando sus ojos- y tú te uniste a él ¿cierto? Siempre fuiste una traidora.
— Elegir el bando más fuerte no es traición, es estrategia –Dejó en claro alzando una ceja- Además, el me prometió algo que he anhelado desde hace décadas: a ti –Tom soltó una sonora carcajada.
— ¿No puedes entender? Nunca te amé, no lo haré jamás.
Verónica comenzó a temblar ante el dolor que le ocasionaron esas palabras, las gotas de lágrimas inundaron sus ojos y la furia la invadió.
— ¡Tú me amabas! –Le escupió- ¡Lo hacías hasta que esta…! –Señaló la foto- ¡… se metió en nuestras vidas! Íbamos a casarnos Tom –Murmuró con un nudo en la garganta.
— Porque mi padre así lo ordenó –Verónica negó- Yo jamás sentí algo por ti.
— ¡No! ¡¡No!! –Gritó tapándose sus ojos con desesperación- ¡Nos íbamos a casar por amor!
— ¡Eso es lo que tú creías! –Le hizo saber perdiendo los estribos- Tú sola te encerraste en un sentimiento que nunca existió ¡Jamás te amé!
— ¡Cállate! –Rugió con sus ojos completamente negros- Yo se que tu sentías algo por mí, pero esta maldita zorra de porquería se metió en tu cabeza, te sedujo con engaños –Aseguró entre dientes y bajó su vista hacia la imagen que tenía entre sus manos- pero es hora de que abras los ojos Thomas.
— No te atrevas –Le advirtió al ver que Verónica estaba dispuesta en partir aquella y única imagen.
— Es hora de que vuelvas a mis brazos –Hizo caso omiso- ¡De que vuelvas a amarme! –Las manos de Verónica se volvieron locas, comenzaron romper la foto, a romper los pedazos de los pedazos hasta que ya no quedó más.
— ¡No! –Rugió completamente cegado por la furia y la aventó contra uno de los árboles haciendo que aquél tronco se trozara en dos- Eres una puta enferma, eso es lo que eres –Maldijo entre dientes mientras que sus manos aplastaban el cuello de aquella mujer- Jamás te amaré, jamás… ¡porque tú no eres ella! –A Verónica le comenzaba a faltar el aire, las manos de Tom le estaban destrozando poco a poco la garganta, deseaba matarla.
— Así no se trata a una dama –Le recordó Andrew y lo apartó de un solo golpe. Tom, anonado, se puso de pie y observó como los discípulos de su hermano ayudaban a Verónica. Ellos habían salido de la nada, no, todo este tiempo los estuvieron observando.
— Ella no es una dama –Aseguró Bill tomando el lugar a lado de su hermano, los discípulos de los Kaulitz no tardaron en mostrarse. Andrew no pudo evitar sonreír.
— Vaya, vaya, los reuní sin hacer ningún esfuerzo, que bien, en estos momentos podría despedazarlos con facilidad –Aseguró y sus ojos rojos se iluminaron ante esa idea. Tom alzó su cabeza al percatarse de ello, su querido hermano acababa de comer.
— Quiero que lo intentes –Le retó Georg dando un paso al frente, al mismo tiempo que uno de los discípulos de Andrew hacía lo mismo.
— Tranquilo Georg, ya tendrás tu oportunidad –Aseguró Tom deteniéndolo.
— Tienen suerte de que aún no sea la hora del ‘espectáculo’, así que por esta vez, los dejaré ir –Declaró Andrew dando media vuelta- Pero la próxima vez que nos veamos, no correrán con la misma oportunidad –Aseguró caminando hacia las sombras.
— ¿Qué mierda pasó Tom? –Cuestionó Bill desorientado.
— Verónica, eso paso –Contestó viendo a Beatriz, ésta solo bajó su cabeza al percatarse que todos la miraban fijamente.
— ¿Cómo logró sobrevivir? –Preguntó anonada Kerstin.
— La subestime, por eso sigue viva –Respondió Beatriz sin alzar su mirada. Gustav tomó la mano de su novia e hizo que levantará su rostro para poder verse a los ojos.
— Pero no lo estará por mucho tiempo –Le aseguró.

