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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

28 dic 2010

Cap. 32 Ámame bajo la tormenta

Debany empezó a contarle todo lo que hizo en España, que había aprendido otro idioma y como le había cambiado la vida ese viaje. Tom solamente lo platicó como les ha ido con el nuevo disco.

- Debany… ¿porque era muy importante para ti cumplir los 18? –Preguntó curioso.
-Para reclamar, al fin, la herencia de mi padre… es muy importante para mí –Le contestó con seriedad.
-No sabía eso ¿Y cuando irás? –La chica suspiró.
-Esta semana –Calló al ver la tranquila alberca- ¿Quieres nadar?
-Sí -Le contestó levantándose. La ayudó a ponerse de pie y caminaron con cuidado hasta la alberca para no resbalarse.
Tom usó las escaleras mientras que Debany entró ahí de un brinco. El guitarrista se cubrió para no mojarse las rastas.
-¡Hey! –Gritó Tom- Tranquila… -Musitó riendo.
-¡Que delicado! –Dijo Debany en broma.
-¿Delicado? ¡No! Solo que no quiero arruinar mi cabello…
-¿De estropajo? –Le interrumpió.
-Has insultado mi hermoso cabello ¡Mereces sufrir! –Le amenazó nadando hasta ella.
-¡Huy! Que miedo –Rió mientras le salpicaba agua.
-¡De esta no sales! -Dijo fingiendo estar molesto.
El chico empezó a perseguir a Debany y cuando la alcanzo empezó a hacerle cosquillas sin parar. La chica comenzaba a llorar de la risa.
-Tom… para… ya por fa… -Decía entre cortado ante la risa que salía.
-¡No! Eso te mereces por insultar mi cabello -Debany trataba de liberarse y sin querer le bajo el short a Tom haciendo que esté la soltara- oye ¡eso es trampa! –Se quejó acomodándose el short.
Debany nadó hasta las escaleras. Las estaba subiendo cuando sintió las manos de Tom en su cintura jalándola, está volvió a caer al agua.
-¡Eres un tosco! –Le dijo molesta, se había asustado. Tom se acercó hasta ella quitándole el cabello de su rostro.
-Perdóname –Agarra su barbilla acercando su cara con la de ella dejándole un suave beso, los dos se quedaron callados sintiendo la respiración del otro, ahora Debany lo había besado. Sus lenguas empezaban a rosarse al igual que sus cuerpos. Debany había rodeado el cuello de Tom así lográndose aferrar más a él y besándolo cada vez más con pasión.
El sol se había ocultado completamente por grandes nubes grises que lograron hacer pareciera de noche aún siendo todavía de tarde. El viento empezaba a soltarse, se avecinaba una tormenta.
La pareja seguía muy ocupada para darse cuenta de eso. Unas que otras gotas empezaron a caer, una de ellas cayó en la cara del guitarrista, haciendo que este se separará de su pareja para ver al cielo
-Va a empezar a llover –Avisó volteado con Debany- entra…-La lo interrumpió volviendo a besarlo apasionadamente.
Tom la volteó y empezó a besarle el hombro mientras pegaba aún más su cuerpo contra el de Debany. Ella recargó su cabeza en el hombro de su guitarrista, el dejó de besar su hombro para acercarse a su oído:
-Quieres… ¿Quieres volver a hacer mi novia? –Preguntaba mientras besaba su mejilla. Debany no evito sonreír. Volteó a verlo, lo tenía tan cerca que sus labios rosaban con la mejilla del guitarrista.
-Si, si quiero volver a hacer tu novia –Ante la respuesta, Tom mordió delicadamente la oreja de su novia.
Comenzó a besar su cuello hasta llegar a los tirantes del bikini, el empezó a desamarrarlo, sin dejar de besar el cuello de la chica.
Empezó a llover más fuerte, pero eso no le importó a la pareja. Tom volvió a voltear a Debany para tenerla frente a frente, cuando iba a desamarrar los otros tirantes, un rayo acompañado de un trueno se dejaron venir estremeciéndolos.
Los dos voltearon hacia el cielo y después se volvieron a ver, no evitaron reírse por la reacción del otro. Decidieron entrar a la casa, Tom entró al baño por dos toallas, Debany fue hacia el interruptor de la cocina para tratar de encender la luz.
-¿Qué pasa? –Le preguntó cubriéndola con la toalla.
-No enciente, tal vez, el rayo tuvo algo que ver.
-Déjalo –Ordenó tomando su mano- debe de a ver veladoras en algún lugar, mejor voy a buscar, tu sube a la habitación.
Cuando entro a su cuarto, no pudo ver nada, estaba completamente oscura, así que se fue guiando por la pared hasta toparse con otra puerta
