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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

31 dic 2010

Cap. 39 Revelación de una cruel verdad

Marcela se despidió de todos los chicos, al final se despidió de los gemelos. Abrazó muy fuerte a Bill y se despidieron con un beso largo. Les prometió hablarles todo los días para ver como estaban.

Llegó a la casa, todo estaba oscuro y en silencio lo cual se le hizo extraño.
-¿Debany? ¿Peter? –Les llamó, pero no hubo respuesta-¡Ya llegue! ¿Dónde están? –La casa estaba en completa oscuridad.
Caminaba a ciegas hasta que se topo con algo. Se agachó y pudo apreciar que era un cuerpo
-¿Peter?–Preguntó asustada-Peter ¡reacciona! ¡Peter! Por dios… -Murmuró tratando de mantener la calma.
Subió hasta la habitación de Debany presintiendo lo peor y deseando que solo se tratara de una pesadilla. Todo estaba vacío, no había rastro de ella. Salió de ahí para buscarla en las otras habitaciones, pero alguien la jaló golpeándola contra la pared.
-¿¡Quién eres?! –Soltó anonada por el golpe.
-¿Acaso no me recuerdas?
-¿Ernesto? –Preguntó miedosa.
-Has estado en situaciones que no te importan, y ahora, ¡Pagarás las consecuencias! –Le avisó dejando ver una pistola.
-¡No te atrevas! –Le amenazó logrando darle un fuerte golpe en la entrepierna, eso hizo que la soltara. Marcela aprovechó para salir corriendo, pero otras dos personas la detuvieron- No, ¡Suéltenme! ¡No me toquen! –Gritaba manteniendo resistencia.
-¿Creíste que podías ayudar a tu amiga? –Le preguntó Ernesto bajando las escaleras- O más importante ¿Creíste que te podías salvar? ¡Pobre ilusa!
-¿Debany? –Preguntó anonada para ella misma- ¿¡Qué le hicieron?!
-Esta con su única familia, su padrastro –Le respondió tomándola del rostro.
-¡No le hagan nada! –Le gritó tratando de sostener sus lágrimas.
-Marcela, mejor preocúpate por ti –Sugirió colocando la punta de la pistola en su cuello.
-No te atrevas –Le rogó- ¡Ayuda!
-¡Cállenla! –Les ordenó a sus dos cómplices. Uno de ellos tomó a Marcela y el otro tapó su boca. Ella, solo cerró sus ojos deseando que todo fuera una pesadilla.
-¡Suelte el arma! –Se escuchó otra voz.
Ernesto la tiró y levantó las manos al igual que los otros dos hombres. Marcela abrió los ojos ante la voz de ese señor. Eran 3 policías, verdaderos policías. Ernesto logró escaparse por la puerta trasera mientras que a los otros dos hombres los arrestaban. La chica se dejó caer al piso.
-¿Está bien señorita? –Le preguntó uno de ellos, Marcela asintió.
-¿Cómo supo que estaba en problemas? –Preguntó confundida, pero aún así, estando muy agradecida.
-Los vecinos hicieron un llamado de auxilio a escuchar gritos –Le respondió volteando a ver a Peter el guardaespaldas –Caminó hacia él tomó su pulso- Está vivo… ¡Llamen a una ambulancia!













Miguel aventó a Debany y esta cayó al piso. Se fue arrastrando hasta la cama, abrazó sus rodillas y se apoyó en la pared.
-En estos momentos, Marcela ya ha de estar acompañando a tus padres –Le avisó poniéndose de cuclillas enfrente de ella.
-¿Dónde estamos? –Le preguntó ida.
-Lejos, muy lejos de todo.
-Quiero ver a Tom –Le dijo en susurró, el golpe la había aturdido.
-Hazte a la idea: Jamás lo volverás a ver ¡Ni siquiera sabe que estás metida en este problema! Ya nunca volverás a ser suya, porque ahora… -Se acercó lo más que pudo a su rostro-… me perteneces.
-¡No me toques! –Logró reaccionar- Marcela no está muerta y Tom… Tom vendrá a rescatarme –Miguel se echó a reír, su inocencia le encantaba.
-Ve perdiendo las esperanzas –Le sugirió.
-No, yo sé que mi amiga está viva -Susurró, estaba completamente segura.
-¿A si? ¿Y cómo es que lo sabes? –Preguntó irónico- Debany, estar con ellos te ha jodido el poco cerebro que tenías.
-Estar con ellos me ha enseñado lo que es tener una familia ¡Lo que es saber ser querida! –Le corrigió.
-¡Yo te quería y tú me dejaste! –Recordó entre dientes.
-¡Eso no es querer! Querer no es tener a una persona contra su voluntad, ¡querer no es golpearla, humillarla para que haga lo que tú quieras! –Gritó cerrando sus ojos.
-¡Cállate! No quiero escucharte malagradecida.
-¡No me importa lo que me digas! –Gritó más fuerte- A ti te espera un destino peor que el mío ¡Espero que sufras, que sufras tanto que hasta desees la muerte! Mataste a mi mejor amigo, quisiste matar a mi hermana, quisiste lastimar a Tom ¡Y envenenaste la mente de mis padres! Mi madre te pudo dejar la herencia porque pensaba que eras una buena persona, pero yo te la puedo quitar ¡Todo se paga! –Le restregó en su rostro, no le demostró miedo. Él, volvió a reír.
-¡Tú no sabes lo que hizo tu madre! Ella no me quería dejar la herencia ¡Yo la obligué! –Le corrigió- Debany, eres una estúpida: yo jamás fui amigo de tu padre y yo jamás ame a tu madre ¡Todo lo contrario! ¡Los odiaba! Eran los más queridos en todo el puto hotel, encima, tenían a una hermosa hija a su lado que me volvió loco desde la primera vez que la vi. Sabía que tus padres no me dejarían acercarme a ti así que tuve que ingeniármela de otra forma.
-¿A qué te refieres? –Preguntó anonada ante esa confesión.
-Yo mate a tus padres –La chica calló ante esa respuesta, no se la esperaba en absoluto- ¿Te acuerdas cuando tu padre estaba enfermo? Tenía una tos insoportable

