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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

31 dic 2010

Cap.40 ¿Adiós a los idolos?

-Debany… ¿No me quieres? –Le preguntó con dolor.

-No, ¡Te odio! ¡Me das asco! –Le respondió con rencor.
-¡Es culpa de ese! ¿Verdad? –Estaba molesto- ¡Me odias por culpa de Kaulitz!
-¡A él no lo metas en esto! -Amenazó.
-Es por su culpa ¿Verdad? –Volvió a repetir- ¡Respóndeme!
-¡No! ¡No es su culpa! ¡No es la culpa de nadie! –Contestó con lágrimas en sus ojos, su cuerpo ardía de furia.
-¡Sí, si es su culpa! Siempre ha sido su culpa ¡Pues ya no! Él ya no te quemará tu cabeza con mentiras mías, ya no volverás a ser de él ¡Nunca! –Tomó sus mejillas bruscamente, estaba cegado por el odio.
-¡No te atrevas!
-¿Por qué él si puede tener tú amor y yo no? ¿Por qué?
-¡Porque yo lo amo! –Le respondió soltándose de su agarre- Porque él sabe lo que es amar, él sabe lo que necesito, él me ha tratado de una forma tan linda en tan solo un año, cosa que nadie ha hecho ni con todo el tiempo del mundo. Él me ha enseñado a ver la vida de otra forma, con él me siento querida y cada vez que me abraza me siento protegida…
-¡No!
-Sus besos son como una droga para mí, me he vuelto adicta a sus besos, sus caricias… cuando me acaricia, me siento la mujer más especial del mundo.
-¡Cállate! –Rogó golpeándose en la frente- Conmigo puedes sentir eso y más.
-¡No! –No, por supuesto que no- Nadie me hará sentir eso, necesito a Tom a mi lado para estar completa.
-No, no es cierto.
-¡Si lo es! Solamente necesito de él ¡y de nadie más
-Veamos si sigues pensando igual cuando él ya no este. –Le dijo tomando su celular. Miguel estaba desesperado y Debany no pensaba lo que hacía- ¡Hazlo ya! –Ordeno furioso.
-¡No!











Los chicos estaban cansados, solamente querían llegar y dormir. Varias fans los esperaban a fuera del hotel de Houston Texas. Ellos dieron unos cuantos autógrafos y después de eso fueron hacia sus habitaciones. El equipo les indico donde dormirían, obviamente Fernanda, Ingrid y Katia iban a dormir con su respectiva pareja, solamente los Kaulitz iban a dormir solos, pero antes de acostarse, Tom fue a la habitación de Bill, para de ahí marcarles a Debany y Marcela.
-¿Qué crees que estén haciendo? –Preguntó Bill curioso. Tom pensó por varios minutos.
-Compras –Respondieron los dos al mismo tiempo.
-¡Marca ya! –Le ordeno Bill ansioso.
-Okey ¡Pero no me grites! –Bufó. Marcó a su casa dos veces y no había respuesta- ¿Porqué no contestan?
-No lo sé –Le dijo preocupado- Algo no está bien.
-Por favor, no digas eso –Suplicó nervioso.
-Vuelve a marcar –Tom hizo lo que le pidió su hermano. Seguía igual, nadie contestaba.
-Debany, Debany ¿Dónde estás? –Preguntó completamente nervioso.
-Márcale a Peter, tal vez está con ellas –Ante esa respuesta los dos se vieron pensativos.
-Más vale que no estén haciendo lo que yo estoy pensando –Dijo frunciendo el ceño. Bill rió. Tom le marcó al guardaespaldas, le contestó una voz femenina-¿Marcela?