-Debe ser el baño –Susurró para ella misma.
Entró y al igual que Tom empezó a buscar veladoras. Se pegó contra algo, como el baño estaba igual que oscuro que la habitación tuvo que encontrar la forma de esa cosa como un ciego, tocándolo
-Okey, esto es la bañera -Siguió tocando hasta que sintió algo más suave que la bañera, trataba de encontrarle la forma- Es una veladora –Dijo alegre- ahora… ¿dónde estarán los cerillos? –Se preguntó frunciendo el ceño. Buscó por donde encontró la veladora y sintió algo pequeño, como una caja.
Lo empezó a sacudir, trataba de encontrarle la forma, cuando sin querer, lo abrió y ahí estaban unos cerillos. Con cuidado trató de encenderlo, cuando lo logró, encendió la veladora al fin podía ver el camino.
Dio un suspiro de alivio y se regresó a la habitación, puso la veladora y los cerillos en una pequeña mesa y empezó a secarse. Se dio cuenta que la habitación en un rincón tenía muchas almohadas, podías dormirte ahí y pensarías que es una cama. Se escuchó que alguien abría la puerta.
-No encontré… ¿Dónde las encontraste? –Preguntó anonado señalando la veladora.
-En el baño –Le respondió sonriendo mientras secaba su cabello.
-Déjame ver si hay más. –El guitarrista caminó hacia el baño pero Debany lo detuvo del brazo.
-Sí alumbra, así déjalo –Le rogó con una pequeña sonrisa.
Hubo un silencio en la habitación, solamente se podía escuchar los truenos y el sonido de la lluvia golpeando las ventanas. Tom volteó hacia ella y comenzó a acariciar el rostro de su novia. Ella cerró los ojos disfrutando el tacto de su guitarrista.
Sintió los labios de Tom en los suyos, empezaron a caminar hacia la cama sin dejar de besarse. Él se sentó en la cama y Debany se puso arriba de él. El guitarrista bajó de sus labios hasta su cuello, subiendo sus manos hasta el par de tirantes que le faltaba desamarrar. Cuando lo logró, la pieza de arriba empezó a caer sin problemas.
Tom cargó a Debany para recostarla en la cama. El observó cada sección del cuerpo de su novia con mucha atención. Ella acariciaba el perfecto torso desnudo de Tom y empezó a recorrer con sus labios su cuello hasta llegar al short de éste, fue quitándoselo lentamente y no pudo evitar morderse el labio. El guitarrista hizo lo mismo con Debany, los dos estaban completamente desnudos. Los truenos y relámpagos habían terminado pero la lluvia y las ráfagas de viento seguían.
Debany se subió arriba de él enredándolo con sus piernas. Tom besaba los pechos de la chica haciéndola emitir un gemido. El guitarrista fue introduciéndose en el cuerpo de Debany hasta ser uno, la chica se aferraba cada vez más a Tom besándole el cuello. Sin separarse, Tom la vuelve a acostar, éste quedó arriba de ella sin dejarle caer todo su peso. La chica acariciaba la espalda del guitarrista mientras que el placer aumentaba, los gemidos seguían sin cesar. Sus besos eran cada vez más rápidos por la pasión, sus lenguas empezaban a jugar en la boca del otro.
Tom empezaba a besar el cuerpo de Debany haciéndola estremecer por el toque de su frío pirsin. El guitarrista iba cada vez más despacio, Debany dejaba de arañar su espalda y Tom, salió lentamente del cuerpo de ella.
Los dos estaban completamente exhaustos y acompañados de una fina capa de sudor. Al fin se habían entregado por completo al otro, al fin se había cumplido lo que los 2 más anhelaban. Tom besó la frente de Debany y se acercó a su oído.
-Eres mía –Dijo besando su mejilla.
-Y tú mío y nadie ni nada podrá cambiar eso.
-Jamás.
Debany por fin se sentía la chica más afortunada de todo el mundo, al fin sabía lo que era entregarse a una persona por amor ¡qué importa que no haya perdido la virginidad con Tom! Ella siempre le había pertenecido a ese chico de rastas de gran corazón aunque un poco terco, siempre será suya, siempre.
-Te amo, gracias a ti sé lo que significa este sentimiento, Debany… contigo aprendí a amar –Confesó el guitarrista abrazándola fuertemente.
-Yo también aprendí a amar contigo.
La pareja no dijo más. Los dos voltearon hacia la ventana que estaba a un lado de la cama y viendo llover se quedaron dormidos.

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