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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

28 dic 2010

Cap. 31 Solo estaremos tú&yo

La pareja llegó y se sentaron en la orilla de la laguna. Marcela se quitó los tenis y metió sus pies en el agua.

-Es más lindo de noche ¿No crees? –Opinó Bill.
-Sí –Le respondió Marcela viendo las ondas que se creaban en el agua- Bill… ¿Qué has hecho en todo este tiempo? –El pelinegro suspiro.
-Trabajar.
-¿Solamente eso? –Le preguntó sorprendida volteando a verlo.
-¿Qué más querías que hiciera? –Le respondió irónico.
-Salir con los chicos –Se encogió de hombros- Qué se yo.
-¿Para qué? No le veía importancia… lo único que me importaba era terminar el disco y tenerte conmigo –Al decir eso tomó su mano- Me hiciste mucha falta.
-A mí también Bill –Le contestó entrelazando sus dedos- todas las noches iba con mi nana para desahogar todo el vacío que sentía, iba funcionando, pero después mi nana falleció y ese vacío volvió. Sabes, me ayudó mucho ir a España –Le dijo con una sonrisa.
-¿Sí? –Preguntó ladeando su cabeza confundido- ¿Y por qué?
-Porque me ayudó a aprender a querer a mis padres –Bill seguía confundido, Marcela lo supo con su mirada- Sí, todo este tiempo estuvimos con ellos. Les prometí escribirles cada mes –Le respondió antes de que el vocalista planteara la pregunta.
-Eso… ¡Esto está muy bien! –Dijo alegre- ¿Vez Marce? Ellos siempre te han querido, solo que no sabían cómo demostrártelo.
-Sí –Musitó esbozando una sonrisa- Aunque a veces no los aguantaba pero, ¿Sabes cómo salía adelante?
-¿Cómo? –Preguntó curioso.
-Con tu voz Bill, ponía todas las noches su disco y me refugiaba en tu hermosa voz.
-Aún estando lejos, nunca te deje sola –Dijo anonado.
-No, nunca lo hiciste.
Bill se acercó a ella y juntos vieron el tranquilo lago. El vocalista pasó su brazo por sus hombros abrazándola, Marcela se recargó en su hombro y levantó tantito su cabeza solo para plantearle un pequeño beso en el cuello.







El camino era silencioso. Debany miraba por la ventana mientras que Tom, aún estando conduciendo, no podía dejar de mirarla.
-¿Y tus maletas? –Preguntó Tom nervioso. No sabía qué hacer para poder platicar con ella. Debany, sin despegar la vista de la ventana, le respondió-:
-Se quedaron en el auto de Fernanda –Volteó a verlo y se percató que Tom no ponía atención a la carretera- Tom ¡Mira el camino! –Le dijo asustada.
-Tranquila, que no nos va a pasar nada, soy un conductor experto –Dijo egocéntricamente. Debany no evitó reírse.
-¿Y a donde me llevas?
-Conduzco sin rumbo alguno, quiero estar lo suficientemente lejos para que nadie nos moleste, solamente estaremos tú y yo ¡nada más!
-Es lo justo –Contestó con una sonrisa.
Tom manejó por muchas horas hasta que la pareja se alejó lo suficiente de la ciudad. Llegaron a una casa de las que rentan los recién casados para pasar ahí su luna de miel. Se bajaron del carro y Debany empezó a observar el lugar.
-¿Dónde estamos? –Preguntó la chica desconcertada.
-Casi fuera de Alemania, aquí se la pasan los recién casados para tener su luna de miel cuando no quieres salir del país –Le respondió seriamente.
-¿Y tú como sabes eso?
-Porque… antes de que pasara todo esto vine aquí, quiero que sea algo que los dos no olvidemos.
-Y así será –Le aseguró abrazándolo.










-Buenas tardes –Los recibió una señora de 45 años aproximadamente- ¿Tienen reservación? –Ante esa pregunta la pareja volteó a verse.
-No –Respondió Tom haciendo una mueca. La señora se encogió de hombros y se recargó en el escritorio.
-Sin reservación, no puedo darles una de las llaves –Y antes de que Tom hablara, ésta continuó-: pero como ahora tenemos muchas cabañas disponibles, les daré una –Terminó de decir guiñándoles el ojo. Tomó unode los álbumes fotográficos y los posó sobre el escritorio- Elijan una –Les ordenó con una cálida sonrisa.
Ellos empezaron a hojear el álbum y los dos coincidieron, al fin, con una. Se dirigieron a la casa que había elegido.
Era como una casa común y corriente aunque un poco grande: era blanca y en los barandales tenia toques negro con plateado igual que en las ventanas y en la puerta.
Tom estacionó el auto en la cochera, la verdad el auto combinaba con el lugar. Entraron y los muebles eran del mismo color que los barandales con ese toque se veían muy elegantes.
-La casa es muy hermosa –Confesó asombrada la chica.
-Ven –El guitarrista tomó su mano y la llevó al ‘patio de la casa’. Ahí había un jacuzzi y a lado una gran alberca-¿te quieres meter?
-Quisiera… pero toda mi ropa se quedo en la casa de Fer… recuérdalo –Respondió tristemente.
-No te preocupes que aquí hay trajes de baño. El fue al otro extremo del patio y Debany en seguida lo siguió.
El guitarrista abrió un tipo closet y había muchos trajes de baño para mujeres y hombres de diferentes colores
-Elige –Musitó agarrando un short celeste casi como el que siempre usa. Debany observaba los trajes de baño una y otra vez hasta que decidió uno de 2 piezas color rosa y con el toque de un pequeño corazón negro en la pieza de arriba.
La chica fue al baño del segundo piso y se puso el traje de baño. Su otra ropa la dejó arriba de la cama. Tom se cambió en el baño de abajo, salió y dejó su ropa en uno de los sillones, se recogió las rastas y como vio que Debany aún no bajaba decidió meterse ya al jacuzzi.
Debany bajó y antes de abrir la puerta respiro profundamente, abrió la puerta corrediza y cuando salió Tom se quedo sin habla. Ella caminó hacia el jacuzzi tímidamente mientras que Tom se la comía con la mirada, la chica se sentó a un lado de él y se acomodó el cabello.
-¿Me voy bien? –Preguntó al mismo tiempo que sus mejillas se tornaban rosas.
-Te vez… hermosa –Los dos sonrieron.

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