Conversación telefónica
-Ho-hola –Contestó con la voz cortada.
-Marcela ¿Qué pasó? ¿Por qué tienes el celular de Peter? –Preguntó Bill confundido.
-¿Está todo bien por allá? –Cuestionó el menor de los gemelos- ¿Cómo está Debany? –Ella no respondió- Marcela ¿estás ahí?
-Si –Respondió con un nudo en la garganta.
-Amor ¿Qué tienes? –Le preguntó preocupado.
-Miguel se llevó a Debany –Dijo al fin- Estoy en el hospital porque intoxicaron a Peter –Avisó rompiendo en llanto- No sé donde esta mi amiga y estoy desesperada. No me puedo mover de aquí por miedo a que vengan y traten de hacerme daño de nuevo. –Tom se quedo callado y se fue de la habitación sin dirigirle una palabra a Bill, mientras que él comenzó a asustarse ante lo que había dicho su novia.
-¿Trataron de matarte? –Preguntó furioso.
-Si, Ernesto, un cómplice de Miguel. –Respondió aún llorando.
-Tranquila Marcela, nos regresaremos a Alemania.
-Bill... Cuídense por favor, Miguel está molesto y tratara de matarlos también.
-¡que lo intente! No me importa, él nos las pagara por todo lo que les han hecho, Te amo marcela ¡no te muevas de ahí!
Fin de la conversación telefónica



Bill salió de la habitación en busca de su gemelo. En el camino se topo a Georg y a Andreas que estaban hablando en el pasillo.
-¿No vieron a Tom? –Les preguntó rápido.
-Yo no –Respondió Georg.
-Salió del… hotel –Le respondió Andreas extrañado. Bill asintió su cabeza en señal de agradecimiento.
-¿Qué paso? –Preguntó Georg confundido.
-Problemas –Le respondió entre dientes.
-¿Debany y Marcela?
-Sí, necesitamos regresar a Alemania
No dijo más y se fue de ahí corriendo dejando a Andreas y Georg confundidos. Bill buscó como loco en los alrededores del Hotel y no había rastro de Tom por ningún lado, hasta que llegó a un parque y vio a su hermano que estaba sentando en una de las bancas con las manos cubriendo su cara
-Tom –Murmuró acercándose- ¡tenemos que irnos ya!
-¡Sabía que no debía irme –Le dijo de golpe- ¡Sabía que debía estar todo momento con ella! –Dijo desesperado.
-Tom, reacciona ¡No es momento de culparse! Si nos quedamos más aquí perdemos más tiempo.-Trataba de calmarlo.
-Debany debe estar sufriendo –Decía con los ojos llorosos- Si el trata de lastimarla yo... yo... –Abraza a su gemelo.
-Tom, vámonos –Le susurró en su oído.
El de rastas se separo de su hermano y se limpió las lágrimas. Dieron media vuelta y vieron que dos hombres se aproximaban hasta ellos, sabían con quien estaban y también sabían a que venían. Los gemelos se pusieron firmes y no demostraron tener miedo, cuando al fin estaban frente a frente uno de los hombres sonrió.
-Con que ellos son los ídolos adolescentes del momento –Musitó viéndolos de arriba abajo- no son gran cosa.
- No tienen nada de especial: un rapero mediocre y un hombre con maquillaje ¡guau qué emoción! No se que le vieron esas estúpidas –Tom y Bill cerraron sus manos en forma de puños ante el comentario.
-¿A quién eliges?
-Pido al rapero.
- okey, siento que no vamos a tardar mucho.
-¿Dónde está? –Preguntó Tom entre dientes.
-Tú debes de ser el novio de la hijastra de mi jefe.
-¿¡Dónde la tienen?!
-Vete olvidando de ella, al igual que tú –Sugirió mirando a Bill- vayan dándose la idea de que no las van a ver jamás.
-Eso es lo que creen –Los 2 hombres se echaron a reír ante el comentario del de rastas.
-¡Basta de charla!
-Si, acabemos con esto de una vez.
Los gemelos empezaron a retroceder, mientras que los dos desconocidos sacaban sus armas
-Con matarnos no lograran nada –Habló el menor de los Kaulitz.
-Eso es lo que crees. ¿Su último deseo?
Los hermanos se quedaron callados, aún así seguían sin demostrar miedo. No los podían matar, el deseo de estar con Marcela y Debany eran más fuertes, pero aún así, si lograban su cometido no se arrepentían de nada, habían hecho lo que más deseaban en el mundo: habían sufrido, llorado, reído, amado todo con sus seres queridos y al final encontraron a dos chicas que los amaban, no por su fama, sino por cómo eran por dentro. Tom tomó la mano de su hermano y los dos al mismo tiempo cerraron sus ojos.
-No nos vamos a dejar vencer por ellos -Pensaron. Los dos hombres se acercaron a ellos hasta quedar frente a frente.
-Que patéticos –Dijo uno de ellos apretando el gatillo.

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