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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

22 dic 2010

Cap.27 ¿Borrada del mapa?

Debany

Estaba terminando de empacar mis cosas con el ritmo de Sacred a todo volumen. Estoy súper ansiosa, ¡los nervios no se me quitan con nada del mundo!
También tengo miedo, miedo a que Tom no sienta lo mismo por mí, espero que todo lo que nos pase en Alemania sea para bien y no para mal.
Escuché unos débiles golpes. Caminé hacia el estéreo para bajar el volumen de la música y me di cuenta que tocaban la puerta.
-¡Adelante! –Avisé.
-Hola pequeña –Me saludó Alberto con una gran sonrisa.
-Ah, hola –Saludé indiferente cerrando la última maleta.
-¿Ya terminaste de empacar? –Preguntó inocentemente.
-¡Sí! –Respondí emocionada sentándome arriba de una de las maletas.
-¿Y ya tienen decidido cuantos días se van a quedar? -¡Mierda! No se lo había dicho a Alberto, no encontraba la manera de decírselo… Tomé suficiente aire y abrí mi boca:
-Marcela no quiere volver –Le respondí con seriedad.
-¿Porqué? –Voltee a verlo, pude apreciar confusión en sus ojos.
-Ya no quiere vivir aquí, con sus padres, solamente los aguantaba por nosotros y por su nana… pero ya no puede más –Respondí encogiéndome de hombros.
-Entiendo eso –Confesó asintiendo- Pero, eso quiere decir que ¿Tú tampoco volverás? –Me preguntó con tristeza, me daba pena escucharlo hablar así.
-No –Respondí volteándome para no ver su rostro-
-Pequeña, ¿Segura que te quieres quedar allá? –Me quería convencer de que no lo hiciera, lo conozco muy bien.
-Sí, Alberto… por favor regrésate a Alemania lo más pronto posible ¿Ok? –Le supliqué, aún así, no podía dejarlo en un país desconocido completamente solo. Su maldito trabajo le impedía viajar con nosotras.
-¡Claro que sí! –Me respondió abrazándome- No dejaré a la mujer que más amo sola –Al escuchar eso di una sonrisa forzada. No es fácil hacer esto- Cuídate mucho –Me recordó seriamente.
-Lo haré –Le aseguré- No te preocupes –Sonreí, todo mejorará.
-… Te amo -¡Maldición! Tuvo que decir eso ¿Cómo contestarle si no siento lo mismo?
Lo único que se me ocurrió fue besarlo pero Alberto malinterpretó mal. Me acostó en la cama y bajo de mis labios hasta mi cuello metiendo su mano debajo de mi blusa.
-Alberto –Susurré apresurada- necesito dormir, mi vuelo sale temprano –Le avisé quitándolo con cuidado. Él se levantó y dio un suspiro.
-Esta bien, que descanses –Besó mi frente y me dejó nuevamente sola en la habitación. Gracias a dios no insistió en hacerlo.
Bajé cada una de mis maletas para poder acostarme. Saqué el ipod que tenía debajo de mi almohada y me puse los audífonos ¡Adiós mundo!