Flash Back
David tosía como nunca y todo por no tomarse el medicamento a la hora indicada. Miguel lo observaba desde lo más alejado de los vestidores, tenía un bote de agua en la mano y de su casillero saco un pequeño frasco con un veneno que atacaba de inmediato. Lo vacío completamente en el bote y el frasco, ya vacio, se lo hecho en el bolsillo de su uniforme. Se acercó hasta su compañero enfermo y con Ernesto, quien estaba guardando sus cosas esperando con ansias la muerte de David.
-¿Te sientes bien? –Le preguntó Miguel ‘preocupado’.
-Lo estaré, necesito tomarme las pastillas –Le respondió sacándolas del casillero- ¡Maldición! –Vuelve a toser- ¡no tengo agua!
-No te preocupes, ten –Le dijo ofreciéndole su agua- toma el mío.
-Gracias.
-De nada -En Ernesto se dibujo una sonrisa mientras cerraba su casillero. David le sonrió a Miguel y después se tomó la pastilla, enseguida se tomó el agua para pasársela- ¿Y como está tu hija?
-No me hables de esa –Le respondió con asco- Es una inútil ¡Igual que su madre!
-Yo pienso todo lo contrario –Dijo esbozando una sonrisa.
-¿A qué te re…? –Él se presionó el pecho, empezó a sentir que le faltaba el aire y respiraba con dificultad- Ayuda... Mi-miguel... por favor –Le suplicó dejándose caer de rodillas.
-Si me hubieras dejado acercarme a Debany no estuvieras en esta situación –Voltea a ver a Ernesto- Vámonos.
El asintió con la cabeza. Se fueron dejando sufriendo a David que poco a poco dejaba de respirar.
Fin del Flash Back

-Por eso fue el infarto –Susurró Debany, ya todo tenía sentido.
-Y tu madre, tampoco iba a aceptar nuestro amor –Ella volteó a verlo confundida ‘¿Nuestro?’ Estaba más loco de lo que pensaba.

Flash Back
Miguel guardaba las herramientas en una caja y los cables, los colocó en una bolsa y la tiró a la basura, salió y empezó a limpiar el auto.
-¿Qué haces? –Le preguntó asustada su esposa.
-Limpio nuestro auto –Le respondió volteando a verla- ¿Acaso no puedo?
-Vuelvo en la noche –Le dijo nerviosa evitando la pregunta.
-Okey, suerte…
Ester subió rápidamente al carro y arrancó. Agarro su celular, mientras subía cada vez más la velocidad con dirección a la notaria, no iba a dejar su herencia en manos de Miguel, tenía que corregirlo.
-Hola Andrea ¿Te puedo pedir un favor?...Checa la tarjeta por mi voy a llegar tarde... okey gracias nos vemos al rato.
Un letrero avisaba que había un semáforo a 100mts, intento bajar la velocidad pero no podía, todo lo contrario iba más rápido
-¿Qué le pasa? -Preguntó asustada, había llegado al semáforo que marcaba el rojo. No pudo detenerse, un tráiler pasó también a toda velocidad y se la llevo de encuentro.
Fin del Flash Back
-No… -Musitó mientras se ahogaba en sus propias lágrimas- Eres un ¡Asesino, maldito! ¡Espero que te pudras en el infierno –Le gritó con asco.

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