Día 29 de Enero.Ashley salió del baño después de haberse tomado aquellas pastillas que la ayudaban a mantenerse tranquila, aunque a veces sienta un horrible dolor en sus venas, las necesitaba. Logró visualizar que Ruth se aproximaba hacia donde ella estaba y esbozó una pequeña sonrisa pero ésta se desvaneció cuando su querida amiga pasó de largo sin siquiera mirarla, todo esto iba de mal en peor.
— Al parecer, aún no están bien –Ashley se estremeció al escucharlo y después se encogió de hombros.
— Me siento mal, no quiero que este enojada –Confesó reteniendo sus lágrimas- Pensé que se le pasaría, pero ya veo que no.
— Si es tu verdadera amiga, volverá a hablarte, te lo aseguro –Ashley alzó su cabeza para mirarlo. Observó con atención cada facción de su cara, sus ojos, nariz, boca, color de piel, cabello; después, bajó su mirada hacia su cuello, cuerpo, brazos y manos ¿Quién lo diría? Ayer no creía en leyendas urbanas y ahora, tenía que investigar sobre una en especial ya que al parecer, se encontraba viviéndola.
— Tienes razón –Susurró viendo el piso.
— Eh… ¿Iré a tu casa para la tarea de…?
— No –Respondió antes de que el de trenzas completara la pregunta- Hoy no.
— De acuerdo –Dijo sin más.
— Tom… ¿por qué no te gusta salir cuando está el sol? –Preguntó de golpe.
— ¿Disculpa?
— Responde –Ordenó un poco nerviosa.
— No lo sé, nunca me agradaron los días soleados –Contestó extrañado- ¿Por qué…?
— ¿Y a tu hermano? –Tom calló por un momento.
— A ninguno de los dos nos gusta –Respondió con seriedad- ¿Pero esto que tiene que ver…?
— Me tengo que ir –Avisó tomando su mochila con fuerza.
— Ashley, espera –Le suplicó, pero ella no lo hizo.
El timbre había sonado ya, todos estaban en sus salones, todos excepto ella. Se recargó en uno de los casilleros y abrió uno de los cierres de su mochila para sacar su pequeño bote de pastillas; necesitaba otra ya, sino, no iba a poder soportar este día. Cerró fuertemente sus ojos al tragar y nuevamente pudo respirar al sentir el medicamento en su sistema, se sentía bien, solo endureció su mandíbula al sentir ese ardor en sus venas, pero aquél malestar pasaría en menos de tres minutos y volvería a estar tranquila.
En ninguna clase prestó atención, en el receso ni siquiera comió y se podía observar que su mente no se encontraba conectada con su cuerpo. Tom se percató de aquello, trató de hablar con ella, de intercambiar alguna palabra, pero no lo logró, algo le pasaba a Ashley y por más que trataba de averiguar que era, no lo conseguía, algo bloqueaba su mente.
Pasaron ocho días, las desapariciones en el pueblo seguían aumentando, la mayoría, mujeres. El lugar ya era un peligro, la gente ya no sabía si salir o quedarse en sus casas ya que por lo visto, iba a ser el mismo resultado.
Ashley recibía mensajes de texto de Andrew quien la invitaba a salir junto con Peter, los dos primeros días accedió y solamente porque Peter se lo suplicó y porque pensó que eso la ayudaría a distraerse, pero no fue así. Cada día necesitaba más de aquellas pastillas para estar en calma, esta vez, eran cuatro pastillas cada seis horas; su hijo se encontraba preocupado por la condición de su madre y lo peor era que ni siquiera sabía del porque se encontraba tan demacrada e inestable, a veces llegaba pensar que estaba molesto con él, tal vez, hizo algo malo sin darse cuenta pero hasta ahora, no lo ha podido descifrar.
Ruth seguía sin hablarle a Ashley y eso la hacía sentirse peor, la necesitaba ahora más que nunca, pero aún si tuviera su apoyo, sería inútil porque ni siquiera ella sabía exactamente qué problema tenía, además, debía contarle acerca de Aubrey y eso, era algo que no podía hacer por el momento.
Ashley se había apartado del mundo estos últimos días, escondiendo su cara detrás de diferentes libros antiguos, necesitaba investigar acerca de los vampiros, necesitaba… necesitaba descubrir que Tom era uno. Solo de pensar en eso, comenzaba a llorar: su lado obstinado le decía que estaba loca, nada de esto es real, Aubrey le mintió, ninguno de esos seres existe y jamás existirán pero, si Aubrey es real, entonces, todo lo inimaginable también lo era ¿Y qué podía hacer si lo de Tom fuese cierto? ¿Cómo iba a reaccionar? Tom. Lo extrañaba demasiado, no lo había visto en estos ocho días porque cada vez que él se acercaba, ella se alejaba tal vez por miedo, tal vez por sus sentimientos, tal vez por Aubrey y aunque mantenía su distancia, quería correr a su lado, quería ver su sonrisa, quería escuchar su voz, si, porque lo quería; por fin se había vuelto a enamorar cuando creyó que no iba a ser capaz de hacerlo después del castigo que recibió por parte de la vida pero al parecer, también le había dado otra oportunidad.
— Quiero verte –Susurró contra sus rodillas al tener abrazadas sus piernas. Bajó su vista a su lado y observó uno de los libros que había estado leyendo: tenía la portada de diferentes demonios y brujas y la pasta estaba algo maltratada. Lo recogió con sus dos manos y lo aventó furiosa contra la pared, Tom no era un demonio, él era su ángel, lo dedujo desde el primer día que lo conoció y nadie le iba a quitar aquél pensamiento.
Tom, iba a visitar todas las noches a Peter como se lo había prometido: Jugaba y platicaba con él. Trataba de buscar la respuesta ante la actitud de Ashley con el pequeño, pero también fue inútil, Peter tampoco sabía lo que le pasaba. Al de trenzas le dolía ver que Ashley sufría por alguna razón y se sentía impotente al no poder hacer nada por ayudarla y se sentía peor al percatarse de que de alguna forma lo evitaba ¿por qué lo hacía? ¿Acaso no veía que la necesitaba a su lado? Si, la necesitaba ¿Por qué? Aun no comprendía el porqué y también la extrañaba, demasiado: necesitaba escuchar su voz, sentir su fragancia, tener una conversación con ella, escucharla reír, verla jugar junto con Peter, necesitaba escuchar su ‘Todo mejorará’ que de algún modo lo hacía sentir tranquilo.
— Háblame –Le suplicó al verla dormir desde el borde de su cama- Por favor, háblame.

