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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

3 feb 2011

Cap.35 Me gusta mucho la ‘mermelada de fresa’

- ¡Oh! ¡Le dirá, le dirá! –Saltaba sorprendida la menor- ¡Pero no puede decirlo! ¿Oh si? ¡No! Porque asustara a Ashley y las dos se alejaran... y… y ¡No pueden alejarse! –Finalizó frunciendo el seño después de sacar sus propios análisis.

-¡Cállate Arely! Aturdes –Se quejó Samuel.
-¡Tú aturdes más! –Se defendió y después se echó a reír al igual que Máyela. La señora solamente dio un suspiro y negaba con la cabeza ante la escena que ofrecían sus nietos -¡Abuelita abuelita! –Soltó de repente la menor cruzando las piernas y quejándose.
-¿Qué pasa mi amor? –Preguntó asustada levantándose.
-¡Quiero ir al baño! –Dijo al fin.
-Ay, pues ve Arely, ya sabes ir al baño tu sola.
-Pero me da miedo –Confesó la menor volteando a ver el oscuro pasillo que da al baño- ¿me acompañas?
-Que te acompañe Samuel –Respondió rápidamente Máyela.
-¿¡Qué?! –Exclamó sorprendido. Volteó a ver a su abuela, después a Máyela y para finalizar a la menor que seguía ‘bailando’ esperando a que alguien la acompañara- Esta bien –bufó- Vamos Arely –Extendiéndole la mano. Arely gritó de emoción y tomó la mano de su hermano.
-Aún así la quiere más que a mí –Confesó la mayor sentándose a un lado de su abuela.
-A las dos las quiere, son sus hermanas –Sonrió mientras le apartaba el cabello de la cara a su nieta- tienes un hermoso rostro para que lo tengas cubierto por ese fleco.
-Ay abuela –Río. Recargó su cabeza en el hombro de la anciana y soltó un suspiro- sabes que se me hace raro en la historia.
-¿Qué?
-Que hayas metido a mi abuelo. Nunca lo habías hecho con ninguno de tus cuentos, nunca… nunca nos has puesto en ninguna de tus historias. –Volteó a verla.
-Bueno… siempre hay una primera vez para todo ¿no? –Contestó rápidamente.
-Pues si –Calló por un momento- Oiga, ahora que también me acuerdo, nunca nos contó como era de joven y sus verdaderas aventuras en esta vida –Volvió a decir extrañada.
-No hay mucho que contar. Mi vida no fue muy interesante que digamos –Contestó viendo al piso.
-Yo pienso todo lo contrario.
-Hija… a veces es mejor no recordar el pasado –Soltó de repente cerrando pesadamente los ojos- Pero… en algunas ocasiones es lo mejor para recordar lo único perfecto en tu vida –Antes de que Máyela pudiera continuar, llegaron sus otros dos hermanos. La anciana volvió a cargar a Arely y Samuel se sentó en el piso.
-Y puedes continuar –Dijo la menor con su sonrisa angelical. La señora sonrió de medio lado.
-Bueno mis niños, prosigo –Río- Kathia no pudo contarle lo sucedido a Ashley porque en ese justo momento llego Claudia para llevárselas a la casa para así, descansar. Flor se iba a quedar con Sandra y Dany hasta en la tarde del día siguiente. Kathia se acostó en la habitación de su amiga tratando de dormir, pero era imposible. Su cabeza seguía tratando de encontrar una respuesta a todo ya que según Ashley y su madre, ella se había quedado dormida en el comedor. Más a parte todavía no se hacia la idea de que su novio quedara en coma de un día para otro. Nada tenía sentido para ella en ese momento ¿Sueño o realidad? Sea lo que sea quería la respuesta ya…















Al igual que Kathia, Ashley no podía pegar el ojo esa noche, aparte… ¿Para qué? Dentro de una hora amanecería. Trataba de razonar con su cabeza ya que todavía no entendía nada de lo que sucedía, o no se hacia la idea. Todo fue muy rápido: Cuando aceptó salir con Kiro, dejar a Ryan, darse cuenta que realmente amaba a Tom, el grave accidente de Travis y quien lo causó. Sentía que su vida era cada vez más rara. Sola en la terraza, se encontraba la chica de cabello negro sentada en una mecedora escribiendo en su diario:

¡Hola!
Travis… está en coma, todavía no puedo creer que el que lo causó fue Bill con puros golpes. Muchas cosas extrañas y malas tienen que pasar aquí, todos los día, TODOS, nunca hay excepción alguna, y siempre tienen que ver con Tom y Bill. No puedo bajar mi guardia ahora: tengo que averiguar porque tanto misterio entre ellos, más a parte, Kathi sabe algo muy importante y malo acerca de Bill, cuando se recupere de toda esta mala onda le volveré a preguntar.
Algo más: Strify y Kiro también están involucrados en este misterio; lo supe hoy ante el comportamiento de Tom ante Strify.
Si para averiguar el misterio, secreto, ¡lo que sea!, de los gemelos tengo que salir con Kiro pues… así lo haré. Tom me esconde algo muy importante, a la vez comprendo que sea frío y resguardado… el asesinato de su novia, creo yo, tiene algo que ver.
Comenzare con eso. Descubriré como empezó todo ese problema, descubriré el secreto de los Kaulitz cueste lo que cueste.
Tom me ha hecho sentir cosas que ningún otro ha logrado en tan poco tiempo. Solamente con verlo mi día era perfecto… ahora que estoy con él, siento que lo conozco desde hace mucho tiempo. Eso me hace sentir cómoda pero a la vez incómoda (suena incoherente, lo sé, pero es así como me encuentro). Algo dentro de mí dice que esté alerta, esa pequeña alarma se enciende cuando él se acerca a mí. Es lo que no logró entender.