Empecé a llorar de coraje ¡¿Cómo pudiste hacer eso?! ¡¿Cómo?! ¡Era lo único que teníamos y a ti se te ocurre hacer esa estupidez! Todos en el maldito parque volteaban a verme, no estoy de humor para que me juzguen ahora. Fulminaba con la mirada a varias personas mientras que mis lágrimas recorrían mis mejillas y éstos volvían a voltearse.
Agarre la llave que colgaba en mi cuello con furia, no quería saber nada ¡Nada!
-¡Él tenía razón sobre ti! –Grite desgarrada. Estaba a punto de arrancarme este asqueroso collar cuando escuché que gritaba mi nombre- ¿Alberto? –Voltee a todos lados buscándolo hasta que vi que venía corriendo hacia mí. No quería que me viera así, rápido comencé limpiarme las lágrimas.
-¡Debany! –Corrió hacia mi contento, pero al verme su sonrisa abandonó su rostro- ¿Qué te paso? –Me preguntó abrazándome. Creo que fue inútil aparentar que estaba bien, el era la única persona disponible para desahogarme en este momento.
-¡Me dijeron algo horrible! –Respondí rompiendo en llanto. Me quede callada, sentí que Alberto estaba más pesado y no me respondía, eso me sacó de onda- ¿Alberto? – Pregunté nerviosa- ¡Alberto! –Me moví y el cayó inconsciente al suelo y pude ver que… que tenía sangre… pero… ¡¿Pero cómo?!- ¡Alguien por favor ayúdeme! ¡Alberto resiste! –Grité desesperada- ¡Ayúdenme! –Las personas pasaban pero nadie se detenía era como si nosotros no estuvieramos-¡Ayúdenme, mi amigo esta herido! –Era como si yo no estuviera ahí.
Nadie volteaba a vernos, miraba a Alberto desesperada no sabía qué hacer ¿¡Porque rayos nadie me escucha?! De la desesperación detuve a una persona agarrándolo del brazo
- Por favor, mi amigo esta herido ¡ayúdeme! –Supliqué y el muchacho volteó a verme.
-¿Disculpa? –Me preguntó asustado. Estaba completamente conmocionada: era él, la persona que más deseaba ver, con la que quería pasar el resto de mi vida.
-¿Tom? –Al hablar no pude evitar romper en llanto- ¡Tom, eres tú!
-¡Ah! –Exclamó riendo- Ya entendí, quieres un autógrafo ¿verdad? –Preguntó metiendo una de sus manos en su chaqueta.
-¿Qué? –Pregunté confundida- ¡No! Soy Debany ¿Acaso no te acuerdas de mí? –El negó con la cabeza.
-Jamás me había visto en mi vida –Me respondió frunciendo el ceño. Esas palabras, esas frías palabras hicieron eco en mi cabeza.
-Tom ¡Soy yo! Acuérdate cuando nos conocimos en la azotea del hotel, cuando fuimos al Antro y me defendiste ¡acuérdate de todo! –Le rogué tomando su mano-: Tu, yo… Marcela, Bill… por favor –Dije desesperada.
-Lo siento –Me respondió moviendo bruscamente su brazo para que lo soltará- No sé de qué hablas –Dijo anonado y retrocedió- Adiós.
-Tom… por favor… acuérdate -Dije en murmullo.
Lo vi alejarse. Al final del parque lo esperaba una chica, era Annkatrin que al ver que se acercaba sonrío y se abalanzó con él dándole un abrazo, los dos se fueron riendo. Tom era feliz y no exactamente a mi lado.
Empecé a sentirme desesperada ¿Porque todos actúan como si yo no estuviera aquí? ¡¿Por qué?! Voltee con Alberto… Un momento, ya no está aquí, pero… pero él estaba… ¡¿Qué rayos pasa aquí?!
-Estás sola –Cerré mis ojos, esto es lo único que me faltaba. Mi cuerpo empezó a temblar del miedo, mientras volteaba, solamente deseaba que todo fuera una pesadilla.
-¿Mi-Miguel? –Tartamudee su nombre - Miguel…
-Estás sola –Repitió caminando hasta mí- y morirás sola.
-¡Por favor no me hagas daño! –Supliqué rompiendo en llanto- ¡Por favor! –Mis piernas no reaccionaban y dejaron que cayera al piso.
-¡Ah! Ahora no te sientes tan valiente ¿verdad? Claro, como ya no tienes a tú querido Tom para protegerte –Exclamó burlándose de mi- Querida Debany ¡Mira como estas! Confundida, desesperada, asustada… como antes –Disfrutó decirlo- Nunca te vas a librar de mí ¡Nunca!
Yo, comencé a retroceder sin levantarme del piso. No podía ponerme de pie, el miedo me lo impedía.
-¡Ayúdenme por favor! –Era inútil pedir ayuda, estaba sola.
-A nadie le importas.
-¡No!
- Nadie te quiere.
-¡Cállate!
-Estás sola, sola… conmigo.
Vi su mano alzarse y después de eso… no supe nada más, mis ojos se habían cerrado para siempre.









Exaltada, asustada, sudada ¡Qué horrible pesadilla! Inmediatamente prendí la luz de mesa. No estaba tranquila, no podía estar en esa habitación sola…
-¡Adelante! –Escuché el permiso y entré.
-¿Puedo dormir contigo? –Le pregunté abrazándome, tenía frío.
-Claro –Respondió con una tierna sonrisa. Caminé hacia su cama, quite las sábanas y me acosté.
-Gracias Alberto –Sentí sus manos rodearme.
-De nada
Aún acostada, sentía como mis piernas seguían débiles gracias a esa pesadilla. Todo fue tan extraño. Lo que más me dolió fue que Tom actuará como si yo jamás hubiese existido en su vida y aún más: ¿Por qué estaba molesta? ¿Por qué me iba a quitar mi collar? ¿Qué mierda le pasó a Alberto? ¿¡Porqué rayos soñé con Miguel?!
Millones de dudas dormirían conmigo esta noche.

Continuara***

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