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akjgagdk ya estoy esribiendo las partes que me agradan e_e cuando complico más las cosas y hago sufrir mucho más a los personas e_e vi el comentario donde decía que ya quieren las escenas más 'románticas' bien, quiero decirles que no falta mucho para eso c: solo que tengan en cuenta que la novela es más sobre el drama de la vida de los personajes, bien espero que disfruten mucho la lectura <3 gracias por leer (: y buen inicio de semana!

2 comentarios:

  1. ¡Ay, pobre Ashley!...Ella sufriendo y el otro también…¿Guerra entre vampiros? Y Peter como será mezclado?

    ¡Ahhhhhhhhhhhhhh de solo pensar me dan ñañaras :D

    Buen capi

    ¡Uuuuuyyyy! Ya al lindo de Tommy le está gustando la chica :3 ¡Qué bonito!
    Besos!

    S.K

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  2. Arlette *OOOOOOOOOOOO* creo que voy sospenchando por donde va esto... Ashley no le hablara más a Tom, Tom se enamorara de ella y sufrira por ella pero ella no querrá nada con él y confiara en Andrew y así es como todo queda mal entre todos y todos se pelean entre sí y Tom despues la quiere matar T_T wajajajaj okkkeey hoy ando con mucha imaginación creo x)pobre de tom D: que le diga que le hable por favor da pena ._. y Ashley está toda traumada D: queterrible está en lo mejor tu fic C: tkkkkm cuidatee y hablamos luego :D Adiós.

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