-¿Porqué no estás dormida? –Ashley, se exaltó ante la llamada haciendo que casi se fuera de espaldas junto con la mecedora. Afortunadamente no fue así, ya que el chico alcanzó a sostener la silla- Perdón, no quise asustarte –Rió.
-¿Cómo subiste? –Preguntó atónita.
-Por la reja de tu cochera –Respondió acercando otra mecedora y sentándose en ella.
-Y… ¿Cómo supiste que estaba aquí? –Seguía exaltada.
-Presentimiento –Contestó recargando sus brazos sobre sus piernas.
-Ah… -Exclamó cerrando su libreta.
-¿Qué es eso? –Preguntó curioso.
-Mi libreta… más bien mi diario –Contestó tímidamente. El chico sonrió- Tom… -Lo llamó colocando sus manos sobre la libreta. El dio un quejido como señal de que la escuchaba- ¿Hablaste con Bill? –Preguntó volteando a verlo. Tom se recargó y ofreció su vista al horizonte.
-No.
-Mientes –Pensó- a mi no me engañarás –Tom volteó a verla de golpe.
-Lo busque por toda Alemania –Siguió con la firmeza en su voz- pero no lo encontré –La mirada de Tom volvía hacer pesada, aunque sus ojos estaban cubiertos por unos lentes de sol, Ashley lo sintió. A la chica no le gustaba eso. Solamente agachó su cabeza y se encogió de hombros.
-No quise hacerte enojar. Te creo –Musitó. Claro que no le creía. La chica sintió como el ambiente se sentía menos pesado. Escuchó que Tom dio un suspiro y bajo el pie para dejar de mecerse.
-Ven aquí –Tomó la cálida mano de Ashley incitándole a que se pusiera de pie. Y es lo que hizo. Se levantó para sentarse sobre las piernas del de trenzas acurrucándose en su pecho- Perdona mi carácter. –Soltó arrepentido.
-No te preocupes –Respondió sonriendo para sus adentros.
Los grillos todavía se podían escuchar. La pareja observaba la tranquila noche: uno de ellos esperaba el amanecer mientras que él otro deseaba que no llegase jamás.
Nadie decía nada, solamente se mantenían abrazados. La chica sentía como Tom comenzaba a inquietarse.
-¿Estás bien Tom? –Preguntó extrañada.
-Si –Contestó roncamente. Ella esbozó una pequeña sonrisa, pero se le borró inmediatamente al percatarse de que Tom tenía algo en la orilla de sus labios.
-Estas manchado –Dijo acercándose más a la cara del chico.
-¿De dónde? –Preguntó ladeando su cabeza.
-De aquí –Respondió quitándole la mancha viscosa color roja- ¿Qué es esto Tom? –Preguntó viendo la yema del dedo donde tenía la mancha con atención.
-No… no lo sé, a lo mejor es… mermelada –Contestó limpiándose la boca asegurándose de que no haya más rastros de esa sustancia- Me gusta mucho la mermelada de fresa –Le dijo con una gran sonrisa haciendo que sus ojos se entrecerrarán. Ashley soltó una pequeña sonrisa y se limpió los dedos sobre el pantalón.
-Dame un beso ‘labios de mermelada’ –Tom rápidamente asintió. La chica se abrazó de su cuello mientras se dejaba guiar por el beso. Sintió su piercing helado por sus cálidos labios haciéndola estremecer. Lamentablemente el beso se acabo. Tom se volvió a recargar y Ashley se volvió acurrucar en su pecho sin bajar las manos de su cuello.
-Pronto amanecerá –Susurró la chica.
-No me gusta el día –Confesó incómodamente.
-¿Por qué?
-No lo sé… desde que tengo memoria… preferí la maldita noche –Respondió entre dientes.
-Para mí que no prefieres ninguno de los dos –Rió- ¿Y por qué traes esos lentes? –Preguntó divertida- Ni que el sol estuviera tan fuerte –Dijo irónicamente. Trató de quitarle los lentes a Tom, pero el rápidamente la tomó de la muñeca y la detuvo.
-Me gustan como se me ven –Respondió soltándola.
-Aamm claro –Dijo extrañada. Ya no intentó quitarle las gafas.
Ashley dejó sentir el fresco aire de la mañana sobre su rostro. Sintió como Tom respiraba profundamente, como si disfrutará el olor de algo.
-Tengo que irme. –Dijo de la nada. La chica se quejó y se levantó de mala gana esperando que el chico se pusiera de pie.
-Falta poco para el amanecer. No me gusta el día, pero me encanta ver a el sol salir. Quédate un rato más ¿Si? –Suplicó.
-No puedo –Respondió levantándose- Otro día, te lo prometo.
-Pero…
-Por favor –Rogó Tom. Un momento ¿Tom rogando? Ashley vio como pasaba saliva difícilmente. Solamente asintió. Tom se despidió de ella besando su frente.
-Cuídate. –Dijo cerrando sus ojos.
-Te busco en la noche –Ella asintió.
Sin decir más, solamente vio como Tom bajaba la reja de la cochera para desaparecer rápidamente de su calle.
La chica volteó hacia el cielo, la luz le caló por un momento en sus ojos, pero después ya pudo observar todo con más claridad. El amanecer, un hermoso amanecer al fin había llegado.

Continuara***
& se acerca lo mejor ;)

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